Los libros de texto de los niños griegos

Espléndida jornada mediterránea. Buena comida, inmejorable compañía y proyectos muy ilusionantes para esta temporada.

Ayer estuve viendo, en las Noticias de La 2, que muchos niños en Grecia no llevan al colegio libros de texto porque sus padres no pueden permitir comprarlos. La educación es lo más importante y sin embargo, en un país con una economía sumergida de más del 40%, se está echando a perder.

Esta crisis es un asco. El capitalismo –tal como lo conocemos- está dando sus últimos estertores y precisamente en la cuna de la democracia encontramos lo que Michael Lewis llama “el nuevo tercer mundo”.

Adoro Grecia. He tenido ocasión de ir varias veces a Atenas, al Peloponeso, a las islas desde hace 25 años. La primera vez, ni aparecí por el hotel, porque Alexandra y el resto de amigos me organizaron fiestas todos los días y me alojaron en su casa. La griega es una civilización que sabe conversar, que escucha a su corazón… Con un déficit monstruoso, carencias estructurales y problemas de lo más serio (desde 2009, se estima que 300.000 M € han huido del país), Grecia es tan Europa como el resto de la UE. O actuamos todos a una, o Europa no tendrá futuro.

Incertidumbre. Ayer estuve leyendo Asegurar resultados en tiempos de incertidumbre (Predictable results in unpredictable times), de Stephen R. Covey, Bob Whitman y Breck England. Es un libro de apenas 100 páginas en el que el octogenario Covey, padre de “Los siete hábitos”, y dos de sus colegas en FranklinCovey nos ofrecen un modelo de efectividad:

- Ejecutar las prioridades con excelencia

- Avanzar a la velocidad de la confianza

- Conseguir más con menos

- Reducir el miedo

Según un estudio del Conference Board, sólo el 15% de los empleados conoce los objetivos estratégicos de su empresa. De ellos, apenas el 40% sabe qué tiene que hacer al respecto. Según otro de McKinsey, si el nivel de exigencia educativa de EE UU fuera similar al de Finlandia o Corea del Sur, el PIB sería 1’3-2’3 B $ superior.

“La desconfianza duplica el coste de hacer negocios” (Stephen M. R. Covey). “La crisis económica es también una crisis de autoridad moral”. “Céntrate en tus clientes y lidera a tu equipo como si sus vidas dependieran de ello” (Warren Buffet). Para Bain & Co., el 96% de los ejecutivos cree que su empresa está orientada a los clientes; el 80% considera que su empresa les ofrece una experiencia superior; un 8% opina lo mismo (Allen, Reichheld, Hamilton, 2005). Según un investigación de FranklinCovey, el 9% de los trabajadores se siente muy comprometido con los objetivos de su organización; el 22% considera que hay una relación clara entre su trabajo y los objetivos empresariales; el 23% trabaja en tareas urgentes pero poco importantes y el 17% dedica su tiempo a “tareas contraproducentes”. Las distracciones consumen el 28% del tiempo de los trabajadores. “Lo único más potente que el miedo es la determinación”. Es la señal común a los verdaderos líderes.

El ejemplo que ponen es el del Tour de Francia (que se gana en las etapas de montaña) con Lance Armstrong. Deberían haberse actualizado y poner de modelo a nuestro querido Alberto Contador, que es un fenómeno.

Me quedo con unas frases del libro: “Sólo te expones a lo improbable cuando dejas que te controle. Siempre controlas lo que haces” (Nassim Nicholas Taleb, El cisne negro). Del mismo autor –y libro-, dos frases más: “Nuestro mundo está dominado por lo extremo, por lo desconocido y por lo muy improbable”. “La historia no camina, salta”.

He visto, también ayer, La deuda, de John Madden (director de Shakespeare enamorado), con Helen Mirren, Tom Wilkinson y Sam Worthington (Avatar). “La historia empieza en 1997, cuando dos agentes del Mossad ya retirados, Rachel y Stephan, reciben una noticia sorprendente acerca de su antiguo compañero David. Se convirtieron en figuras muy respetadas en Israel después de una misión que realizaron entre 1965 y 1966 cuando los tres localizaron al criminal de guerra nazi Dieter Vogel, el temible Cirujano de Birkenau, en Berlín Este. Rachel tuvo que superar una atracción sentimental mientras servía de cebo para que sus compañeros cerraran la pinza alrededor de Vogel. El equipo arriesgó mucho y pagó un considerable precio para cumplir la misión, pero ¿de verdad la cumplieron? El suspense crece, pasando de un período a otro, y las revelaciones son cada vez más sorprendentes. Rachel no tendrá más remedio que ocuparse personalmente del asunto”. Un thriller interesante que ha liderado la taquilla este fin de semana, por delante de “La piel que habito” (hace meses que la nº 1 no es una cinta para niños).


Mi agradecimiento a quienes apoyan decididamente la educación en estos momentos de incertidumbre y mi repulsa a quienes se enriquecen indignamente a costa de la miseria, la ignorancia y el sufrimiento de los demás.