La Roja como ejemplo de Equipo

Este sábado, clase en el MBA Executive del CEU sobre Gestión de Equipos. He utilizado como “business case” La Roja en el Mundial 2010. Nos hemos centrado en siete claves (Apostar por el Talento colectivo, Generar Compromiso, Equilibrar el Talento desde la Clase Creativa, Ser un Equipo –sinergias-, el Liderazgo a varios niveles dentro y fuera del Equipo, el Talento enfocado desde una Estrategia –partiendo del “Pep Team”- y templar la situación, evitando euforia y disforia, desde la serenidad y el sano optimismo). Y hemos repasado la media docena de partidos que La Roja ha jugado en Sudáfrica 2010: la (desagradable) sorpresa ante Suiza; el derroche ante Honduras, con menos fruto del esperado; la trabajada victoria ante Chile para ser primeros de grupo; el tesón ante Paraguay, con Iker de salvador parando un penalti; el esfuerzo colectivo ante Portugal, con el cambio de Torres; el alto rendimiento ante Alemania, una de las grandes favoritas… Nos queda la final. Si La Roja juega como sabe, será la nueva Campeona del Mundo.

Hoy de la prensa destacaría el artículo de Montse Mateos en Expansión & Empleo sobre Gestionar desde el vestuario, con opiniones de Douglas McEncroe y de un servidor, entre otros; el de Paz Álvarez en Cinco Días sobre el Liderazgo de Vicente del Bosque; el de José Sámano sobre El milagro holandés, la entrevista a Carles Puyol; El ángel de Vicente, del Dr. Alfonso del Corral, las razones de cinco ex seleccionadores sobre el éxito de La Roja, Cantera, técnica, talento, por Diego Torres y El corner sudafricano, por John Carlin, titulado La bendita finura española, todos estos en El País.

Piscina por la tarde. He estado leyendo un libro que me recomendó mi amigo Dani, El método Gabriel. Jon Gabriel, economista por la Universidad de Pennsylvania, era un broker que llegó a pesar 182 kilos (en 12 años había engordado 90 kilos). Ha perdido 103 kilos sin dieta y sin cirugía y su cuerpo no muestra rastro alguno de haber padecido sobrepeso en el pasado.
La tesis de Gabriel (avalada por los resultados) es que “el cuerpo tiene un control absoluto sobre lo rápido que quemas grasas”. Al principio perdió 11 kilos en 6 meses; después 68 kilos a un kilo por semana; más tarde, cerca de 10 más a kilo y medio por semana. Los últimos 10 kilos, en apenas 5 semanas. “Mi cuerpo no podía soportar tener ni un gramo de grasa encima”. Este principio: “Estás gordo porque tu cuerpo quiere estar gordo” lo llama Programas FAT (Famine and Temperature, Hambre y Temperatura). Se acumula grasa por si hay hambrunas y por si hace frío. Por herencia genética, por el “cerebro animal”, el cuerpo decide mantenerte a salvo. “Una vez que tu cuerpo comprenda que estar delgado es el mejor modo de protegerte, querrá estar delgado y el peso desaparecerá”.
¿Cómo define Jon Gabriel la dieta? “Una dieta es el acto de tratar de controlar, por la fuerza, la cantidad o la calidad de lo que comes”. En su lugar, nos anima a profundizar en las causas mentales de la obesidad (el hambre mental por estrés, el hambre espiritual por no hacer lo que dicta tu corazón, la obesidad mental cuando tus convicciones son las que animan tu sobrepeso, la obesidad emocional por comida de consuelo). Para eliminar las causas no físicas, relajación (lo que el autor llama modo SMART), visualización, emociones positivas, descubrir tu pasión.
Me ha sorprendido especialmente la diferencia entre calorías y nutrientes. Mucho de lo que comemos es “calorías vacías”, comida “falsa”. Necesitamos vitaminas y minerales en la proporción adecuada. Necesitamos ácidos grasos esenciales (hoy la proporción entre Omega 6 y Omega 3 es 20 a 1; el Omega 3 es eficaz contra la depresión, las enfermedades cardiacas y la diabetes de tipo 2). Necesitamos aminoácidos esenciales (como los que aporta el suero de la leche, la carne ecológica, los pollos de granja, el pescado de agua dulce, los quesos blancos, los frutos secos…). Necesitamos azúcares esenciales (fruta), no carbohidratos “muertos”. Y sobre todo necesitamos “Vitalidad” (baños de sol, vitamina D). Para digerir y asimilar nutrientes, hacen falta enzimas digestivas (un tipo de proteína que acelera las reacciones químicas), de las que carecemos por los pesticidas, herbicidas y fertilizantes, por cocinar a más temperatura que nuestro cuerpo (las enzimas se vuelven inactivas) y por estrés mental y emocional. Por último, está la sed (“beber agua por la noche es extremadamente beneficioso para suprimir las ganas de comer nocturnas”). El cuerpo usa la grasa para protegerse de las toxinas (comida, aire, medicamentos, electricidad, radiación). “Tomar más alimentos ‘vivos’ nos ayudará a desintoxicarnos, porque todos tienen fibra. Esta fibra ayudará a limpiar el colon y los intestinos de alimentos no digeridos y desechos estancados”.
Por tanto, las proteínas, los alimentos “vivos” y el omega 3 mantienen estables los niveles de azúcar en la sangre y ayudan a que la insulina se controle. Se trata de comer conscientemente (más por la mañana, menos por la noche; saborear la comida; tomarse un pequeño descanso después de comer durante 5-10 minutos), hacer ejercicio (“la mejor tensión para hacer que tu cuerpo quiera estar delgado”, con paseos y algún ejercicio de mayor intensidad, como si te estuviera persiguiendo un depredador). El libro concluye con un montón de ejemplos de éxito.

Mis agradecimientos de hoy a Dani (por recomendarme un libro tan interesante), a los alumnos del Executive MBA del CEU (sois unos jabatos, todos vosotros), a los buenos periodistas deportivos (con Carlin a la cabeza) y a los equipos de Alemania y Uruguay, que han disputado un estupendo partido por el tercer y cuarto puesto.