Ganadores y perdedores

Ver la playa de La Concha desde la cuarta planta del hotel Londres a las 6.45 de la mañana es una de los mayores placeres de este mundo.

Tren Alvia a las 7.48 desde San Sebastián a Tudela. Tres horas para llegar a la ciudad navarra, donde he estado trabajando con los profesionales de Comess Group (Lizarrán y otras enseñas de restauración) la necesidad de “ser un equipo” al estilo de La Roja, que hoy ha jugado en Lisboa contra Portugal. Precioso detalle el de juntar en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas a todos los internacionales para homenajear a la Campeona del Mundo. Me gusta repetir que en esta crisis hay ganadores y perdedores. No cabe duda de que Lizarrán, ya presente en 16 países y liderando sus segmento en España, es una marca ganadora. Desde la última vez que tuve ocasión de dirigirme a los servicios centrales y franquiciados, en Santander hace dos años, son el doble de profesionales. La organización les ha regalado sendos ejemplares del libro El Mundial de La Roja, que he firmado encantado.

Ayer por la tarde me habría gustado estar en la inauguración de la tienda de Desigual en la plaza del Callao de Madrid, de la que se hace eco hoy la prensa. Ha invertido 2’5 millones de euros en su ‘flagship’ de más de 2.000 metros cuadrados. “La única forma de capear el temporal es vender más y reducir los costes”, ha declarado Manel Adell, su Consejero Delegado. Desigual cerrará este 2010 con 179 tiendas propias y 29 franquicias, 1.695 córners en grandes almacenes y 6.143 tiendas multimarca: 450 millones de euros de ventas, con un crecimiento del 50% anual.

Y también me habría gustado felicitar directamente a Caixanova, Everis y L’Oreal, ganadores del premio a la innovación en recursos humanos de Expansión & Empleo. El accésit ha sido para NH, BDO, Gas Natural Unión Fenosa, Kellog’s, Systems Nyscyah, La Caixa y FYM. Tengo el honor de que hayamos trabajado con ocho de las diez en temas de talento.

Asimismo los Príncipes de Asturias entregaron los premios de la Fundación Seres a la Innovación y al Compromiso Social: a DKV Seguros por Integralia (enhorabuena Josep, Jorge y todo el equipo), Grupo Norte, NH, Grupo Siro y MRW. Don Felipe dijo que “la RSE debe entenderse


Durante el fin de semana, mi cuñado Carlos me enseñó el artículo en La Vanguardia de Ramón Aymerich, titulado La vecina de abajo:
“La vecina de abajo hubiera comprado deuda de la Generalitat a 4,75%. Pero ni se le pasó por la cabeza. La vecina de abajo cobra un buen sueldo como ejecutiva en una empresa mediana, pero lleva tres años con el sueldo congelado y ahora llega a fin de mes echando mano de la tarjeta de crédito. Primero se vendió las cuatro acciones que tenía. Después paralizó el plan de pensiones. Al final ha acabado por pedir un anticipo a cargo de la próxima extra. Hay dos cosas a las que ella no renuncia. Una es el colegio de pago de sus dos hijos. Otra, ir a comer sábado y domingo con la familia. Y hacerlo en los mismos restaurantes que frecuentan los padres de los amigos de sus hijos. La vecina de abajo es una adelantada a su tiempo. Un estudio del BBVA prevé que en el próximo año los ciudadanos se coman el 15% de sus ahorros para seguir consumiendo. O tiras del ahorro o te endeudas. Lo que importa es que no se note que has dejado de ser lo que eras.
Un periodista llamado Paul Mason cuenta en su último libro (Live working or die fighting: how the working class went global) que, en realidad, los norteamericanos llevaban treinta años funcionando de ese modo. A crédito. Y que eso les permitió seguir consumiendo, obviar que perdían poder adquisitivo y seguir viéndose como clase media.
La clase media es un concepto tramposo y frágil. Es un tramo del IRPF. Pero también un sueño de pertenencia a una comunidad ideal, al cumplimento de unos mínimos signos externos. En Estados Unidos, una casa en las afueras, un descapotable en la puerta y una jubilación en Florida. En la Catalunya de los treinta, Macià propuso caseta i hortet para todos. En la Catalunya de Pujol y Montilla, el acceso a la catalanidad ha sido también una promesa de clase media. El convencimiento, para el que llegaba, de que iba a trabajar duro, pero que sus hijos iban a vivir mejor en una sociedad con plenos derechos.
Pero cuando esos mecanismos se oxidan, la cohesión social se resiente. Otros dos periodistas, estos italianos, Massimo Gaggi y Edoardo Narduzzi (El fin de la clase media y el nacimiento de la sociedad de bajo coste),imaginaron un mundo en el que los productos low cost ocultaban el declive de una clase media aplastada entre unos ricos muy ricos y unos pobres siempre pobres. Se quedaron cortos. Los recortes sociales y la pérdida de poder adquisitivo están empujando a esa clase media hacia abajo en todo Occidente. Se percibe en la ira de los republicanos del Tea Party, que sueñan con pasarse el día en la barbacoa. Está también en las protestas contra David Cameron. Quizás porque en Londres el abismo entre unos y otros es muy visible: los ejecutivos de la City aumentan sus sueldos astronómicos y los funcionarios del British Council pierden su empleo.
La vecina de abajo también está rabiosa. Y carga las tintas contra los que ve como más pobres. Está harta de pagar impuestos y de ver que los subsidios se los llevan los más pobres. Es lo que tienen a veces las clases medias. En su angustia por la pérdida de estatus, cargan contra los más pobres, a los que ven como causantes de todo. La vecina de abajo no lo sabe. Pero va camino de convertirse en un peligro”.

En Europa, este crisis de la avaricia se está cargando la clase media (la que de verdad produce, crea empleo y sostiene el estado del bienestar) a pasos agigantados. Al otro lado del Atlántico, se está creando clase media a toda velocidad…

Como homenaje a Luis García Berlanga he estado viendo en el tren de Tudela a Madrid El Verdugo (1963), con guión de Berlanga y de Rafael Azcona. Una de las mejores películas del cine español de todos los tiempos. Y ya en casa, la segunda parte del “duelo ibérico”, por la candidatura del Mundial 2018.

PD: Muchas gracias a la empresa que ya ha comprado decenas de ejemplares de Mourinho versus Guardiola, antes incluso de que esté en librerías, para regalárselo a sus clientes por navidad. Todo un detalle.