La fuerza del grupo

Mañana muy gris y lluviosa en Madrid, que ha mejorado considerablemente por la tarde.

Con mi amigo Miguel Ángel, su hija Ana y su suegro Manolo, hemos ido Zoe y yo al Matadero, un especio cultural que todavía no conocía. Un sitio amplísimo con enormes posibilidades. Miguel Ángel está a la última en tecnología y management y hemos estado hablando largo y tendido de la “Serempatía” y sus posibilidades.

Por la tarde he estado leyendo “La fuerza del grupo. Coordinar los procesos, silos, tribus y otros puntos de fricción de las organizaciones”, de José María Belenguer. Un libro muy pero que muy interesante.

“La fuerza del grupo es una reflexión sobre la coordinación en las organizaciones y entre ellas. El análisis de la coordinación es, necesariamente, interdisciplinar. Por eso, la obra recurre, en sus citas, a expertos no solo del campo de la gestión de empresas, sino a estudiosos de otras áreas como la sociología, la psicología o la antropología. La coordinación es algo que se da por descontado en las organizaciones, pero en lo que hay mucho que mejorar. Unas veces consistirá en carenar los innumerables parches de coordinación acumulados con el paso del tiempo, otras será imprescindible tapar huecos graves y peligrosos y, otras utilizar la coordinación para cambiar radicalmente el modelo de negocio y superar a la competencia. Por ello esta obra puede ser de utilidad para todos aquellos que desarrollan su trabajo profesional en una organización, sea esta privada o pública, grande o pequeña, industrial o de servicios”, puede leerse en la nota de prensa sobre el libro. José María Berenguer, ingeniero industrial por el ICAI y profesor de la Universidad de Navarra, es un experto en sistemas de información, un profundo conocedor de la historia (la idea de “unidad de esfuerzo” parte del Anábasis de Jenofonte) y de los gurús del management actual (en el texto repasa las ideas de decenas de pensadores, desde Taylor hasta nuestros días).

“La fuerza del grupo” es un libro del que he aprendido mucho. Me ha hecho pensar, disfrutar y, como dice en el prólogo José María Aracama, DG de Sodena, que comparto plenamente, “me ha obligado a replantearme muchos de los aspectos relativos a la coordinación de la empresa” y “ha inoculado en mí un irresistible deseo de leer a Jenofonte y su Anábasis”. Efectivamente, es una obra que nos incita a la mejora y a leer (o releer) a los clásicos.

Mi agradecimiento hoy a Miguel Ángel, Ana, Manolo, Zoe y José María.