Elegancia y relaciones salvavidas

Creo que deberíamos proclamar el 9 de agosto Día Internacional de la Elegancia. Una jornada en la que han nacido Whitney Houston (“I will always love you”), Melanie Griffith (maravillosa actriz la esposa de Antonio Banderas, que mañana cumple 50 años), Irene Martínez (Key Executive), Gillian Anderson (Expediente X), Audrey Tautou (la dulce Amélie), Rhona Mitra (fascinante en La vida de David Gale)… de políticos elegantes como el ex primer ministro italiano y ex presidente de la Comisión Europea Romano Prodi, del psicólogo Jean Piaget, del cantante colombiano Juanes, del actor australiano Eric Bana, de Sam Elliot (el veterano piloto de Up in the air), del tenista Rod Laver, del entrenador y futbolista Mario Zagallo, del científico Marvin Minsky

La elegancia es, para Keith Ferrari, el autor de Nunca comas solo y del más reciente 3 personas para cambiar tu vida, “el arte de hacer el mínimo esfuerzo para conseguir el máximo efecto, la máxima cantidad de poder y éxito en la vida”. Acabo de leer el último libro de Keith Ferrari, que cuenta cómo fundó en 2003 su propia consultora, Ferrazzi Greenlight. Su negocio le estaba decepcionando, porque se sentía abrumado y aislado (como en una fiesta con muchos amigos, en la que estuviera solo en la piscina, sacando la cabeza por encima del agua; es la acertada metáfora que Keith emplea). No había dedicado tiempo a formar a sus colaboradores lo suficiente y él hacía casi todo el trabajo de campo. Era un directivo ausente, trabajando como un loco de aquí para allá. En una espiral descendente. Un experto en networking incapaz de gestionar las relaciones en su propia empresa. Quedó con Peter Guber, antiguo productor de Sony Pictures y viejo amigo, que le recomendó: “Keith, creo que necesitas plantearte ser un poco más elegante”.
Desde la definición antes citada, Ferrazzi (y muchos de nosotros), debemos aprovechar mejor nuestro talento. La sugerencia de Keith (que le ha ido maravillosamente, por cierto porque triplicó los beneficios de su empresa en un año) es contar con “relaciones salvavidas”, gente que no te deja fracasar. Citando al arzobispo sudafricano (y premio Nóbel de la paz) Desmond Tutu: “Una persona es una persona por medio de otras personas”. KF trabaja menos y gana más, porque dispone de una tribu protectora.
El libro nos ofrece, para ser tribal, Cuatro modos de pensar que crean relaciones salvavidas: Generosidad (ofrecer ayuda), Vulnerabilidad (pedir ayuda), Franqueza y Responsabilidad (cumplir las promesas). Es la “mentalidad de la abundancia”: dar y dejar dar.

Los ocho pasos para la intimidad instantánea, según Ferrari, son:
1. Crea un entorno auténtico a tu alrededor
2. Olvida tus prejuicios
3. Proyecta lo positivo
4. Comparte tus pasiones (“contar historias es un transporte emocional”; Peter Guber)
5. Habla de tus objetivos y de tus sueños
6. Revive tu pasado
7. ¿Qué te desvela por la noche?
8. Miedos en relación con tu futuro

El autor pone como ejemplo Weight Watchers, una comunidad para perder peso de gran éxito. Y comenta, citando el artículo de la Harvard Business Review, “Ocho maneras de crear un equipo”, el estudio de 2007 según el cual los lazos sociales son el mejor indicador para predecir el éxito de un equipo (el “compañerismo” de La Roja). Los otros dos indicadores principales son las iniciativas formales para reforzar esas relaciones y los líderes que invierten tiempo en desarrollar una fuerte relación con sus equipos.
Hemos de elegir el compañero correcto, no cualquiera. Responsabilizarnos mutuamente y crear el “equipo ideal”, a través de 9 pasos: Dar forma a una visión, Buscar relaciones salvavidas (entre 3 y 6), practicar el arte de las cenas largas y tranquilas, ampliar la estrategia para determinar objetivos, crear tu Rueda del Éxito personal: aprender a luchar, diagnosticar tus puntos fuertes, comprometerte a mejorar y continuar hasta que lo logres (y luego hacer que permanezca).
Las relaciones salvavidas son aquellas capaces de hablar francamente, de ser abiertas y vulnerables contigo, de pedirte responsabilidades y de ser generosa en lo que hace por ti. Personas con las 4 C: Compromiso, Comprensión, Compenetración y Curiosidad. Personas diversas que te poyen.
Me gusta que Keith considera que la gente que se va de su empresa son “miembros graduados”, no perdidos. Personas que continúan su aprendizaje en otro escenario.
La Rueda del Éxito Personal la componen la Espiritualidad (valores), la Estimulación intelctual, el Bienestar fisico, el Éxito económico el Crecimiento profesional, las Relaciones profundas y la Devolución (filantropía). Mezcla, no equilibres.
Para el autor, un poco de estructura da para mucho. No elijas salvavidas cuyos valores o cuyo sentido del éxito difieren del tuyo.
Y compromiso. Keith Ferrari se hace eco del estudio de James K. Harte, Frank L. Schmidt y Corey L. M. Keyes a partir de la iniciativa GAllup Q12: La unidades de negocio más comprometidas eran entre el 0’87 y el 4% más rentables que las menos comprometidas, vendían entre 80.000 y 393.000 $ que el resto y un 14-51% menos de rotación no deseada.
Trabajar en equipo. En el caso de Thrivent (una entidad financiera), los comerciales que venían en equipo eran un 20% más productivos, su rotación era menor en un 23% y generaban nuevo negocio en un 37% más que los que vendían solos. “Cada uno de los miembros del equipo sabe que es muy, muy bueno en ciertas cosas y que hay otras cosas que más vale que deje para otro, porque las hace igual de bien o mejor” (Jeremi Hofer, Thrivent). Según otro miembro de Thrivent, “No diría que nosotros no tenemos ego, pero nos lo hemos guardado en el bolsillo, porque lo más importante aquí son los resultados”.

Un libro muy interesante. Me ha hecho replantearme el concepto de Elegancia y la necesidad de contar con relaciones salvavidas, consejeros propios. Durante este verano, un servidor se compromete a que, a la vuelta del verano, hará todo lo posible para ser “más elegante”. Menos trabajo – o al menos, el mismo- y aún mejores resultados.