Contador, absuelto, y el trabajo de buscar empleo

Si ayer fue un día de feedback (cuatro procesos a profesionales de una empresa cliente, tras un programa de desarrollo del liderazgo) en la oficina, de reuniones internas y de visitas comerciales, hoy he tenido una sesión de coaching con la directora financiera de una gran empresa tecnológica (es una profesional muy exigente, lectora de este blog, y me ha comentado que otros pupilos de coaching estratégico sobre los que hablo aquí, sin vulnerar la confidencialidad, derrochan energía y entusiasmo; ella sufre la “anorexia corporativa” de que cada vez cuenta con menos colaboradores para hacer cada vez más cosas y que no le gusta su papel de “defensora de la disciplina interna”, disciplina que es imprescindible para la eficiencia y eficacia de su compañía), de participar como “experto” en un proyecto de reputación corporativa y de iniciar como consultores un ambicioso –e ilusionante- proyecto de transformación en la compañía líder de su sector. 100 días para “ganar el futuro”, incidiendo sobre los sistemas de información, la estrategia, la estructura, los valores y la cultura, el estilo directivo (empezando por el presidente), el clima laboral y las competencias de los profesionales. Sabemos que es un cambio cultural que requiere de 1.000 días para implantarse efectivamente, pero las “victorias rápidas” son esenciales.


Me ha alegrado mucho la noticia de la absolución de Alberto Contador. En este mismo blog he defendido su inocencia y me parecía una absoluta injusticia la petición de un año de “condena” y perder el último Tour como mal menor. Ha sido, además de honesto, valiente, y eso siempre es positivo. Me alegro por todos nosotros, y en especial por mi amigo Antonio, conciudadano de Contador en Pinto y buen amigo también suyo. Un empresario de una pieza que crea empleo, innova y hace de su empresa, IPG Flexo, una pyme admirable. Celebraremos el final de esta pesadilla de Contador, querido Antonio.

“Lo que más me ha dolido ha sido el grave atentado contra mi honor. Se han dicho barbaridades sobre mí y se me ha hecho un daño irreparable” (Alberto Contador, tres veces ganador del Tour de Francia).

La otra cara de la moneda es la opinión de determinada prensa internacional, que ha cargado una vez más contra el deporte español. ¡Qué mala es la envidia!

He leído en Expansión la siguiente noticia: “Casi 8 de cada 10 parados dedica al día menos de 3 horas a buscar empleo”:

Casi ocho de cada diez parados, en concreto el 77%, dedica menos de tres horas al día a buscar trabajo, lo que supone que emplen a este fin menos de 20 horas semanales, según una encuesta de Manpower entre más de 7.000 colaboradores inscritos en su base de datos.

De esta forma, sólo el 23% de los desempleados dedica más de tres horas diarias a buscar un puesto de trabajo. Los hombres invierten más tiempo en este cometido, ya que el 26% declara dedicarse a ello más de tres horas al día, frente al 19% de las mujeres.

Por grupos de edad, los parados de entre 35 y 44 años son los que más tiempo emplean en buscar trabajo, pues un 29% de ellos dice destinar más de tres horas diarias a esta tarea. Este porcentaje desciende hasta el 25% en el caso de los jóvenes de 25 a 34 años, hasta el 24% en los mayores de 45 años, y a un 16% en el grupo de 16 a 24 años.

Los resultados de esta encuesta revelan que los madrileños en paro son los que más tiempo dedican a buscar empleo, ya que un 27% de ellos destina más de tres horas al día a este fin, seguido de los catalanes, con un 24%. En el extremo contrario se sitúan Castilla y León (16%) y Galicia (18%)”.

Buscar empleo es un trabajo en sí mismo. Debemos dedicarle una jornada laboral, hacerlo en equipo y, si lo podemos pactar con la empresa que nos despide o pagárnoslo nosotros mismos, hacerlo con una empresa especializada en outplacement. Es, junto con el coaching, la mejor inversión en talento (ponernos en valor ante el mercado) que podemos hacer, sin ninguna duda. La diferencia entre buscar trabajo con profesionales o hacerlo solo, a borbotones, puede ser de meses y de miles de euros en términos de la empresa que nos fiche. Improvisar es una muy mala solución, habiendo verdader@s expert@s en gestión de la trayectoria profesional.

Mis agradecimientos de hoy a Ignacio, Carlos, Juan Pedro, Elena e Isabel, que han hecho posible una jornada muy productiva.