Lope

Esta mañana he estado en el Tanatorio del Hospital de Sanchinarro. Mi tía Dolores, casada con Álvaro Villar, falleció anoche, tras 9 meses de enfermedad (tumor pulmonar). Comentaba hoy Álvaro había sido, como casi todos nosotros, poco propensa a hablar o pensar sobre la muerte y que en los últimos meses la aceptaba con una serenidad pasmosa…

En El Mundo de hoy, sección Deportes, Carlos Carbajosa titulaba desde Buenos Aires su artículo Con la patria en la maleta. Y decía: “En el estupendo libro El Mundial de La Roja, se habla de las claves que produjeron el sonado éxito y se cae en la cuenta del proceso de identificación que en pocos años ha desembocado en una máxima: la patria está en la camiseta”.Y cita a Jorge Carretero, portavoz de la Federación: “Hace unos años este tipo de viajes sólo eran comprensibles para ése que todos conocíamos como grupo de élite del fútbol mundial. Pero es que la selección española encabeza hoy ese grupo de élite”. En la página anterior, Orfeo Suárez habla del Liderazgo de Vicente del Bosque. En sus vacaciones estivales, cada vez que entraba en un restaurante, la gente se levantaba y aplaudía a rabiar. Él se ponía “colorao perdido”. Le atribuye el mérito a sus jugadores: “Son más que buenos. Son jóvenes ejemplares, y eso genera simpatía. Los comportamientos chulescos se llevan cada día menos en el fútbol. Un jugador que los tenga no encajaría en esta selección”. A las 12 del martes 7 (el mismo día que sale El Mundial de La Roja, bendita casualidad) se sabrá quién es el Premio Príncipe de Asturias del Deporte. Muchos apostamos por que sea La Roja, con todos mis respetos para Edurne Pasabán, Haile Gebresalassie o Jeannie Longo. Lo que nos hace disfrutar La Roja no tiene punto de comparación.

Me ha impactado el mensaje de los 33 mineros chilenos atrapados a 700 metros de agradecimiento a Abengoa (El País Negocios) por su colaboración en el sistema que permite que se comuniquen al exterior. Debemos sentirnos muy orgullosos de esta empresa, una de las mejores para trabajar en nuestro país. Zara ha inaugurado su tienda por Internet, y el gran Borja Vilaseca repasa en El País Semanal las relaciones entre padres e hijos, incluyendo entre las opiniones a Pilar García Fuertes, directora del Museo del Ferrocarril de Cataluña, con la que he tenido el placer de compartir unas sesiones del Máster de Coaching de la Universitat de Barcelona.

Por la tarde he ido a ver la película Lope, de Andrucha Waddington. Ya era hora de que se llevara a la gran pantalla algo de la vida de Lope de Vega (1562-1635), el Fénix de los Ingenios (3.000 sonetos, 1.800 comedias), amigo de Quevedo y de Juan Ruiz de Alarcón, enemistado con Góngora, envidiado por Cervantes. Su vida fue espectacularmente extrema: leía latín y español a los cinco años, a los 12 escribe comedias, se formó en la escuela de Vicente Espinel, estudió en la Universidad de Alcalá de Henares, sirvió en la Armada (invencible) a las órdenes de D. Álvaro de Bazán, destierro, sacerdocio... La película se centra en los años alrededor de 1587 (un Lope de 25 años), cuando sirvió al Marqués de Navas, se enamoró de Elena Osorio (Pilar López de Ayala), casada con el actor Cristóbal Calderón. Elena se casó después por conveniencia con Francisco Perrenot (Miguel Ángel Muñoz), sobrino del Cardenal Granvela, lo que desató la ira de Lope contra Elena y su padre Jerónimo Velázquez (Juan Diego). Se casó el 10 de mayo con Isabel de Urbina (Leonor Waitling), tras raptarla con su consentimiento. Y por los libelos contra la familia Velázquez fue castigado a 8 años de destierro, 2 de Castilla, bajo pena de muerte si no cumplía la sentencia. Vivió en Valencia con su amada Isabel de 1588 a 1590 y volvió a Toledo ese año, y regresó a Madrid en diciembre de 1595.

La película me ha gustado mucho, por la fuerza de la historia (y de los versos de Lope), la calidad de actores y actrices (además de Pilar, Leonor y Juan Diego, Luis Tosar o Alberto Ammann) y el ritmo de la narración. Algunos críticos han comentado que la vida de Lope merecía más empaque y no algo tan comercial, a lo ‘Shakespeare enamorado’. No lo sé. De momento, podemos ver a Lope de Vega en pantalla. Creo que la película funcionará muy bien. La cinta acaba con el soneto Desmayarse, del ‘Monstruo de la Naturaleza’, como le llamó Cervantes.

Desmayarse, atreverse, estar furioso,
áspero, tierno, liberal, esquivo,
alentado, mortal, difunto, vivo,
leal, traidor, cobarde y animoso:
no hallar fuera del bien centro y reposo,
mostrarse alegre, triste, humilde, altivo,
enojado, valiente, fugitivo,
satisfecho, ofendido, receloso:
huir el rostro al claro desengaño,
beber veneno por licor süave,
olvidar el provecho, amar el daño:
creer que el cielo en un infierno cabe;
dar la vida y el alma a un desengaño,
¡esto es amor! quien lo probó lo sabe.