La atracción estelar

8 de mayo, un día muy especial. Hace tres años, todo cambió. Pep Guardiola se hizo cargo del primer equipo del F. C. Barcelona y desde entonces ha sido un modelo de Liderazgo (“Liderazgo Guardiola”) y su rivalidad con José Mourinho (“Mourinho versus Guardiola”) ahí está. La mejor Liga del Mundo.

Un precioso día en Madrid y en buena parte de España. Esta mañana hemos ido a ver “Agua para elefantes”. Una película estupenda. Esto es lo que dice de ella Alicia Huerta en El Imparcial:

“La novela homónima de Sara Gruen en la que se basa la película dirigida por Francis Lawrence y publicada en 2007, se convirtió enseguida en un bestseller a nivel mundial, permaneciendo hasta doce semanas consecutivas en la lista de los libros más vendidos de The New York Times. Lawrence confiesa que cuando le llegó el encargo del productor Gil Netter para dirigir una adaptación de la novela, se mostró entusiasmado ante la idea de retratar un mundo que le había intrigado desde que era pequeño. Además, la acción transcurre en un periodo en el que el circo sufrió grandes transformaciones, como ocurrió en realidad con muchos otros aspectos de la vida. Los primeros años de la década de los 30, en plena Gran Depresión norteamericana, con la caída de la Bolsa y el empobrecimiento de muchas familias y negocios, siempre ha sido un filón para retratar historias cinematográficas y, en este caso, uno de los grandes méritos de la cinta dirigida por Lawrence es, sin duda, el de haber conseguido una adaptación elegante y tremendamente fiel de aquellos oscuros días, en los que había que tirar de mucho ingenio para no acabar en la quiebra.

Agua para elefantes narra la historia del circo de los Hermanos Benzini, precisamente cuando este se enfrenta a su desaparición por motivos económicos, a través de la vivencia personal de tres personajes principales. A uno de ellos, Jacob Jankowski, le corresponde el papel de narrador al inicio del filme, cuando ya con ochenta años, cuenta al dueño de un circo de la actualidad lo que ocurrió con el de los Hermanos Benzini, al que él llegó cuando era joven y de la forma más inesperada.

Jankowski, a quien interpreta el ídolo de las adolescentes Robert Pattinson, es en los años 30 un joven descendiente de emigrantes polacos a punto de acabar su carrera de veterinaria, que se ve en la calle sin nada, después de que un accidente de tráfico le deje sin sus padres y sin la herencia, que pertenece en realidad al banco con el que su padre hipotecó sus bienes para pagar la universidad. Sus conocimientos de veterinaria le sirven para quedarse en el circo Benzini, cuyo propietario, el iracundo August, a quien da vida Christoph Waltz, trata de sacar adelante con métodos bastante discutibles. Temido por todos los miembros del curioso circo y, especialmente, por su esposa y estrella principal del espectáculo, Marlena (Reese Witherspoon), August intenta por todos los medios que su forma de vida no acabe en la ruina.

De fondo, la imprescindible historia de amor de corte tremendamente clásico. La bella Marlena se enamora del joven Jacob y la rivalidad entre los dos hombres para conseguir a la chica se convierte en el núcleo de la trama circense. Junto al trío protagonista, otro personaje no humano pero que poco tiene de secundario: la elefanta Rosie, aficionada al whiskey, e interpretada la veterana Tai, que a la edad de 42 años es ya toda una actriz consagrada con papeles como el de “El libro de la jungla” y “Un elefante llamado Vera”, siempre acompañada de su adiestrador Gary Johnson, y que en la cinta que se acaba de estrenar protagoniza algunas de las escenas más conmovedoras.

Una cuidada fotografía a manos del mexicano Rodrigo Prieto, habitual colaborador de Alejandro González Iñárritu, así como la música compuesta por James Newton Howard, nominado en ocho ocasiones al Oscar, completan los elementos necesarios para hacer de esta película la ocasión para vivir dos horas de cine del de antes, sobre todo, si además se trata de público aficionado al circo y nostálgico de las carpas de antes”.

La película me ha gustado tanto que antes de comer he comprado en el VIPS la novela y me la he leído esta tarde. Su autora, la candiense Sara Gruen, ha vendido 3 M de ejemplares de esta obra, traducida a 44 idiomas y más de dos años en la lista de best-sellers del New York Times. La historia se le ocurrió en 2003 cuando el Chicago Tribune publicó un artículo sobre el fotógrafo Edward Kelty, que seguía a los circos ambulantes en la década de los 30. Sara se compró un par de libros de fotografías de circos antiguos y descubrió el mundo del circo en tren. Visitó el Museo del Circo Ringling en Florida, su archivo en Baraboo, Wisconsin y siguió investigando hasta obtener una obra redonda como ésta.

“Agua para elefantes” tiene otra lectura, porque nos presenta “el mayor espectáculo del mundo” en plena gran depresión, a través de un triángulo amoroso (la protagonista, casada con un hombre 13 años mayor que ella, que en su día la impresionó; se trata de un hombre frío, distante y celoso). En la sociedad del espectáculo como la nuestra, es una gran metáfora de lo que está pasando. Los protagonistas brindan “por el talento y la ilusión. Por todo lo que amamos”. Marlena (Reese Witherspoone) le dice a Jacob (Robert Pattinson): “Soy la atracción estelar. Fuera de aquí no soy nada”, a lo que él responde: “Eres una mujer hermosa. Mereces una vida hermosa”. El marido, August (Christoph Waltz) resume la historia como: “Un joven enamorado de una bella mujer, que aunque está fuera de su alcance no rechaza su cariño”. Ella le contesta: “No hay nada entre nosotros, nada. No pienso abandonarte”. Una preciosa historia de circo y de amor. En la novela, autora proclama: “El amor siempre ha sido el mayor espectáculo del mundo”. En la versión cinematográfica, “La vida es el mayor espectáculo del mundo”.

Trilogía 2011 de la Crisis: “Inside Job” es un documental que nos muestra qué ha pasado y quiénes son los mayores culpables; “The Company Men” nos enseña las consecuencias en los ejecutivos; “Agua para elefantes” es una completa metáfora de cómo los más tiránicos, los más autoritarios, justifican su poder (su chulería, sus pagos, sus despidos) y su jerarquía en la "sociedad del espectáculo".


Mi agradecimiento, por partida triple, a quien tan felices nos ha hecho en los últimos tres años.