La vecina americana

Dada la enorme repercusión mediática que está teniendo la visita privada de la primera dama de EE UU a Marbella, me he comprado en la FNAC del Centro Comercial La Cañada de esta ciudad Michelle. La biografía, de Liza Mundy, publicada en castellano en febrero de este 2010. Un servidor tenía la impresión de que Michelle Obama (de soltera, Michelle LaVaughn Robinson, nacida el 17 de enero de 1964) es la gran causante de la forja de un personaje tan fascinante como el actual Presidente de los Estados Unidos. De esta biografía, muy bien estructurada y documentada, destacaría lo siguiente:
- Hija de Fraser Robinson III, empleado público (portero de la empresa de aguas de Chicago). Los Robinson, esclavos hasta 1884, provenían de Georgetown, y llegaron al South Side de Chicago en busca de una vida mejor. Seis meses después del nacimiento de Michelle, el Presidente Johnson firmó la ley de derechos civiles que prohibía la discriminación racial en espacios públicos y en viviendas estatales. Como su marido, Michelle heredó los sueños de su padre. “En lo profundo de mi ser, todavía soy ese niña pequeña que creció en el South Side de Chicago”. Su padre era líder de un distrito electoral, en permanente contacto con sus votantes. Un trabajo “voluntario” con un empleo patrocinado. Michelle vivió la política desde pequeña.
- A sus 6 años, los Robinson se mudaron al South Shore (10 años después, en 1980, el barrio lo formaban un 96% de afroamericanos). Su colegio formaba parte de un programa para estudiantes con talento y ella obtuvo la 2ª mejor nota de la clase. Sus padres le inculcaron la cultura del esfuerzo. “Aprendimos de los mejores cómo funciona un hogar feliz”. Según su madre, “Michelle se ha criado a sí misma desde los 9 años”. “Se forjó una identidad desde muy joven”. En opinión de una vecina, “Siempre ha sido muy elegante”. Michelle ha comentado: “Lo que aprendí al crecer fue que si no quería que me dieran una paliza al salir del colegio, no podía alardear de ser inteligente ante compañeros que están teniendo muchas dificultades”. Se trataba de “ser lista sin parecer una lista”.
- Estudió en Whitney Young, un buen instituto (52% de afroamericanos, 38% bancos, 9% hispanos) y fue admitida en Princeton en 1981 (imaginó que si su hermano Craig podía entrar, ella también podría). Un enclave elitista que jugó un papel fundamental en la discriminación positiva. En su tesis expresó su malestar porque la universidad no apoyaba lo suficiente a los estudiantes negros: “El camino que he escogido seguir al asistir a Princeton presumiblemente me encamine hacia una mayor integración y/o asimilación dentro de la cultura blanca y una estructura social que sólo me permitirá permanecer en la periferia de la sociedad; sin llegar a ser nunca una participante plena en la misma”, escribió en la tesis. ¡Qué ironía!
- Llegó a la Harvard Law School en otoño de 1985 (21años) con un silencioso compromiso con el cambio social. Colaboró en la Oficina de Ayuda Legal, una empresa multirracial gestionada por alumnos. Su actitud era poco impresionable. Si alguien trabajaba duro, pensaba: “Bueno, eso es lo que se supone que tienes que hacer”. En el mensaje de los padres a la promoción de 1988, Fraser y Marian escribieron sobre ella: “Sabíamos que lo conseguirías desde hace 15 años, cuando no conseguíamos que te callases”.
- Fichada en el bufete de Sidley & Austin por un antiguo alumno de Princeton, pasó al “grupo de marketing” (derechos de propiedad intelectual). “Probablemente es la empleada más ambiciosa que haya visto nunca”, comenta su entonces jefa. La describen como “impaciente, capaz y deseosa de dejar su huella en el mundo”. En 1989, Barack Obama entró en ese bufete para cubrir un puesto de verano. Michelle pensó que sería “estirado, raro y molesto. El típico chico raro con labia”. La empresa designó a Michelle como consejera y mentora de Obama. A ella le parecía “de mal gusto” que empezaran a salir “los dos únicos negros” del bufete.
- Michelle era muy exigente con sus novios. Según su hermano Craig, lo que le interesó de Obama es que “era un tipo inteligente que no actuaba como si fuese más listo que el resto. Tenía además buen porte y sabía manejar la personalidad de mi hermana”. Ella se volvió una mujer locamente enamorada. Los dos estaban “embelesados, absortos, charlando a lo suyo”. A Barack le impresionó que ella fuera “vistiendo inmaculadamente, bien arreglada, con aplomo y resuelta. Le conmovía ver muy de vez en cuando algún atisbo de vulnerabilidad”. Obama era “transparente y adorablemente ambicioso”. Cuando Barack tuvo que volver a Harvard, “la pareja mantuvo un romance a larga distancia y se casaron a los tres años de empezar a salir”. Contrajeron matrimonio en 1992. Barack y Michelle “han mantenido un hogar estable e intacto”.
- En 1991, Michelle dejó el bufete (ese año falleció su padre), se implicó en la administración municipal y se convirtió en directora de una ONG, Aliados públicos. “Mientras muchas parejas trabajan en esferas que no se superponen, Michelle y Barack eran más bien una especie de equipo. Redactaban discursos a instancias del otro y se invitaban a mesas de debate”. Michelle es tan trabajadora como su marido, y muy meticulosa.
- En 1995, con 33 años, Obama decidió presentarse a senador en el Estado de Illinois. Michelle veía que se quedaba corto para sus posibilidades. Como socia política, ella fue maravillosa recaudando dinero para la campaña. Obama ganó y entró en el Senado en enero de 1997. El sociólogo de Harvard Robert Putnam, autor de Solo en la bolera, le propuso a Obama que se uniera al Saguaro Seminar, para “mejorar el compromiso cívico en América”, donde había pensadores, académicos, trabajadores sociales, de las más variadas idelogías. Obama demostró su talento para reconciliar distintos puntos de vista. Las reuniones eran los fines de semana y Michelle no estaba nada contenta.
- En 2000, Obama retó en el Congreso a Bobby Rush, antiguo Black Panther. Fue el momento de mayor tensión en la pareja. Casi no se hablaban. Obama perdió estrepitosamente. “La tensión marital complicaría su posición como candidato”. Ella le dio una oportunidad más en la política, y si no Obama iría a la empresa privada. Barack se planteó luchar por el Senado de EE UU y Michelle pensaba cómo podían costearlo. El sugirió que escribiendo un buen libro. El matrimonio tuvo una serie de afortunados acontecimientos: el hasta entonces senador anunció en 2003 que no se presentaría a la reelección, Barack fue capaz de contar con David Axelrod (el principal asesor político de Chicago), sus dos principales contendientes demócratas dividieron el voto blanco… En marzo de 2004, Obama ganó las primarias con el 53% de los votos. El contrincante republicano se enfrentó a un escándalo matrimonial. En verano, con la Convención demócrata en Chicago, el partido decidió que Obama diera el discurso inaugural, con un mensaje de unidad y cambio. “Más que un ascenso, fue una levitación política”. Se convirtió en un personaje nacional. “No puedo sentarme en casa y ver a mi marido pasar doce horas al día trabajando y no remangarme y ponerme a su disposición de hacer lo que sea por la causa”, dijo Michelle. Obviamente, Obama ganó el Senado. Con la reedición de su primer libro (Los sueños de mi padre) y el adelanto de los derechos del segundo (La audacia de la esperanza), 2 millones de dólares, compraron una mansión en Hyde Park por 1’6 millones.
- La competición femenina. Barack se convirtió en un político de éxito, enormemente atractivo, y en Washington. “Michelle tiene el control totalmente. Ella es amigable, pero muy severa y tajante y está muy involucrada en la toma de decisiones de él”. Sobre lo que le depararía el futuro, Michelle declaró: “No puedes adelantarte a ti mismo en este punto porque pierdes enfoque y efectividad”.
- Con motivo de la publicación del segundo libro, octube del 2006, los Obama fueron al programa de Oprah Winfrey. Coincidió con su 14º aniversario de boda. Antes, en verano, habían viajado a África: Darfur, Kenia… En navidades de 2006, en Hawai, Obama le preguntó a Michelle qué le parecería que luchara por la Presidencia. “Pues ahí vamos”, fue su respuesta.
- El 5 de febrero de 2007, 5 días antes de que Obama anunciara formalmente su candidatura, Michelle se cambió a un trabajo a tiempo parcial para poder dedicar más tiempo a la campaña. Ella le pidió que dejara de fumar (“no podía ser un presidente que fumase”). En mayo de 2007, Michelle recortó su carga de trabajo un 80% y se centró plenamente en la campaña. “Para mí es un ahora o nunca”. “Si Barack no gana, todo habrá sido un sueño”. Junto con David Axelrod, ella ha sido la principal asesora de la campaña. Su recomendación: “Barack, siente, no pienses”.
- En 2008, Barack Obama sólo estuvo en casa con tiempo libre 10 días sobre 365. Michelle escribe un diario familiar, para que su marido esté al tanto de lo que le pasa a sus hijas. La principal ocupación de Michelle durante la campaña fue “humanizar” a su marido (nacido en Hawaii, hijo de madre blanca de 18 años oriunda de Kansas y de un estudiante keniata de intercambio que abandonó a la familia al poco de nacer Barack, criado por sus abuelos del Medio Oeste): “Es un hombre con talento, pero al fin y al cabo, es sólo un hombre”. “Está el Barack Obama que es un fenómeno, el Barack Obama que es un genio, el director de la Harvard Law Review, el profesor de Derecho Constitucional, el abogado de los derechos civiles, el trabajador social, el autor de best sellers, el ganador de premios Grammy. Ese Barack Obama es un tipo que impresiona mucho. Después…”, hizo una pausa, “está el Barack Obama que vive en mi casa. Ese tipo no es tan impresionante. Tiene problemas para sacar las tostadas y para poner los calcetines junto a la ropa socia, y no hace la cama mejor que nuestra hija de cinco años, Sasha. Así que tendrán que perdonarme si estoy algo sorprendida por todo este revuelo sobre Barack Obama” (Nueva York, marzo de 2007).
- En febrero de 2008, Michelle declaró: “por primera vez en mi vida adulta, estoy orgullosa de mi país porque se siente que la esperanza está regresando”. Anteriormente había calificado a EE UU de “nación maliciosa” “guiada por el miedo”.
- Se hace la manicura y va a la peluquería todos los viernes. Es una persona con un modelo tradicional de familia y un rápido y vivo sentido del humor. Quienes la conocen dicen que es tan inteligente como su marido, incluso más. Es una persona de hechos, una mujer de acción, extrovertida, no una intelectual. No le gusta cocinar y es tremendamente organizada. Es mejor jefa que empleada, le gusta estar al mando y odia perder el tiempo. Tiene mucha fuerza y puede resultar intimidante. Barack Obama le llama “la jefa”. Michelle se considera, más que la primera dama, la “Madre en jefe trabajadora” (Chief Working Mother).

Esta maravillosa biografía de Liza Mundy me ha hecho comprender cómo es en realidad Michelle Obama. Admirable. Más allá de saraos a lo "Bienvenido Mr. Marshall", el mejor homenaje que le podemos hacer es admirarla y aprender de ella. Junto a un gran hombre, hay una extraordinaria mujer que lo hace posible.

Mis agradecimientos de hoy a Michelle y Barack Obama, que mantienen la esperanza en un mundo mejor, a la escritora Liza Mundy, a Ana Verano (Adecco) con quien he coincidido en Marbella y a Federico Aenlle, gran empresario, también marbellí de pro