Viaje en AVE Madrid-Sevilla a las 7 de la mañana. Me esperan los directivos de una importante cadena de distribución andaluza, Supemercados MAS, para trabajar con ellos sobre Talento y Liderazgo a lo largo de todo el día. Esta empresa me encanta, porque combina la alegría de Sevilla con el rigor y la profesionalidad, puesto que hay muchas familias involucradas en que las cosas salgan adelante, a pesar de la dificultad de estos tiempos.
He estado leyendo en el tren la revista
Emprendedores del mes de julio, mientras escuchaba a Luis Miguel (“Si tú te atreves”). Esta publicación que dirige
Alejandro Vesga siempre te aporta un montón de información y te deja con un gran sabor de boca. En este número recoge claves del libro
Saca la lengua de Rubén Turienzo,
El modo de pensar de los directivos (Infova): “el 88% de los directivos piensan que están en el grupo de los ganadores”, el 85% no ve peligrar su puesto de trabajo o
Autocoaching para despertar, de Pedro Amador (“Si quieres comprender, actúa”). Dossier de marketing en redes sociales. Entrevista a los fundadores de Privalia. Análisis de Migueláñez, Vitalia y Kiwoko. 15 formas de competir contra el low-cost. Un detallado resumen de los “días de la persona emprendedora” en toda España (con una foto de un servidor en página 102 en la que salgo sonriente y muy favorecido). Y recomendaciones de libros para este verano:
La dinámica espiral, Todo va a cambiar, Up in the air, Secretos de lujo, El generador de ilusión, El Principito se pone la corbata… Gracias a Alejandro y a todo su equipo: Fernando, Javier, Pilar, Julio, Isabel, Ana, etc. Cada mes nos aportáis savia nueva para el emprendizaje.
Y después me ha dado el gustazo de leer en profundidad la conferencia de una persona a la que admiro mucho, al que considero uno de mis mayores maestros, un auténtico lujo para la cultura española: el filósofo
José Antonio Marina, que presentó la Fundación Educativa Universidad de Padres en el Teatro Reina Victoria de Madrid el lunes de la semana pasada (22 de junio de 2010). Gracias a Cortijo Enríquez (
www.universidaddepadres.es) por enviarme el texto.
José Antonio Marina tituló su conferencia “Educación del Talento”. Tras agradecer a los asistentes (entre ellos, Eva Almunia, Secretaria de Educación y madre, o Teresa Entrecanales, “el alma de esta celebración”) su presencia, comentó que “el cine nos ha enseñado que cada instante de nuestra vida debería tener su banda sonora”. JAM eligió la suya. Comenzó con el 5º concierto de piano, Emperador, de Beethoven (gracias a Youtube, mientras leía el texto de mi querido Marina, lo he escuchado en la versión del legendario pianista Claudio Arrau). Beethoven, el espíritu de la Ilustración, para contagiarnos de la prisa que sienten en la UP. Citando a Neruda (que atribuía la prisa a la claridad):
No hay tiempo que perder
Hay demasiados rincones oscuros
Hay demasiadas oportunidades desperdiciadas.
Hay demasiadas voces nunca oídas.
Hay demasiados amores sin objeto.
“La misma prisa”, contaba JAM, “que tuvieron las mujeres del Lyceum Femenino de Madrid, cuya dramática historia he contado recientemente. Querían adelantar el reloj de España”. Es la misma prisa que uno de los grandes poetas españoles del siglo XX, Jose Antonio Muñoz Rojas, cantó en su “Oda a una ciclista”: “Siempre va, siempre va, aunque suspiren/ árboles melancólicos y lloren/ los ojos de los puentes ríos de llanto/ No pesa el corazón de los veloces”. ¿Por qué tantos poemas? El maestro nos responde: “No es casual. La educación es un modo de creación poética”. Y cita a Hölderlin (los marinistas sabemos que son unos de sus versos favoritos): “Poéticamente/ Habita el hombre la tierra”.
Emerge entonces el autor de Teoría de la Inteligencia creadora: “Poéticamente, es decir, creadoramente. Crear no es escribir un poema, sino hacer que algo valioso que no existía exista. Un poema, una conversación, un hijo, una empresa, un jardín, o un platao de cocina. No queremos contribuir al discurso educativo dramático. En UP somos optimistas educativos. En primer lugar, porque los pesimistas disfrutan de un prestigio intelectual que no merecen. Todo lo que hemos conseguido ha sido gracias a optimistas. Los pesimistas presumen de estar de vuelta de todo, sin haber ido a ningún sitio. En segundo lugar, porque, como decía un graffiti de Medellín: Hay que dejar el pesimismo para tiempos mejores.” Brillante.
“Consideramos que la educación no es solamente una necesidad, una profesión, una vocación. Convocarles aquí no es para decirles que los niños tienen que estudiar matemáticas. Estamos hablando de la EDUCACION CON MAYÚSCULAS.
Educación no es instrucción. Es algo más. Es lo que nos define como especie. Somos la especie que educa a sus crías. Y esto es más transcendental de lo que parece. El cerebro humano no ha sufrido grandes cambios en los últimos doscientos cincuenta mil años. Cuando nace un niño, su cerebro es como el de un niño del Pleistoceno. Sin embargo, diez años después ha cambiado. Ha aprendido, por de pronto, a hablar. Ha aprendido a controlar sus emociones. Ha aprendido a convivir. Lo que los humanos hemos tardado doscientos mil años en inventar, un niño lo asimila, con una velocidad milagrosa en unos pocos años. La educación le ha transformado, incluso neurológicamente.”
Marina nos advierte: “Esto es maravilloso, pero arriesgado. Nos indica que en cada niño la Humanidad se reinventa otra vez. Aprovechamos su prodigiosa plasticidad para transmitirle nuestro modo de vivir. Que puede ser ascendente o descendente. Los niños lobos, que eran raptados por lobos y vivían con ellos, aprendían conductas lobunas, no humanas. Nosotros queremos que aprendan a ser humanos, pero ¿estamos muy seguros de lo que esto significa? ¿Y si hubiera un colapso educativo? ¿Y si empezáramos a transmitir patrones culturales violentos, o inhumanos? La plasticidad nos hace más vulnerables. Por eso, es importante que sepamos qué modelos queremos fomentar o transmitir.”
Porque “nuestros niños y nuestros adolescentes van a vivir en un mundo veloz, imprevisible, que posiblemente será contradictorio, como lo fue el siglo XX, siglo de los máximos logros de la humanidad y de los episodios más terribles. ¿Cómo podremos educarles? ¿Quien deberá hacerlo? ¿Les educaremos para el futuro previsible o para el futuro deseable? La educación se convierte así en saber de vanguardia, en el más comprometido, complejo, y necesario. Y en esa vanguardia queremos estar nosotros.” Un mundo difícil y lleno de oportunidades.
“Queremos ayudar a los padres en su tarea educadora, pero también queremos estar al tanto de los indicios sobre el futuro. La ciencia, en especial la neurociencia, avanza a pasos de gigantes. Debemos conocer lo que se hace. ¿Para qué? Para explicárselo al mundo de la educación. No tenemos instituciones científicas potentes que estudien estas cosas. Hay una fragmentación que nos debilita a todos. La Asociación Americana de Psicología tiene cincuenta divisiones, que no se hablan. La Unión Europea ha decidido un nuevo modelo educativo, basado en ocho competencias. Pero se está quedando obsoleto a marchas aceleradas”.
¿Qué misión tiene la Universidad de Padres? “Queremos que la UP sea una institución de excelencia científica. Pero con una finalidad práctica, cotidiana, de sala de estar. Poner a disposición de la ciudadanía lo mejor que se sabe. Elevar el debate educativo. Hemos seleccionado 167 programas que funcionan respecto a los recursos básicos que deben tener nuestros niños. Pero no se pueden aplicar 167 programas. Pero si descubrimos las áreas que se solapan, podemos integrarlos de una forma operativa. Sabemos que aumentan en niños adolescentes problemas como la depresión, la agresividad, el consumo de drogas o de alcohol, pero sabemos también que hay forma de prevenir educativamente esos problemas. Sabemos que es mejor que un niño sea alegre que triste, resistente en vez de vulnerable, activo en vez de pasivo, optimista en vez de pesimista, creativo en vez de rutinario, valiente en vez de miedoso. Y sabemos que todos esos son hábitos que se aprenden. ¿por qué no tomarnos en serio su enseñanza. ¿Y esto cómo puede hacerse? Este es el aspecto del que nos sentimos más orgullosos, y que quisiéramos compartir con ustedes. Frente a las propuestas de buenas intenciones, planteamos las propuestas de los buenos métodos. Hemos aprendido lo mejor que se está haciendo en el mundo para educar a los niños. Por ejemplo, hemos aprovechado lo que la neurociencia nos está diciendo acerca del cerebro del niño, lo que la psicología más refinada nos dice sobre las fortalezas humanas. Queremos unir el rigor de la ciencia, con la alegría del arte, y la creatividad de la bondad”.
Como lema, JAM y su equipo han elegido un sabio proverbio africano (el Ubuntu está presente como paradigma): “Para educar a un niño hace falta la tribu entera”. ¿Por dónde empezar? “Por las madres, por los padres, Ellos son el gran impulso educativo. Necesitamos aprovechara su interés, incluso su angustia, para cambiar lo demás. Les hemos hablado de una utopía educativa. En ella podemos ponernos todos de acuerdo.” Porque “lo que todos los padres quieren para sus hijos es que sean felices y buenas personas”.
La UP se acabará convirtiendo en UNIVERSIDAD DE PADRES…Y DOCENTES. Y después, en UNIVERSIDAD DE PADRES, DOCENTES… Y MÉDICOS, PERIODISTAS, INGENIEROS, POLITICOS, BANQUEROS. Maravilloso sueño (al que personalmente me apunto sin reservas). La experiencia del maestro Marina es que “los seres humanos no somos tan miserables como parecemos. Todos queremos sentirnos nobles, y ser la ocasión de que algo hermoso ocurra. Y creo que nuestro proyecto es muy hermoso”. Verdaderamente lo es, como pocos.
¿Cómo define JAM (y por tanto la UP) el Talento? TALENTO ES LA INTELIGENCIA TRIUNFANTE. “Triunfa toda inteligencia que alcanza la libertad, la felicidad y la dignidad. Tenemos que decir a nuestros niños que están llamados a una vida cómoda, pero también a una vida noble y generosa. Necesitamos que sean alegres, resistentes, animosos, capaces de cooperar con los demás. En ocasiones, los niños son más perspicaces que nosotros, que estamos enredados en mil convencionalismos, amores propios, luchas de poder”. Inevitable citar a otro gran humanista, Don Antonio (Machado). “Hemos de comprender como niños, lo que pretendemos que los niños comprendan. El niño nos revela que casi todo lo que él no puede comprender apenas si merece ser enseñado y sobre todo, que cuando no acertamos a enseñarlo es porque nosotros no lo sabemos bien todavía”.
José Antonio reflexiona: “Con frecuencia, los adultos contagiamos a los niños nuestra decepción. Les decimos que el mundo es hostil y que todo el mundo es miserable. Y los niños, si insistimos, acabarán por hacernos caso”.
¿Se puede aprender el Talento? “¿No estamos marcados por nuestra herencia como si fuera un destino? No. Para bien o para mal, el miedo se aprende, pero también la valentía; el optimismo se aprende, pero también el pesimismo; la actividad se aprende, pero también la pasividad; la sumisión se aprende, pero también la libertad. Queremos que nuestros niños y adolescente sepan disfrutar con lo bueno que tienen. Soportar las dificultades que no pueden evitar, y enfrentarse con inteligencia y valentía a los problemas que tienen solución.
Sería presuntuoso por nuestra parte decir que sabemos como enseñar estas cosas, pero no nos importa ser presuntuosos, porque somos capaces de admirar a los que son mejores que nosotros. Estamos seguros de que nuestro método es el mejor que hay, porque si hubiera un método mejor, lo copiaríamos. Estamos alerta para ver donde aparece una idea nueva, brillante, esperanzadora. La copiaremos, la compraremos, la repensaremos, lo que sea. Queremos convertirnos en una institución educativa de referencia, y para eso hay que trabajar mucho.”
A la UP no le guía ningún interés personal “que no sea el reconocimiento de la excelencia, que es un maravilloso premio”, y por ello se ha constituido en Fundación, sin ánimo de lucro. “Nos gustaría predicar con el ejemplo. En la UP pensamos que la “inteligencia práctica” es superior a la “inteligencia teórica”. Ya sé que vamos en contra de las creencias griegas, pero no me importa. Hacer ciencia es sencillo. Ser felices y buenos es más complicado. Por eso exige un plus de inteligencia. Saber es sencillo, saber enseñar es enormemente difícil. Por eso queremos apoyar a los educadores, que tienen que lidiar con los problemas más complejos. Porque lo que en la teoría está claro, en la práctica tal vez no funcione. No queremos caer en la simplicidad de aquel político que comentó: el problema entre judíos y palestinos es fácil de resolver. Basta con que todos se comporten como buenos cristianos. El problema está en que ni judíos ni palestinos son cristianos.”
Una sorpresa final: “Freud decía que el niño vive bajo el suave principio del placer, y el adulto vive bajo el áspero principio de realidad. Se equivocó. Hay una tercera vía, que es la que desarrollamos en nuestros programas. Se trata de vivir bajo el régimen de la posibilidad. Las cosas, la situación, nosotros mismos, somos lo que somos más las posibilidades que la inteligencia encuentra. Ortega dijo: Yo soy yo y mis circunstancias. Nosotros decimos: Yo soy yo, mi circunstancia y mis posibilidades. Convencer de esto al niño, al adolescente, al adulto, significa imprimir un dinamismo audaz, animoso, a su vida. Sabrá disfrutar con las cosas buenas y soportar las cosas malas.”
José Antonio Marina concluyó esta conferencia, que yo calificaría de histórica, con estas palabras: “¿Qué es lo que queremos para nuestros hijos, para nuestros alumnos, para nuestros niños, para nuestros adolescentes? Que estén en forma cuando abandonen nuestra tutela educativa. En forma para la felicidad, en forma para la belleza, en forma para la bondad”. Y dejó a los asistentes con la música de Glenn Miller (in the mood)”.
Tenemos un gran aliado en la conquista de la felicidad.