Mi regalo de cumpleaños

Hoy he cumplido 46 años. En realidad, la festividad comenzó ayer con un delicioso almuerzo en Casa Robles, en Sevilla, con Justo y Belén, con quienes disfruté un montón, y a lo largo de todo el día, trabajando con los profesionales de Supermercados MAS. Muchas gracias a Kiki, Víctor, Carmen, Joaquín, Curro, Francisco, Antonio, Fernando, Manuel, Loren, Lourdes, Youssef, Miguel Ángel, Francisco Alonso, Antonia, Pedro, Mª Carmen, Vanessa, Andrés, José Luis, Fran 99 y Fran de corbata. Sois unos fenómenos y dais mucha alegría a vuestros clientes en las cafeterías de la empresa. Muchas gracias también a Paco Perea, una persona encantadora y gran especialista en RRHH, que me ha hecho una presentación de lujo.

Esta mañana he estado dando clase en el Executive MBA del CEU. Como era mi cumple, he dedicado los 90 minutos de hoy a la FELICIDAD. Ya Aristóteles decía que “La felicidad es el sentido y la finalidad de la vida, el objetivo y fin de la existencia humana”. Siguiendo las investigaciones de Sonja Lyubomirsky, tenemos un “margen de maniobra” del 40% (el 50% es predisposición genética, como el cociente intelectual, la tasa metabólica y el colesterol; el 10% son las circunstancias: la riqueza, la pareja, la salud) y básicamente son 12 “actividades deliberadas”. En hora y media, me he permitido desgranar estas doce campanadas y pedirles a los alumnos “deberes” para aumentar su felicidad porque, como dice Sonja, la felicidad no se busca ni se encuentra, sino que se crea, se construye.

La primera de las doce campanadas para la felicidad es la Gratitud, y en ella el autor de referencia es Robert Emmons (con su libro Gracias). No es un sentimiento, sino una actitud de aprecio: “Denken ist Danken” (Pensar es Agradecer), Martin Heidegger. Ya Cicerón nos enseñó que la Gratitud no sólo es la mayor de las virtudes, sino la madre de todas las demás. Hemos usado el “Top Ten de la gratitud” para que los alumnos elijan dos para sus deberes personales. La segunda es el Optimismo como estilo explicativo de la realidad. La referencia es Martin Seligman (y su libro Aprenda Optimismo). El optimismo es muy beneficioso, y por ello hemos comentado los 12 ejercicios del Fast (Good) Mood, desde enderezar la postura a volver a la naturaleza (paseo diario). La tercera es la Simplicidad (la referencia es Elaine Saint James y su Simplifica tu vida). Hemos repasado la mayoría de los 100 consejos de Elaine para no complicarnos demasiado y evitar la comparación social.

La cuarta campanada es la Amabilidad (como ejemplo, La senda del líder, del Dalai Lama y el consultor Laurens van den Muyzenberg): “La verdadera felicidad consiste en hacer felices a los demás”. La quinta es Cuidar las emociones sociales (inevitable referirse a John Gottman y a Daniel Kahneman). Hemos utilizado la cara del protagonista de la serie “Miénteme” respecto a las principales emociones. La sexta es la Resiliencia, término de la física de materiales y que se refiere al aguante (Boris Cyrulnik, Los patitos feos). Las personas resilientes comparten siete cualidades: Iniciativa, Independencia, Introspección, Relación, Humor, Creatividad e Integridad.

La séptima campanada es el Perdón (el libro de referencia es Perdonar, de Robin Casarjian). “Perdonar no es olvidar; es vivir en paz con la ofensa”. La octava, Fluir (Flow), el concepto creado por Mihalyi Csikzentmihalyi (pronúnciese Chips-sent-mi-jai). Cuando las capacidades se elevan y se igualan a los retos. El noveno, Saborear las alegrías de la vida. Me he permitido recordar el inicio de La sensación de fluidez en Txopebenta, cuando Leopoldo Zoe y Jesús Bauluz saborean con detenimiento la primera cena juntos, y que en Liderazgo Guardiola Leonor Gallardo y un servidor distinguimos entre ver y mirar, oír y escuchar, oler y olfatear, tocar y palpar, gustar y degustar. Las últimas imponen una selección consciente, son percepciones elegidas voluntariamente.

Las tres últimas campanadas son: 10º. Comprometerte con tus objetivos (una idea ya presente en el clásico Poder sin límites, de Anthony Robbins). “No hay personas perezosas, sino personas con objetivos impotentes; esto es, objetivos que no les proporcionan inspiración). 11º. Practicar la espiritualidad (Capital espiritual, de Danah Zohar e Ian Marshall): “No somos seres humanos con existencia espiritual. Somos seres espirituales con una experiencia humana”, Teilhard de Chardin. 12º Ocuparte de tu cuerpo y de tu alma: desde la actividad física y la meditación a actuar como una persona feliz. Un libro sobre ello es El atleta corporativo, del Dr. Jack Groppel.

Muchas gracias a los alumnos de este Executive MBA del CEU, que sois estupendos. A Rosa Porras, la abogada, con una sensibilidad maravillosa. A Elard Ticona, que ha venido desde Perú a aprender con nosotros. A Julio Oliva, licenciado en administración de empresas que ha hecho lo propio desde México. A Carlos Cruz Iglesias, auditor y experto en control de gestión, por su fina ironía. A Horacio Fernández Rodriguez, el economista vallisoletano. A Carlos Ortiz, Jefe de Estudios del CEU Montepríncipe (ojalá todos los docentes tuvieran tu talento). A David Lucas, un economista encantador. A Joaquín Holgado, el estupendo ingeniero con mentalidad de director de proyectos. A Miguel Pascual, Director del OTRI, que se toma todo con enorme perspectiva. Y a Carlos Vicente, el ingeniero humanista que se viene desde Murcia para seguir avanzando como profesional y como persona. Da gusto compartir el aprendizaje con vosotros, y ha sido un placer tomar el aperitivo juntos después de clase.

He pasado un día muy tranquilo (¡qué tiempos aquellos en los que montábamos para este día un cenorro mayúsculo con todo Eurotalent y sus parejas!) y el regalo de cumpleaños que he pedido ha sido que La Roja pasara a semifinales, algo histórico, sin precedentes. Paraguay ha planteado el partido muy seriamente, muy situados en defensa, muy fuertes físicamente. No ha sido nuestro mejor partido, ni mucho menos. Cuando el árbitro ha pitado penalti (justo) contra España, parecía que la maldición de cuartos se repetía. Si Paraguay se hubiera puesto 1-0, muy probablemente nos habría mandado a casa. Pero de nuevo, como el 22 de junio de 2008 en la Eurocopa frente a Italia, ha aparecido San Iker, parando el penalti. Maravilloso. A siete minutos del final, David Villa, el pichichi del Mundial, ha vuelto a marcar. De los 32 equipos que empezaron este Mundial de Sudáfrica, quedan cuatro: el Uruguay de Forlán y Luis Suárez contra la Holanda de Sneijder y Robben; la Alemania de Klosse contra La Roja. Europa empezó mal este campeonato, pero las selecciones con mayor hambre de victoria han quedado semifinalistas. Los otros favoritos (Brasil, Argentina, Inglaterra, Portugal) ya están en casa. Millones y millones de personas estamos muy orgullosos de nuestra selección.

Muchísimas muchísimas muchísimas gracias a todas y a todos los que me habéis felicitado durante el día de hoy. No recuerdo un año con tantas felicitaciones. Me habéis hecho muy feliz. Y toda esta noche miles y miles de personas estarán celebrando el triunfo de La Roja, plenos de felicidad.