¿Cómo ganar el futuro? La complacencia y la educación

Hay libros maravillosos que uno se encuentra por puro azar. Así fue con “¡Basta de historias!”, de Andrés Oppenheimer. Este periodista (Buenos Aires, 1951) es uno de los mejores de toda Iberoamérica. Doctor en periodismo por la Universidad de Columbia (1978), trabaja para The Miami Herald desde 1993 y su columna semanal se publica en 40 periódicos. Ha ganado el Pulitzer y el Ortega y Gasset. Su último libro, “Cuentos chinos” (2006) me encantó. Y éste me ha maravillado.

Sí, “el siglo XXI es, y será, el de la economía del conocimiento”. En 1960 las materias primas constituían el 30% del PIB mundial, hoy los servicios representan el 68% y la industria el 29%. Parte AO de una anécdota con Bill Gates. Cuando le comentó que, según los latinoamericanos, sus universidades son excelentes, el fundador de Microsoft lanzó una carcajada. “Le falta una dosis de humildad para darse cuenta de cuál es la verdadera posición de sus grandes universidades y centros de investigación en el contexto mundial”. “Todos los países deben empezar con humildad. Lo que más asusta del ascenso de China es su nivel de humildad”. Según Gallup, el 85% de los costarricenses, el 84% de los venezolanos, el 82% de los cubanos, el 80% de los nicaragüenses, el 77% de los salvadoreños y más del 72% de los colombianos, hondureños, bolivianos, panameños, uruguayos y paraguayos están satisfechos con su educación; sólo el 66% de los alemanes, el 67% de los de EE UU y el 70% de los japoneses. De las primeras 200 universidades del mundo, sólo la UNAM (México) está en el 190º. En Latinamérica hay tres psicólogos por cada ingeniero (42% de postgrado en Ciencias Sociales, 14% en ingeniería y tecnología y 5% en ciencias agrícolas). En Latinoamérica se produce menos del 2% de la investigación mundial (el 28% en Asia, el 30% en Europa y el 39% en EE UU ). Corea del Sur registra 7.500 patentes por año en EE UU y Brasil, 100. A nivel mundial, Corea del Sur registró en 2008 80.000 patentes; Brasil, 528; México, 325; Argentina, 79; Cuba, 87; Colombia, 12; Costa Rica, 9; Perú, 7 y Ecuador, 2. “La clave de todo es la educación” (Bill Gates). “

Muchos países iberoamericanos se dedican a “desenterrar a sus muertos” (Bolívar en Venezuela, Perón en Argentina, Alfaro en Ecuador, Artigas en Uruguay), en tanto que deberían mirar hacia delante. El presidente Barack Obama, en su priemra cumbre de las Américas (2009) dijo: “No he venido aquí para debatir el pasado. He venido aquí para lidiar con el futuro”. En EE UU hay 103.000 universitarios indios, 98.000 universitarios chinos, 75.000 coreanos del sur, 53.000 latinoamericanos y 13.000 caribeños. En 2010, Google valía 200.000 M $ y el PIB de Bolivia era de 45.000 M $. “El problema de la desigualdad en Latinoamérica no es un problema de crecimiento económico, sino de educación” (César Gaviria, expresidente colombiano y ex secretario general de la OEA).

Andrés Oppenheimer visita los países con mejor educación del mundo: Finlandia, que hasta 1990 era un satélite de la URSS y ahora es el país más democrático, menos corrupto y con mayor número de investigadores per cápita. En el s XVII, un sacerdote luterano (Johannes Gezelius) obligaba a saber leer para casarse. Finlandia no es perfecta: tiene una alta tasa de suicidios y un serio problema de alcoholismo, pero para la presidenta Tarja Halonen, el secreto de su éxito es “educación, educación y educación”. La clave es tener buenos maestros, seleccionados (entra 1 de cada 10), bien pagados (3.300 € mensuales) y con un gran estatus. “Para tener una buena educación, debes tener un buen gobierno, que no sea corrupto, y que destine los impuestos que se recaudan a la educación.” En su sistema tienen “maestros especiales”, que ayudan a los niños que están retrasados. Y otra arma secreta es “Wilma”, un programa informático que permite a los profesores estar en permanente contacto con los padres. Una universidad de Helsinki que está en el centro de la ciudad (como en Oxford, como en Harvard; como en Santiago de Compostela, podríamos añadir). Cada vez más clases sólo en inglés. Y desde 2009, la Universidad de la Innovación, gobernada por una fundación privada. Este país nórdico sigue las ideas de Daniel Pink (era conceptual) y Richard Florida (clase creativa). Nokia, con 120.000 empleados, supone el 3% del PIB finlandés, casi la mitad de los impuestos corporativos y un tercio del I+D.

En Singapur, la Educación está, como palabra, hasta en los billetes de dos dólares, los más pequeños. Hace cuatro décadas, cuando Gran Bretaña se desprendió de esta colonia de 4’6 M de habitantes, era tan pobre que Malasia la despreció. Declarado independiente en 1965, hoy su renta per cápita es la 9ª del mundo: es el primer productor mundial de plataformas petroleras submarinas y uno de los mayores exportadores de sistemas de control. La Universidad Nacional es la 30º del mundo y exporta por 235.000 M $ (Brasil, 200.000 M, Venezuela, 103.000 M, Argentina, 73.000 M y Chile, 69.000 M $). Es el país más globalizado, con el inglés como idioma oficial, 100 universidades extranjeras en su territorio, maestros que ganan como ingenieros (tienen que estar entre los que sacan el 30% de las mejores notas en la universidad) y muy buenos institutos de educación técnica (formación profesional). El “lado oscuro” es que Singapur es una dictadura de partido, con muy poca corrupción y latigazos para los delincuentes y los malos estudiantes.

India tiene muy malas infraestructuras, pero en 2020 será la 3ª potencia mundial, tras China y EE UU, porque tiene una enorme población de ingenieros, técnicos y científicos. Los indios salen a estudiar fuera (no hablan de “fuga de cerebros”, sino de “circulación de cerebros”), porque el mayor símbolo de estatus es tener buenas notas. Invertir en educación da resultados.

En 2009, el CEIBS de Shanghai entró como una de las 10 mejores escuelas de negocios del mundo. El gobierno chino procura “la internacionalización de la educación”. Un 2% de los estudiantes lo hace en el exterior (1% de México, 0’4% de Brasil o Argentina). Los niños ven 30 minutos de televisión al día y estudian unas 12 horas diarias. La universidad no es gratuita y las empresas privadas son el motor de la innovación. En Corea, las familias tienen la educación de sus hijos como la primera partida de su presupuesto.

Israel tiene más empresas en el Nasdaq (las empresas tecnológicas de Wall Street) que toda Europa. Es el país de los “start-ups”, sobre todo en energías renovables. El pueblo judío, que es el 0’2% de la población mundial, tiene el 54% de los campeones mundiales de ajedrez, el 31% de los Nóbel de medicina y el 27% de los Nóbel de física. Es una sociedad muy poco jerárquica, contestataria y en la que los alumnos ingresan a la universidad a los 22-23 años y saben lo que quieren. La Universidad de Tel Aviv es socia fundadora de unas 15 start-ups y presenta unas 150 patentes al año. Junto a la labor del Estado, movimientos ciudadanos como “La Educación lo es todo” (Hakol Jinuj).

En Chile, el presidente Sebastián Piñera se ha marcado como reto que en 2018 el país forme parte del primer mundo. Para ello debe crecer al 6% anual, La Universidad de Chile tiene muchos más estudiantes de ingeniería que de psicología, filosofía o sociología. En 2008, el 70% de los universitarios estaba en privadas. La clave de su éxito en educación es la continuidad en el enfoque, esté quien esté en el gobierno.

Brasil ha tomado la educación como “una causa de todos”. En 2022 quiere que todos los niños hasta 17 años estén escolarizados (duplicar la tasa actual), que todo niño de 8 años sepa leer y escribir, que todos los alumnos de básica y media tengan estándares internacionales. Tiene muchos doctorados, pero aún pocas patentes y un entorno universitario poco globalizado. “Brasil está mal, vero va por buen camino”.

Andrés Oppenheimer dedica los siguientes capítulos a la otra cara de la moneda: Argentina, cuya UBA (Universidad de Buenos Aires) se cayó de los rankings y que no registra patentes (Argentina tiene 145 psicólogos por cada 100.000 habitantes, por 85 de Dinamarca o 31 de EE UU). La UBA forma 27.000 psicólogos y tiene un déficit de 19.000 programadores. El drama son las escuelas secundarias. Las universidades son “playas de estacionamiento” y de cada 10 estudiantes universitarios se reciben 2. El inglés no es obligatorio y en tanto que Chile beca a 2.400 postgrados, Argentina a 60. Introducir cambios en el país es enormemente difícil.

Uruguay y Perú se han embarcado en programas para dar una computadora a cada niño (que se han encontrado con la feroz resistencia de los sindicatos de maestros) y que parece que van por buen camino.

Y México es “el reino de la maestra”. Según el “Informe de la Competitividad de México 2009” del Foro Económico Mundial, el principal obstáculo a la educación son los maestros. El Sindicato Nacionald de Trabajadores la Educación (SNTE), con 1’7 M de afiliados, controla la situación. Se pueden comprar puestos vitalicios de maestro por 10.000 $ y los días de clase no llegan a 160 al año. Al frente del SNTE, Elba Esther Gordillo, “la maestra”. Dirige el sindicato desde hace 40 años como presidenta vitalicia, controla un presupuesto de 4.700 M $ y paga un ejército de 10.000 funcionarios sindicales que figuran como maestros. Vive en una mansión en San Diego, California, que vale más de 4 M $, viaja en jet privado, tiene un helicóptero y una fortuna inmobiliaria en el D.F. de otros 6’5 M $. En México es imposible despedir a un maestro, por pésimo que sea. Cuando llegó al poder Felipe Calderón, nombró secretaria de educación a Josefina Vázquez Mota para que arreglara la situación. En abril de 2009 le pidió la renuncia. La Secretaría está tomada por el sindicato. Las “pizarras electrónicas” que compró Vicente Fox se han abandonado y la secundaria está en el limbo. Sólo el 24% de los jóvenes está en la universidad y no hay cultura de patentes. La llamada “universidad gratuita” es un subsidio a los ricos (el 50% del presupuesto de la UNAM va al 20% de mayores riquezas) y se producen la cuarta parte de doctorados que en Brasil. México va a la deriva.

Por último, Venezuela y Colombia siguen caminos opuestos. 2 patentes anuales frente a 68. Chávez destina unos 14.500 M $ al año a donaciones políticas a regímenes afines, proclama que dedica el 2’7% del PIB a innovación (nadie lo cree) y ha convertido la UBV en una fábrica de empleados públicos. Colombia ha superado a Venezuela en ciencias, su ministra de educación (Cecilia María Vélez White), economista que estudió en Lovaina y en el MIT, ha estado los 8 años de Uribe como presidente.

Andrés Oppenheimer culmina este libro tan maravilloso con 12 claves del progreso:

1. Miremos más hacia delante: “La obsesión iberoamericana con la historia nos está robando tiempo y energías para concentrarnos en el futuro”.

2. Hagamos de la educación “una tarea de todos”.

3. Inventemos un “PIB educativo”.

4. Invirtamos en educación preescolar.

5. Concentrémonos en formar buenos maestros.

6. Démosles estatus social a los docentes.

7. Ofrezcamos incentivos salariales.

8. Hagamos pactos nacionales.

9. Forjemos una cultura familiar de la educación.

10.Rompamos el aislamiento educativo.

11.Atraigamos inversiones de alta tecnología.

12.Formemos “educación internacional”.

Andrés Oppenheimer concluye: “Hace falta que todos nosotros –empresarios, profesionales, periodistas, intelectuales, artistas, deportistas y padres de familia de todos los rincones de la sociedad- nos metamos de lleno en la construcción de una cultura de la educación, y que fundemos organizaciones civiles pluripartidistas que presionen a los mejores para mejorar la calidad educativa. No hay ninguna tarea más urgente para el futuro de nuestros países y de nosotros mismos. Todo lo demás son historias”.

Muchas gracias, admirado Andrés, por una reflexión tan profunda, documentada y práctica. No se puede decir mejor.