El relevo de Francisco Román

Esta noche es nochebuena y mañana, navidad. Zoe y yo hemos tomado el Avant a Segovia de las 11.15 de la mañana y en media hora nos hemos plantado en esta preciosa ciudad. Nos alojamos en el Hotel Cándido, un espléndido establecimiento, amplio y muy cómodo, con piscina cubierta, circuito termal y un restaurante con la mejor tradición del Mesonero Mayor de Castilla. Nada más llegar, hemos estado un par de horas en la piscina (paisaje nevado y frío tras los cristales), hemos visitado varias librerías de los alrededores (Zoe se ha comprado tres libros de Sito Quesito, un ratón minúsculo que tiene como compañero un enorme robot y luchan contra villanos de otros planetas), comida más bien frugal y cine a las cuatro en los Arte 7: Ahora los padres son ellos. Una comedia divertida, la tercera de la trilogía tras Los padres de ella (2000) y Los padres de él (2004). Greg Foyen (Ben Stiller) y su esposa son padres de gemelos, y éstos tienen cinco años. Su suegro (Robert de Niro) sigue comportándose como un gruñón, un intolerante controlador, en tanto que sus padres (Dustin Hoffman, que va a Sevilla a aprender flamenco, y Barbra Streisand, que tiene un programa sobre educación sexual en la tv), abiertos y liberales, no se entrometen. Una cinta entretenida, ideal para estas fiestas. Cena a las 20.30 horas en el restaurante del Hotel Cándido y a acostarse relativamente pronto para que mañana Zoe abra los regalos de Papá Noel.

Me ha sorprendido la noticia del relevo de Francisco Román como Consejero Delegado de Vodafone en España. Como Presidente ejecutivo, Francisco Román titulará la estrategia, el desarrollo corporativo, las relaciones con grandes clientes y con los reguladores, pero el día a día de la empresa de telecomunicaciones lo llevará desde el 1 de abril, día en que empieza su ejercicio económico, Shameel Joosub, sudafricano de origen indio de 39 años, que no habla castellano, hasta ahora CEO de la filial sudafricana de la compañía (Vodacom). Entró allí en 1994, fue nombrado Director Comercial en 2000 y Director General en 2005 (la operadora ha pasado allí de 9 a 24 millones de clientes). La decisión fue tomada por Vittorio Colao, primer ejecutivo mundial de Vodafone. “Román explicó que, si la compañía hubiera querido relevarle, habría buscado un consejero delegado de un perfil más próximo y conocedor del mercado, pero que se trata de buscar nuevas ideas y, por eso, se ha buscado a una persona que ha hecho triunfar a la compañía en Sudáfrica, y que, aunque viene de un país emergente, el tamaño del mercado de origen es ahora similar al español”, podíamos leer hoy en Expansión.

A sus 56 años, Francisco Román es uno de los mejores directivos de nuestro país. Procedente de la Hewlett Packard de Juan Soto y Antonio Alemán, llegó a las telecom a través de Pacific Telesis (una ‘baby bell’ desgajada de AT&T), que se integró en Airtouch. Participó en la creación de Airtel (dirigiendo un equipo en el que, entre otros, estaba Jaime Bustillo), que obtuvo la licencia de móviles en 1994. Fue director técnico de la operadora hasta 1998, en que se marchó a dirigir Microsoft, y volvió en julio de 2002 como Director General y a partir de marzo de 2003 como primer ejecutivo. Bajo su liderazgo, Vodafone se ha convertido en una de las tres primeras compañías del mundo a nivel mundial. En el último semestre, Vodafone España ha registrado una caída de ingresos del 7% (2.614 M € en ventas), en línea con lo que le ha ocurrido a Telefónica en nuestro país, pero ha mantenido el ebitda (868 M €).

En estos ocho últimos años, tengo un montón de vivencias sobre el estilo de liderazgo de Francisco Román. Tuve el honor de entregar a su Director de RR HH, Pedro Díaz, y a su equipo, el galardón HR Excelence de 2010, otorgado por Top Employers (CRF), y en ese momento un servidor destacó que eran un equipazo, más allá de las iniciativas estratégicas que llevaban adelante, porque contaban con un gran líder. Francisco Román es una persona serena, reflexiva, con ideas claras, que impulsa un liderazgo de servicio en el que el equipo está por encima de las individualidades. Un estilo de liderazgo abierto, flexible, versátil, que escucha y que toma decisiones para afrontar la realidad.

Estoy convencido de que el nuevo Consejero Delegado, Shameel Joosub, sabrá aprovechar para su propio aprendizaje el enorme talento como líder-coach de Francisco Román y que con esos algo más de 15 años de diferencia (de experiencia) entre ambos, formarán un tándem ganador, similar al de Leopoldo Zoe y Jesús Bauluz en mi libro La sensación de fluidez. El ejecutivo proveniente de Sudáfrica puede aportar al Comité de Dirección lo que en creatividad se denomina “ojos limpios”, no dar nada por asumido y cuestionarse sanamente todo para volver a crecer. Cuenta con un gran equipo, con líderes enormes como Julián Oncina, con un nuevo responsable de la UN de Particulares, Ignasi Ricou, que ha demostrado éxitos en otras culturas corporativas y juntos pueden generar sinergias muy interesantes en una nueva etapa de la compañía. No me imagino que confunda “agresividad comercial” con taylorismo, porque no sería muy inteligente.

No me gusta nada eso de que “nadie es profeta en su tierra”. Hemos de reconocer a los mejores líderes, y Francisco Román es uno de ellos. En cualquier caso, para un talento directivo tan impresionante como el de Francisco Román, lo mejor está por llegar. No doubt about it. El Talento siempre gana.

En el especial de Raphael en Televisión Española, he escuchado por primera vez una preciosa canción, La mala costumbre, de Pastora Soler (http://www.youtube.com/watch?v=d3yW1hhjR4A):

Tenemos la mala costumbre de querer a medias,
de no mostrar lo que sentimos a los que están cerca.
Tenemos la mala costumbre de echar en falta lo que amamos,
sólo cuando lo perdemos es cuando añoramos.
Tenemos la mala costumbre de perder el tiempo,
buscando tantas metas falsas, tantos falsos sueños.
Tenemos la mala costumbre de no apreciar lo que en verdad importa,
y sólo entonces te das cuenta de cuántas cosas hay que sobran.
Hoy te daría los besos que yo por rutina a veces no te di,
hoy te daría palabras de amor y las caricias que perdí.
Cuánto sentimos, cuánto no decimos que a golpes pide salir;
escúchame antes que sea tarde, antes que el tiempo me aparte de ti.
Hoy te daría los besos que yo por rutina a veces no te di,
hoy te daría palabras de amor y las caricias que perdí.
Cuánto sentimos, cuánto no decimos y a golpes pide salir;
escúchame antes que sea tarde, antes que el tiempo me aparte de ti.
Tenemos la mala costumbre de buscar excusas,
para no desnudar el alma y no asumir las culpas.
Tenemos la mala costumbre de no apreciar lo que en verdad importa,
y sólo entonces te das cuenta de cuántas cosas hay que sobran.
Hoy te daría los besos que yo por rutina a veces no te di,
hoy te daría palabras de amor y las caricias que perdí.
Cuánto sentimos, cuánto no decimos que a golpes pide salir,
escúchame antes que sea tarde, antes que el tiempo me aparte de ti.
Hoy te daría los besos que yo por rutina a veces no te di,
hoy te daría palabras de amor y las caricias que perdí.
Cuánto sentimos, cuánto no decimos y a golpes pide salir;
escúchame antes que sea tarde, antes que el tiempo me aparte de ti.
Tenéis la mala costumbre…


Mi agradecimiento en esta navidad a todos los que seguís este blog, Hablemos de Talento. Muchas muchas muchas gracias.