Confucio y la Escuela de Armería

Segundo día de Habilidades Directivas en la Universidad de Deusto, en el campus de Bilbao. A la hora del café, he subido a las oficinas de DBS a tomar el café con Joxe Mari y Marisol, y he tenido la fortuna de coincidir con Juanjo. Joxe Mari me ha comentado la inauguración del centenario de la Escuela de Armería de Eibar, que se celebró el pasado jueves 26 de enero. El lema de la Armeria Eskola es “Gure Gero-Gura Gara” (Somos el deseo de seguir siendo), una frase preciosa que sintetiza la tradición y el progreso. En el mencionado acto inaugural, todos los presentes cantaron esa canción: “Gure Gero-Gura Gara”. Creo que en pocos meses estaré en Eibar para participar activamente en ese centenario, lo que me hace una inmensa ilusión.

Se pueden seguir los distintos actos de este centenario desde su web: www.100armeriaeskola.com Los embajadores son el actor Imanol Arias, Juan Luis Arregui (presidente del Grupo Empresarial ENCE), Mikel Urizarbarrena (fundador de Panda Software), Natividad García (co-fundadora y consejera delegada de Dinitel 2000) y Aitor Arakistain (fundador de Burniker y piloto del rally París-Dakar), todos ellos antiguos alumnos.

He estado leyendo el libro Confucio y la máquina de café, escrito por José Hermida y de próxima aparición. Sinopsis: “El protagonista de esta historia es un joven relaciones públicas tímido, invisible para muchos y al que pocos respetan. Lleva una vida rutinaria y anodina hasta que conoce al maestro Zhang, quien, apoyándose en la filosofía china, le mostrará las principales herramientas de la superación personal y le ayudará a hacer frente a las dificultades de la vida. Entre otras muchas cosas, le enseñará a mantener el autocontrol y la concentración mental, a perder el miedo a hablar en público, a aumentar su autoestima y defenderse de los ataques de los demás, así como a desarrollar el sentido del humor y la capacidad de ver el mundo desde una perspectiva distinta.”

Al final del libro, el autor nos ofrece Las dieciséis joyas de la norma del cielo recopiladas por los discípulos de Confucio:

1. 1. La persona superior es lenta de palabra y diligente en la acción.

2. 2. No debes temer a tu enemigo, sino a tu propio miedo.

3. 3. Empuja a los timoratos, retén a los impacientes. Ese es el auténtico sentido de los líderes.

4. 4. Procura tener amigos que sean como tú ya eres.

5. 5. Jamás me fiaría de alguien que fuese capaz de atacar a un tigre sin armas, de cruzar una gran corriente sin barca o de morir sin lamentarlo.

6. 6. Si alguien te trata bien, trátale del mismo modo. Si alguien te trata muy bien, hazle saber que se lo agradeces. Si alguien te trata desmesuradamente bien, ponte en guardia.

7. 7. Si un hombre no ha conseguido ser dueño de sí mismo, ¿cómo va a conseguir que los demás lo sean?

8. 8. El cuerpo de un tigre, si se le priva de su hermoso pelaje, es idéntico al de un perro o al de un cordero. No te atemorices ante alguien que viste ropajes mejores que los tuyos.

9. 9. A fin de abrir mi mente utilizo los textos y el Arte. Para dominarme, me sirvo de los buenos hábitos.

1010. Quien reverencia a la sabiduría pero no se complace en el estudio caerá bajo el peso de la confusión.

1111. La persona superior es digna y no necesita alardear de ello. la persona vulgar se muestra orgullosa aun careciendo de dignidad.

1212. Las personas que escuchan más de lo que hablan son aquellas a las que los acostumbramos a pedir su opinión acerca de las cosas importantes.

1313. Cuando veas a personas admirables, piensa en cómo igualarlas. Cuando veas a personas zafias, incultas y malvadas, procede inmediatamente a autoexaminarte.

1414. Quien presenta un aspecto fiero, pero es débil por dentro, da lástima.

1515. La falta de paciencia echa a perder los grandes propósitos.

1616. No te preocupes por ser el mejor. Preocúpate por ser el mejor Tú que puedas llegar a ser.

Las mayores joyas de la sabiduría oriental e iniciativas como la centenaria de la Escuela de Armería de Eibar coinciden en la grandeza del ser humano. Es un gran motivo de orgullo aprender de ambas. Mi agradecimiento al presidente de la asociación de antiguos alumnos, mi buen amigo Joxe Mari Ulazia (con quienes hemos compartido mesa y mantel María, Nora, José Vicente, Diego y un servidor) y a divulgadores tan incisivos como José Hermida, un gallego sabio.