La tercera guerra mundial no es un cuento chino

Estoy plenamente de acuerdo con Pedro Amador, compañero de coaching: “La Tercera Guerra Mundial ha empezado”. Su pensamiento puede leerse en el blog: www.pedroamador.com/iii-guerra-mundial#utm_source=feed&utm_medium=feed&utm_campaign=feed?utm_source=rss&utm_medium=rss&utm_campaign=iii-guerra-mundial

Como ya he comentado en otras ocasiones en este “Hablemos de Talento”, se trata de una guerra incruenta. La ha iniciado Alemania (por desconfianza e insolidaridad con el resto de Europa), la han declarado los países anglosajones (EE UU, desde la caída de Lehman Brothers; Gran Bretaña, porque entiende la Unión Europea como una oportunidad comercial y no como una auténtica comunidad de aprendizaje) y la va a ganar el talento de los llamados “países emergentes”: China, India, Brasil, Sudáfrica (no estoy tan seguro de Rusia). Y en términos de desarrollo, los países que más y mejor creen en el talento de sus ciudadanos, como Finlandia o Singapur.

La III GM, el paso del capitalismo al talentismo. Y todavía no hemos visto nada…

He llegado esta mañana a Bilbao, con tiempo para pasar por las librerías del centro (FNAC, La Casa del Libro, El Corte Inglés, Top Books) y comprar los últimos libros de Eduard Punset (El viaje al optimismo), Martin Lindstrom (Así se manipula al consumidor) y Carlos Rodríguez Braun (El liberalismo no es pecado), así como el de Magnus Lindkvist (Cuando menos te lo esperas). Irán cayendo día a día.

Almuerzo en el Guggenheim (delicioso, como de costumbre) con los ponentes de hoy (Carlos, Aner), los patrocinadores (Ana, de Adecco; Leyre, de Deusto Business School) y los organizadores (Patricia, del Guggenheim; Leyre, de APD). Me he permitido regalarles ejemplares de “Los Mosqueteros de Guardiola” y “Por qué necesitas un coach”, los últimos libros de un servidor.

Después, visita “en petit comité” a la exposición de Brancussi y Serra. Lucía, excelente guía, nos ha hecho una preciosa presentación (me llevo para casa el maravilloso catálogo de la exposición).

Y después, a las seis, 13ª edición del Cine Fórum Empresarial en Bilbao. En el Guggenheim, con la película hispano-argentina “Un cuento chino”. Ahn presentado el acto Xabier (en representación de Juan Ignacio Vidarte, DG del Guggenheim Bilbao) y José Miguel Zaldo (Consejero de APD y Presidente del Comité Empresarial Hispano-marroquí). Tras la película, protagonizada por Ricardo Darín, ha habido un muy interesante debate con Carlos Bilbao (Director Industrial de Gestamp Automoción), Aner Garmendia (DG de EGA Master, que vende en 150 países), David Fernández (Director de Internacionalización de SPRI), moderado por un servidor. Hemos hablado de la necesidad de internacionalizarse, de sus experiencias al respecto, de los factores culturales, de la “vieja Europa” y las BRIC, de la gestión del azar, etc.

Me encanta participar en los Cine Fórum Empresariales de APD. Las películas son de alta calidad, los debates son muy interesantes y el ambiente sumamente cordial.

Gracias a Mikel, Leyre, Patricia, Ana, Leyre, José Miguel, Carlos, Aner, David, Lucía, Joxe Mari y a todos los asistentes que han hecho posible este Cine Fórum.

Y ya en el hotel, en La 2, otra de Ricardo Darín: Luna de Avellaneda.

Este verano, El País entrevistó a Juan Ignacio Vidarte: “El Guggenheim encarna la globalización positiva”. Así lo creo.

Pregunta. La construcción más visitada de Bilbao sigue siendo San Mamés...

Respuesta. Soy usuario de San Mamés, así que cuento en esa estadística. Es evidente que el mundo del deporte mueve mucha más gente que el mundo de la cultura. Pero me parece importante que un museo pueda generar en una ciudad como Bilbao un nivel de atención similar al del fútbol.

P. Después del Prado, el museo más visitado es el del Barça. ¿Para cuándo una exposición retrospectiva del Athletic en el Guggenheim?

R. (Ríe) Nuestra misión es acercar la cultura plástica moderna y contemporánea a la sociedad y, en ese sentido, una exposición del Athletic traicionaría nuestro cometido.

P. En 2000, la exposición más visitada fue El arte de la motocicleta. ¿El arte sigue estando al alcance de muy pocos?

R. El arte moderno exige, por parte de las instituciones y del propio museo, un esfuerzo por hacerlo accesible, y el Guggenheim es una institución educativa que sólo se justifica si cumple la función de acercar la cultura a la sociedad. Para eso están las exposiciones, las guías acústicas, los catálogos, etcétera.

P. ¿No debería potenciarse todavía más esa función?

R. Así lo creo. Lo que tenemos que hacer es potenciar los programas educativos. Hoy por hoy tenemos 41 programas educativos diferentes dirigidos a segmentos diferentes del colectivo de visitantes, que al cabo del año vienen a ser disfrutados por más de 200.000 personas. No todos obtienen el rendimiento deseado, pero sí es una clave de funcionamiento para que estos programas sean más útiles.

P. ¿Cuántas veces le han recriminado su falta de formación artística?

R. Directamente, ninguna, pero indirectamente, muchas. Es algo que entiendo con mucha deportividad. Se está produciendo un proceso de cambio entre las instituciones culturales: los museos se están transformando en puntos de dinamización de la sociedad, de generación de actividad económica, de encuentro e incluso de vertebración. Esto explica la complejidad de su propia gestión dado el nivel de recursos que maneja. Es algo muy parecido a lo que pasó en el mundo de la salud hace 15 o 20 años, cuando los médicos dirigían los hospitales hasta que les fue imposible abarcarlo todo y se incorporaron profesionales más competentes en el campo de la gestión. Con toda la modestia, me ha tocado ser uno de los primeros ejemplos del cambio en España.

P. El Guggenheim debe ser rentable sin defraudar las expectativas artísticas. ¿Complicado?

R. Es difícíl lograr que el Guggenheim sea un museo de élite en el mundo de los museos de arte moderno y contemporáneo y al mismo tiempo un tractor de la economía vasca, pero tratamos de equilibrar ambos papeles y creo que se está logrando. Lo que pasa es que muchas veces, como son objetivos ambiciosos, se pone más énfasis en los retos económicos, lo que oscurece actividades muy interesantes desde el punto de vista cultural, como la exposición de arte minimalista de autores de los años sesenta y setenta jamás vista en España.

P. ¿Le asesoran para adquirir el arte que guarda en casa?

R. No tengo un patrimonio como para invertir en arte de forma seria. Elijo las obras en función de mi intuición y de la de mi mujer porque son obras con las que convivimos, no aspiro a tener una colección.

P. Iñaki Zarraoa [alcalde de Getxo, que ha prohibido el nudismo en una playa del municipio] no debe creerse eso de que 'el desnudo es un arte'.

R. No practico el nudismo, pero me parece muy bien que existan espacios acotados adecuados para esa práctica.

P. Se proyecta crear nuevos guggenheims en Nueva York, Las Vegas y Brasil. ¿La proliferación de esta firma va a acabar siendo un símbolo más de globalización?

R. La dimensión internacional de la Fundación Guggenheim sí es un exponente de la globalización, pero entendida de forma positiva. La cultura tiene una dimensión cada vez más global, y la manera de responder a esta demanda es tener una presencia internacional cada vez mayor. Lo decía Anthony Giddens: la globalización va a permitir que las periferias se relacionen con los centros de forma mucho más directa de lo que conocemos. Se trata de poder explotar los aspectos positivos de la globalización.

P. ¿La mercadotecnia es una forma de banalizar del arte?

R. Puede serlo, sí. Los museos, por desgracia, lo digo conscientemente, no generan dinero. Serían mucho más libres e independientes si generaran mayores recursos, pero son deficitarios y requieren ayudas. Pero el hecho de ser deficitarios no significa que deban seguir siéndolo. Para que su actuación sea más sana debe minimizar la dependencia con los recursos públicos; por eso este museo quiere maximizar su autofinanciación. Nunca generará dividendos, pero sí cubrimos las tres cuartas partes de nuestras necesidades. Esto exige un gran rigor en las cuentas, captar público como, por ejemplo, a través de la mercadotecnia. Sin embargo, no podemos pervertir la misión del museo banalizando su contenido.

P. Para disfrutar el arte hace falta sensibilidad y conocimientos. ¿Se dan estos dos factores entre sus visitantes?

R. Las encuestas nos dicen que los índices de satisfacción de nuestro público son elevadísimos. El arte no es una experiencia únicamente intelectual, sino fundamentalmente sensorial, y la gente debe venir con un espíritu receptivo y dejarse ayudar.

Venir al menos 3 veces al año al Guggenheim Bilbao es uno de los mayores placeres de la vida.