Como un rey: El coaching en la práctica

Esta tarde he estado participando en el Curso Superior de Coaching Estratégico en Fundesem. Se trataba de la quinta sesión del primer módulo, en la que hemos practicado paso a paso la primera sesión de coaching y las sucesivas. Las cinco horas se me han pasado volando, gracias al interés de todos y cada uno de los alumnos. Muchísimas gracias a todos ellos. Un gran ejemplo de que el desarrollo profesional y personal es esencial en estos momentos.

En ABC he estado leyendo el artículo de Ignacio Camacho sobre El discurso del rey. Es el siguiente:

"ENVIDIA y admiración. Eso es lo que siente un espectador español ante una obra maestra sólida, densa, humana, certera como «El discurso del Rey». Entusiasmo de su deslumbrante ambientación, de su riguroso retrato de personajes, del respetuoso pero contrastado objetivismo con que, como hace unos años con «La reina» o «Expiación», el cine británico aborda el pasado reciente o inmediato de su monarquía y la memoria dramática de la experiencia de la guerra. Envidia comparativa ante el elemental maniqueísmo y la torpeza garbancera de las producciones históricas nacionales, cuya prejuiciosa obcecación ideológica suele correr en paralelo a un desaliño intelectual y una pobreza de recursos que no se compadece con sus frecuentes subvenciones públicas. Fascinación por la elegancia, el aplomo, la audacia con que los ingleses imparten al mundo la lección de una mirada retrospectiva sin remordimientos, tan orgullosa en su intensa verosimilitud que no necesita de torcidas rescrituras intencionales al servicio de ningún designio político. Un cine pulcro, potente, limpio, sin falsa compasión ni encarnizamiento gratuito, un arte de elevada dignidad ajeno a tentaciones oportunistas y concentrado en la depurada expresión del talento.

Poco tiene que envidiar la Historia moderna de España a la de Gran Bretaña en riqueza de materiales ni en episodios de alta intensidad narrativa. Las guerras carlistas, la de la Independencia o la pérdida del imperio colonial son peripecias de inmensas posibilidades dramáticas olvidadas por nuestra industria cinematográfica y televisiva en beneficio del eterno ritornelloguerracivilista y republicano, siempre propicio al enfoque de ofuscación sectaria y al ventajismo banderizo. Y cuando la ficción historicista española intenta trascender ese bucle persistente en formatos de gran consumo incurre en la misma viciada falta de rigor, en idéntica pasión torticera por la adulteración doctrinaria, con tal superficial vulgaridad y tan liviano equipaje de solvencia que arroja deprimentes y rústicos bosquejos de una Corona de folletín o panfletarias y descontextualizadas idealizaciones de una República dibujada con brocha gruesa de oblicua subjetividad retroactiva.

Frente a ese fresco sesgado por la incompetencia o la parcialidad propias de la chapucera y militante tradición celtibérica, películas como «El discurso del rey» levantan testimonio de exquisita puntería cultural y equilibrado refinamiento pedagógico. Y lo hacen apelando a los complejos mecanismos y perfiles de la sentimentalidad, a los conflictos y desgarros de personalidades situadas en perturbadoras encrucijadas históricas y morales. Desde una perspectiva humanizadora mucho más profunda en su ambigüedad emocional y por tanto más rica, más sutil y desde luego más eficaz que nuestras habituales, pretenciosas y toscas chafarrinadas de dogmatismo apriorístico".

Salida puntual del vuelo a Madrid de las 22.55 y a las doce y cuarto de la noche en casa. Mi agradecimiento hoy a los profesionales que se están formando en Coaching en Fundesem. Vuestro esfuerzo será recompensado, estoy seguro.