Liderazgo Ético

Domingo tranquilo de piscina. Esta tarde he estado disfrutando de la victoria de Rafa Nadal en la final de Wimbledon. Nuestro Rafa ha ganado su 8º Gran Slam, algo que sólo han conseguido leyendas como Jimmy Connors, André Agassi o Iván Lendl. Con tan solo 24 años, el nº 1 del mundo tiene un futuro inmejorable por delante.

Nadal es uno de los “mosqueteros del deporte español”, como lo son Pau Gasol (2º anillo consecutivo como jugador destacado de Los Ángeles Lakers), Jorge Lorenzo (que sumó en Montmeló su tercera victoria consecutiva y quinta de la temporada), Alberto Contador (que esperamos gane su tercer Tour de Francia consecutivo) o Iker Casillas (el héroe del partido de ayer, al detener el penalti a Paraguay; Iker acabó con la maldición de cuartos en la Eurocopa al parar dos penaltis a Italia en cuartos y con la del Mundial, siguiendo los consejos de Reina, a quien el lanzador paraguayo le había marcado dos penaltis en un Benfica-Liverpool). Tenemos en el deporte unos Quijotes fantásticos.

He estado leyendo Liderazgo Ético. La sabiduría de decidir bien, de Alfred Sonnenfeld. Es Doctor en Medicina y en Teología, y ha sido profesor en la Universidad Humboldt de Berlín. En el prólogo, Rafael Alvira nos dice que “hacen falta líderes con generosidad y nobleza de espíritu”, “líderes con una fuerte e inquebrantable esperanza, una confianza casi provocativa y la serenidad de un corazón palpitante”. El autor destaca, con el ejemplo de la muerte de Sócrates, que “un aspecto crucial del liderazgo consiste en tomar decisiones”, aplicando la megalopsychia (la magnanimidad aristotélica).
Empresarios de nuestra vida. El primer requisito del Liderazgo, nos recuerda el Dr. Sonnenfeld, es conducirse a sí mismo. Además, nos hace partícipes de nueve descubrimientos:
1º ¿En quién deposito mi confianza? La autoridad es una relación, cuya raíz latina (augeo auxi auctum = acrecentar, robustecer, hacer prosperar) demuestra la dinámica del desarrollo. “Los grandes líderes tienen el arte de respetar, promover y construir relaciones humanas logradas”. Frente a la frase de Lenin: “La confianza es buena; el control es mejor”, el valor de la confianza a través de la autoridad moral (coherencia entre el hacer y el ser). La confianza viene del niño con su madre, porque el hombre es “un ser dialogante” (Martín Buber).
2º Conócete a ti mismo. Ya presente en el dintel del templo de Apolo en Delfos, asumido por Tales de Mileto como uno de los siete sabios de Grecia. Imprescindible para la ataraxía (equilibrio emocional, armonía y moderación). “Hay que saber apreciar cuando hoy un hombre tiene todavía el verdadero deseo, la aspiración de ser algo entero, de una pieza” (Robert Musil, El hombre sin atributos).
3º Tengo que ser buena persona. ¡El bueno no es el tonto! Se trata de elegir lo ético, evitando la hipocresía.
4º El bueno es el virtuoso. Adquirir buenos hábitos, virtudes para una vida buena (eupraxia). Sin comportamiento ético personal no hay liderazgo ético.
5º ¡Puedes cambiar, no estamos predeterminados! El cerebro es plástico y la voluntad, libre. “El talento se educa en la calma y el carácter en la tempestad” (Goethe).
6º Entender el para qué de mis acciones. Elegir lo bello y lo bueno, sin apatía ni pasión desbocada. “El líder necesita corazón y motivar”.
7ª La prudencia perfecciona la capacidad ejecutiva del hombre. La prudencia es una virtud que nos ayuda elegir; la astucia es falsa prudencia.
8º El líder tiene espíritu de servicio y, por eso, debe servir. El ejemplo de la Madre Teresa de Calcuta. “Servir exige esfuerzo, sobre todo interior”. “La vida está hecha para la entrega” (Eugene Minkowsky, psiquiatra).
9º El liderazgo requiere aprender a amar. “La empatía sostiene las raíces de la moral: la capacidad de ponernos en el lugar del otro es, en última instancia, el fundamento de la actitud ética” (Daniel Golenan). Son, Sonnenfeld nos pone el ejemplo de Ernest Shackelton, para quien la vida de sus hombres era lo primero.
Un gran libro este Liderazgo Ético. Profundo y bien estructurado.

Mi agradecimiento de hoy para los mosqueteros del deporte: Rafa Nadal, Pau Gasol, Jorge Lorenzo, Alberto Contador, Iker Casillas. ¡Qué buenos momentos nos hacen pasar! ¡Cómo nos inspiran, desde la admiración que les profesamos, para mejorar nuestro Liderazgo!