La meritocracia en el béisbol

Ayer martes se celebraron los VII Encuentros Gerenciales organizados por Sodexo Venezuela, bajo el título Motivación y Alto Desempeño, con el apoyo de Accenture y HayGroup. En una mañana muy lluviosa que hacía particularmente difícil el infernal tráfico de Caracas, la Quinta La Esmeralda (uno de los principales referentes de la capital venezolana para la celebración de grandes eventos) contó con unos 400 profesionales, en su mayoría directores de Recursos Humanos, deseosos de compartir información sobre las últimas tendencias en gestión y desarrollo del talento.

El maestro de ceremonias, Manuel, es un gran comunicador que nos ha ido presentando a cada uno de los ponentes. Por parte de Sodexo, Piero y Santiago, directores de mercadeo y comercial respectivamente, nos presentaron un vídeo sobre su compañía como aportadora de soluciones de motivación, en el que distintos profesionales de la empresa comentaban lo que más les motivaba de trabajar allí. Posteriormente, Ignacio Gagliardi, líder de la práctica de HayGroup para la región andina, nos habló de "Enfrentando tiempos de cambio": la importancia estratégica de la motivación y el liderazgo ofreciéndonos los últimos datos para Venezuela, Iberoamérica y el resto del mundo. Le sucedió en el uso de la palabra Andrés González, responsable de la práctica de Capital Humano de Accenture para Sudamérica hispana, que nos habló de "Gestión individualizada de personas": la personalización en la gestión del talento, utilizando la tecnología disponible y estableciendo un paralelismo entre la gestión de la relación con los clientes (clientes externos) y el talento (clientes internos). Se da la circunstancia de que un servidor es alumni tanto de Accenture (estuve en la división de Change Management Services en Andersen a finales de los 80) como de HayGroup (durante seis años y medio, en los 90) y mantengo buenos amigos en ambas organizaciones. Ha sido “cheverísimo”, como se dice en Venezuela, escuchar a dos líderes empresariales como Ignacio y Andrés.

En el descanso para el café, Carolina Jaimes Branger, una de las mayores expertas en educación de este país, me ha regalado dos libros suyos: El anclaje del subdesarrollo, en el que explica que un paradigma (modelo mental) de subdesarrollo suele dar al traste con las opciones de un grupo humano (equipo, empresa, país). Sumamente interesante. Y un cuento titulado Los 7 encuentros, que ha dedicado a mi hija Zoe. Es una preciosidad de texto, ya en séptima edición, que Carolina dedica “al niño que vive en Luis Alberto Machado”. Luis Alberto Machado fue ministro de la inteligencia de Venezuela y lideró un proyecto educativo verdaderamente transformador. “Esta persona mayor me enseñó que tengo que buscar mis sueños, allí donde se encuentren”. Carolina, Luis Alberto y muchas de las personas con las que me relaciono en este viaje representan lo mejor de este gran país iberoamericano, su apuesta decisiva de talento por el presente y por el futuro. Carolina además, durante el tiempo de café, ha aplicado su proverbial constancia para que probara unos “tequeños”, un plato delicioso, y me ha presentado a la presidenta de la asociación de escritores venezolanos, a uno de los economistas más destacados del país y a muchas otras personas muy interesantes de conocer.
Este evento es de tal importancia para Venezuela que me entrevistaron varias cadenas de televisión (Globovisión, Venesión) y diferentes diarios.

Tras el descanso, Manuel me presentó para que hablara durante una hora sobre Organizaciones de alto desempeño, poniendo el énfasis en la importancia decisiva del talento (que hay que definir convenientemente), en cómo gestionarlo (utilicé el paralelismo con el deporte de alta competición, especialmente con el éxito de La Roja en el Mundial de Sudáfrica) y en lo relevante que resulta para la atracción, fidelización y desarrollo del talento y como consecuencia para la productividad, competitividad y rentabilidad, convertir la empresa en una meritocracia. Me he sentido muy a gusto ante un auditorio tan interesado en lo que un servidor les podía contar sobre estos temas.
Para finalizar, Nicolás Vegas, gerente general de Sodexo Venezuela, ha liderado un turno de preguntas con los tres ponentes: Ignacio, Andrés y un servidor.

Sodexo nos invitó tras el evento a los responsables de Accenture y HayGroup, a los organizadores (Nelson, Juan José), a directivos de la propia compañía (Nicolás, Piero, Carol Florez) y a un servidor a almorzar en uno de los restaurantes más distinguidos de Caracas, Mohedano. Su chef, Edgar Leal, que a sus 40 años ha trabajado en El Bulli con Ferrán Adriá y posee un restaurante en Miami, Cacao, considerado por Zagat uno de los 20 mejores de Estados Unidos, tiene una propuesta sumamente creativa: reinventar la comida tradicional venezolana. Tengo la intuición de que la gastronomía venezolana relevará en su día a la peruana como la cocina de moda. Hemos disfrutado de unos deliciosos entrantes que nos ha ofrecido Edgar Leal y de plato principal un servidor ha pedido un steak, que me han servido como si estuviera bañado en chocolante, con unos grandes churros (sí, churros) encima. Resulta que los churros están hecho de patata, y la salsa es una especie de “café de París” con lo que el resultado es maravillosamente innovador. La memoria de nuestros sentidos nos dificulta ver un churro como salado, aunque lo sea.

Durante la comida, he disfrutado especialmente de la conversación con Nicolás, un hombre sanamente culto como suelen serlo los mejores directivos en todo el mundo. Me ha recomendado una película venezolana, Hermano, que considera una de las mejores que ha visto últimamente y que no pienso perder; así como una obra de teatro, Actos indecentes, sobre el juicio a Óscar Wilde. Me ha hablado de la importancia de la igualdad de oportunidades (la única igualdad, en realidad) y de cómo el modelo social hace muy difícil esa igualdad de oportunidades en la educación, las empresas, los emprendedores. Y que sin embargo hay modelos como el béisbol, el deporte preferido de Venezuela (aunque el fútbol se sigue mucho y el Mundial aquí ha sido un delirio), en el que sí hay una auténtica meritocracia. Una cincuentena de jugadores de béisbol venezolanos juegan en la principal liga del mundo, la de EE UU, y unos 200 en las ligas menores. En el bésibol, como en todo deporte de alta competición, hay marcador, hay resultados, hay talento. Es, como diría Shakira en su canción Waka Waka, “la única justa de las batallas”. Una batalla por el talento.

Nelson Ríos y un servidor salimos antes del postre al aeropuerto de Maiquetía para tomar un vuelo a Porlamar (Isla Margarita). Nos esperaba otra de las mejores empresas de Venezuela, Sigo, que tiene allí su Universidad Corporativa. Entrando en el avión de la compañía Láser, lo primero que nos entregaron es una revista de Sigo, la de mayor tirada del país, con 100.000 ejemplares. Una publicación de muy alta calidad, de 90 páginas, con interesantes artículos como “Los cinco roles que debe asumir un líder”, “El fútbol, un gran aliado para crecer sanos y fuertes” o “Un gran spa llamado Margarita”. Tengo la impresión de que uno de los lugares más bellos del planeta hay una combinación de vanguardia de disfrute por el trabajo, calidad de servicio y desarrollo del talento realmente transformadora.

Mis agradecimientos para muchísimos profesionales que han hecho posible un evento tan excelente como el que vivimos ayer: a Nicolás y su equipazo de Sodexo; a Nelson, Juan José, Olga y Morelba una vez más; a Carolina, Cecilia, Isis y toda la amabilísima gente con la que he estado en este evento; a mis siempre compañeros de Accenture y HayGroup, liderados por Andrés e Ignacio; a un chef de talla mundial como Edgar Leal, que nos preparó una comida indescriptiblemente deliciosa…