Se veía venir. A una semana de empezar el Campeonato Nacional de Liga (que se anuncia como “la mejor liga del mundo”), los medios se han hecho eco de José Mourinho y Pep Guardiola. En el El País Semanal, entrevista de Juan Cruz al “coach” portugués del Real Madrid (que no suele concederlas): “En el fútbol lo arriesgo todo. En lo personal, riesgo cero”. El traje que se ha hecho a sí mismo, comenta Cruz, es “un pararrayos sobre el que caen los truenos que él no quiere que caigan sobre los jugadores”. “Mourinho no es sólo el hombre del ceño fruncido, cabreado con media humanidad (la que no está con él. Es también un tipo afable, que marca bien las distancias pero que no se va del sillón cuando se cumple el tiempo prometido para este encuentro”. Michael Robinson, que coincidió con él un mes en Yugoslavia, le describe como “un hombre cálido, afectivo y espléndido. Según ha ido evolucionando, esas características han calado en su personalidad y ahora no sólo es un gran entrenador, sino que tiene muchos registros como ser humano. Se pone un traje ante los medios, pero es un crack de la comunicación, generoso con los futbolistas; les hace saber que ellos son los que ganan y él es el que pierde, por eso le tienen adoración. Les transmite amor y respeto; es más blando que duro. Sus guerras dialécticas son momentáneas. Son pequeños instantes de una vida que inspira un especial cariño”. Cita Juan Cruz aquellos versos: “Para que yo me llame Ángel González, para que mi ser pese sobre el suelo” y Mou responde: “Mi pensamiento es el fruto de la unión de la universidad y el fútbol”. De su padre aprendió la honestidad. “Es lo más importante de un entrenador, y quizá de un hombre”. “Los jugadores importantes quieren hacer historia, su propia historia. Dentro de 50 años seguiré estando en la historia del Oporto, del Chelsea, del Inter… “Lo importante es ganar. ¿Y cuándo se pierde?”, pregunta Juan Cruz. “Se debe saber por qué. Se debe saber dónde mejorar. Si es culpa nuestra o del adversario. Si es culpa nuestra, es un gran problema. Si es culpa del adversario, porque ha sido mejor que nosotros, okay, lo aceptamos, porque queremos ser mejor que el adversario será un estímulo para mejorar. Cuando se pierde por culpa propia, debes pensar muy bien qué hacer.” Mourinho habla de la identidad cultural (el Chelsea, campeón de Inglaterra, si jugara la liga no la ganaría y lo mismo con el Barça en la Premier), de Guardiola (“Guardiola tiene una formación de cultura de club de toda la vida. Ha estado un año en Brescia (Italia) y otro en Qatar (donde seguramente jugaba más al golf, que le gusta mucho), pero su vida es el Barça. Cuando me lo han preguntado alguna vez, siempre he dicho que Pep es el entrenador perfecto para el Barça. Es catalán, es culé, nació allí, en La Masía, es amigo de Cruyff, hay aficionados con mucho amor por él, con mucho amor por el club. Lo entiende todo, lo tiene todo. Para mí es el entrenador perfecto para el Barça. Cuando nombraron presidente a Sandro Rosell y le ofreció seis años de contrato…,¡yo le habría ofrecido diez!”. Hace 10 años, cuando empezó a entrenar, Mou tenía tres objetivos: ganar la Champions con tres clubs diferentes (lo ha hecho con Oporto e Inter), ser el único en ganar las tres ligas más importantes (lo ha logrado en la inglesa y en la italiana; falta la española) y dar a Portugal el título de Campéon del Mundo. Sobre su país, “no tengo saudade, pero tengo mucha pasión”. No lee lo que se dice de él. Y en lo personal, “soy un hombre de perfil bajo, no me gusta la vida social, nada. Y la mentira, lo que menos me gusta”.
En el mismo semanal, un artículo de David Trueba, Guardiola. El hijo del ‘paleta’ (me gusta más el de portada: Maestro Guardiola. Un corazón en alpargatas). Su verdadera vocación tiene algo de profesoral. “Guardiola en sueños habla de fútbol”. Sólo se somete a las ruedas de prensa, no concede entrevistas. Amor particular, de Lluis Llach, es una de sus canciones de cabecera.
En El País, mi amigo John Carlin utiliza una cita de El Rey Lear ("Somos para los dioses lo que las moscas para los niños malvados: nos matan para su deporte") para declarar su completa admiración por Mourinho. Cree que el Manchester City debería pagarle a Mou 30 M al año en lugar de malgastar 150 M en fichajes. Es la centralidad del entrenador, que compartimos ambos.
También en El País Semanal, la escritora Clara Sánchez hace una preciosa semblanza de la RD. “Toda la exuberancia del Caribe cabe en la República Dominicana”.
En el Magazine de El Mundo, Míchel y Quique, entrenadores del Getafe y del Atleti, respectivamente. “El entrenador ha dejado de ser un alineador” (Míchel). “Sin grandes seleccionadores no se ganan títulos” (Quique). Javier Caballero escribe El entrenador español está de moda, en la que tiene la amabilidad de citarme en varias ocasiones. Y elabora un ingenioso parchís en el que se ven “cuatro maneras de entender el fútbol”: el consentidor (Del Bosque, Rijkaard, Arsenio, Pellegrini), el filósofo (Guardiola, Cruyff, Laudrup, Lillo), el apasionado (Luis, Camacho, Van Gaal, Clemente) y el autoritario (Mourinho, Bilardo, Schuster, Capello). Un parchís muy brillante.
En XL Semanal (Grupo Vocento), Máster para bebés, de Carlos Manuel Sánchez. “Al igual que las carreras universitarias se adornaron con másters, ahora la educación preescolar se llena de programas de estimulación temprana. Un nuevo y gran negocio”. Desde el ‘efecto Mozart’ a ‘Baby Einstein’.
Y en la revista mensual Men’s Health, Las claves del éxito, por Xan Pita. Básicamente, seis:
1. Sigue tu idea: “No es sólo de perseverar en lo que amas. Es creer que lo que has elegido es posible” (Alberto Ammann, actor).
2. Crea un plan: “Busca tu propia voz. Crea tu propio estilo” (Carles Francino, presentador de radio).
3. Vive el presente: “El trabajo diario, el entrenar hasta llegar al máximo nivel, teniendo siempre claros los objetivos que se quieren conseguir y plantearte retos temporada a temporada, es una de las claves del éxito” (Rudy Fernández, jugador de baloncesto).
4. Aprende del fracaso: “Nunca te rindas. Mantén la cabeza bien alta, incluso cuando las cosas te vayan mal” (Fernando Verdasco, tenista).
5. Adáptate a las circunstancias: “Entrégate. Para ser el mejor en lo que haces, hay que darlo todo” (José Mª Manzanares, torero).
6. Diviértete: “El éxito no tiene nada que ver con lo que haces, sino con hacer lo que te gusta” (Imanol Arias, actor).
La fórmula del éxito = Idea genial + Acción ahora, multiplicado por Persistencia y Flexibilidad y todo ello potenciado por Diversión.
En la misma revista, el dato de que España registra 70.000 infartos al año, de los que 29.000 son muerte súbita, según la Sociedad Española de Cardiología. Cinco claves: evitar el chute matutino de cafeína (mejor cereales ricos en fibra; nada de cosas fritas), ser el jefe de uno (los mandos intermedios lo llevan mal), hacer ejercicios cortos y explosivos (bombeo de sangre), 1-2 copas de vino (beber más de 30 unidades alcohólicas puede provocar embolia) y combatir el estrés caminando (nada de ahogarlo en alcohol). Tiene sentido. Me apunto la "disciplina" de la copita de buen vino, que es la que hasta ahora me falta.
Mis agradecimientos de hoy para los buenos periodistas y escritores: John Carlin, Juan Cruz, David Trueba, Javier Caballero, Clara Sánchez, Xan Pita y Carlos Manuel Sánchez.