El pasajero

¡Qué curiosa es la vida! Me habría encantado haber pasado esta semana en China, en Beijing y Shanghai, con la Dra. Leonor Gallardo y la buena gente del Master de Gestión de la Real Federación Española de Fútbol. Pero me habría perdido los coaching de Barcelona, la sesión de Liderazgo en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas, el Programa Lidera y comer con mi amigo Juanma, la jornada de Valencia, compartir reflexiones sobre talento y liderazgo con los profesionales de Inditex, las dos sesiones hoy en San Sebastián y las tres horas de clase mañana en el Executive MBA del CEU… No se puede tener todo.

Por cierto, John Carlin ha comentado esta tarde en Donosti que le había preguntado a Ferran Adrià cuál era el sitio donde mejor se comía del mundo, y le respondió que Shanghai. “¿Y del mundo occidental?” “San Sebastián, sin duda”, le contestó el mejor cocinero del planeta. Un servidor, que no puede compararse ni remotamente a FA, piensa que se come mejor en Donosti que en ningún otro sitio.

He quedado a las 7.30 con John Carlin en la recepción del NH Atlántico en A Coruña para salir hacia Santiago. Vuelo Santiago-Bilbao a eso de las 9 de la mañana y de ahí en coche a San Sebastián. Nos ha llevado Nasser, un caballero iraní que lleva 35 años como conductor en la ciudad, y que ha tenido la oportunidad de llevar a innumerables estrellas de cine (Bette Davis, Jack Nicholson, Michael Douglas, Pierce Brosnan) y va a hacer un libro contando sus vivencias. Le quedan cinco años para jubilarse y piensa vivir la mitad del tiempo en Irán y la otra mitad por aquí.

Hemos tenido John y un servidor la oportunidad de trabajar frente al ordenador un par de horitas y Cristina Beloqui (Relaciones Institucionales de la Kutxa) nos ha llevado al Néstor, un restaurante muy especial en el casco viejo de Donosti. Tiene una mesa (la 19), hemos comido “la” tortilla (hacen una por la mañana y una por la noche) y la que se considera la mejor chuleta de Guipúzcoa, con unos pimientos variedad Guernica estupendos y con un blanco Verdejo delicioso.

A las 4 de la tarde, he asistido a la Reunión de Directivos (Zuzendaritza Kideen Bilera) de la Kutxa, que Carlos Ruiz ha calificado como “una tarde de cine”. En el Salón de Actos de la Kutxa, el atril que se utiliza en el Festival de Cine de San Sebastián desde el que la presentadora Edurne Ormazábal se dirige al público. Me ha gustado mucho el tono de la reunión. Durante la primera hora y media, siete presentaciones de unos siete minutos de duración, de Carlos Tamayo (Dirección General Corporativa), Aitor Arrigain (Dirección de Inversiones Inmobiliarias), Fernando Martínez-Jorcano (Dirección General de Negocio y Medios), Karmele Agirrezabala (Dirección de Marketing), Guillermo Urrestarazu (Dirección de la Red de Oficinas), Rosa Leal (Directora de la Secretaría Técnica), Carlos Ruiz (Dirección del Área Social y Comunicación) y el cierre del Presidente, Xavier Iturbe Otaegi. Los ocho se han ido sentando en unas sillas en el escenario y escuchando a sus compañeros, lo que ha dado una sensación fantástica de equipo.

Esta entidad, con 350 oficinas y 2.500 profesionales (“2.500 comerciales”, como ha dicho Guillermo) está en el Top 5 de las de mayor liquidez. Rosa Leal ha hablado de claves como la profesionalidad y la ética. Tiene un proyecto estratégico 2009-2011 (el Plan BAI) claro, detallado, compartido, con seis fundamentos: innovación en el modelo de negocio y transformación; gestión del margen de intermediación; gestión del riesgo y recuperaciones; desarrollo de personas y liderazgo; productividad, eficiencia y reducción de gastos de explotación; control interno. A pesar de que el beneficio ha bajado en 2009, mantiene intacto el presupuesto de la Obra Social y por tanto su Compromiso Social. No piensa cerrar oficinas, sino ponerlas todas en rentabilidad. Espera obtener en 2011 un beneficio de 200 M € y tras la crisis retomar la integración con BBK y Caja Vital. Sabe muy bien cuáles son en estos momentos sus fortalezas y sus principales oportunidades de mejora, y cada oficina en qué debe superarse (captación de clientes, reducción de la morosidad, etc.). Kutxa está entre la docena de Cajas de ahorro que están sanas y fuertes en estos momentos (al parecer, hay otras 14 que se encuentran especialmente débiles). Su solvencia, liquidez, eficiencia (un importante esfuerzo de austeridad) y control de la morosidad no son fruto del azar y le siguen permitiendo mantener la mejor reputación de marca.

En la segunda parte, John Carlin y un servidor hemos hecho, desde el atril, un “cine forum sin cine”. Los directivos de la Kutxa en su gran mayoría ya habían visto Invictus, por lo que de 17.45 a 19 horas hemos hablado de las claves del Liderazgo de Mandela (una situación mucho más difícil que las nuestras) y de cómo aplicarlo a la actual Crisis para salir adelante fortalecidos.

Como podemos ver en su página web (www.kutxa.net), la Kutxa contribuye al bienestar de la sociedad enseñando a respetar el Medio Ambiente, ayudando a personas en riesgo de exclusión social (Kutxa-Zeharo)y financiando sus necesidades (Microcréditos), mejorando la asistencia de personas dependientes (Kutxa-Zabal, 12 millones de euros), siguiendo en la lucha contra el cáncer (Nuevo Oncologico de Gipuzkoa, inaugurado en enero de 2009, 60 millones de euros), divulgando la ciencia, premiando a los universitarios y disfrutando del deporte y la cultura.

Entre las siete y cuarto y las siete y media, los directivos de Kutxa han hecho mutis por el lateral y hemos tenido una sesión abierta al público de Gipuzkoa Aurrera (un grupo formado por Kutxa, Adegi, Cámara de Comercio, Mondragón, Ayuntamiento de San Sebastián y Diputación Foral) sobre la Resiliencia, la capacidad para afrontar la adversidad. Nos ha presentado el neurólogo Gurutz Linazasoro (que es además miembro del Consejo de Administración de la Real Sociedad de Fútbol). John Carlin ha hablado como ejemplo de resiliencia de su amigo sudafricano Justice Bekebeke, que fue condenado a muerte por asesinato, amnistiado, estudió derecho y hoy dirige el sistema electoral en una provincia sudafricana más grande que España.

En su artículo de El País Meterle un gol al arco iris (31 de mayo de 2009), John Carlin escribía: “Justice Bekebeke, un negro de 47 años que sufrió las barreras del apartheid más que muchos, pero que siempre se alimentó del consuelo y la alegría que el fútbol proporciona, en todos los lugares, a los miserables de la Tierra. "El fútbol es la religión de los negros", explica Bekebeke, que creció en una población extremadamente pobre cerca del desierto del Kalahari y pasó siete años en la cárcel por resistirse violentamente al apartheid. "Yo me crié odiando a los blancos, pero en los años ochenta de repente vi que jugadores blancos empezaban a aparecer en las filas de los equipos negros. ¿Y qué pasó? Pues que los blancos también se convirtieron en nuestros héroes, en figuras admiradas en los equipos que seguíamos, como los Kaiser Chiefs o los Orlando Pirates o el Amazulu. Coreábamos sus nombres. Claro, cuando acababan los partidos, todos volvían a sus respectivas casas, en sus barrios segregados. Pero el fútbol nos daba esperanzas. Nos enseñaba que no todos los blancos eran malos".
Militantes como Bekebeke apoyaban la política impulsada por el Congreso Nacional Africano de Mandela en contra de la participación de Suráfrica en el deporte internacional. En los años ochenta se impuso un boicoteo global que se extendió a los atletas (no participaba Suráfrica en los Juegos Olímpicos), al críquet y al rugby (deportes blancos en los que Suráfrica siempre estaba entre los mejores del mundo) e incluso al fútbol. Fue un arma poderosa, especialmente en el caso del rugby. Excluir a la selección surafricana, los Springboks, del Mundial de rugby, no permitirles que jugasen partidos contra Inglaterra, Francia o Nueva Zelanda, les dolía, y mucho, a los afrikaners, la tribu dominante blanca, la que controlaba el aparato de Estado. Era como si la selección de Brasil no pudiera jugar en competiciones internacionales, o si se les prohibiera al Barcelona o al Real Madrid jugar en la Liga de Campeones. Y sin duda, como han reconocido altos mandos gubernamentales de los tiempos del apartheid, el boicoteo deportivo fue un factor de presión importante a la hora de convencerles de liberar a Mandela y crear las condiciones para la transición a la democracia.”

Un servidor ha hablado, respecto de la resiliencia, de aquella frase de Churchill (“la clave del éxito es ir de fracaso en fracaso sin perder el entusiasmo”), del valor del miedo como emoción pero no como estado de ánimo, de las emociones y su gestión intrapersonal e interpersonal, de convicción sobre uno mismo (factor Wallenda), de serenidad, espíritu de superación, de servicio hacia los demás, de generación de sinergias a través de la generosidad y el altruismo.

Salida a las 8.40 hacia Vitoria, donde tenía que tomar el vuelo de las 22.25 hacia Madrid. En este vuelo, el Air Nostrum 8929, he sido el único pasajero (me acompañaban dos pilotos, que llaman “extras”; muy de cine). Los pilotos del vuelo, Antonio y Marta, y la azafata, a pesar de que llevaban cinco vuelos a sus espaladas este viernes (Santander, Madrid, Toulouse, Madrid, Vitoria) han generado un clima muy positivo y me han hecho sentir de maravilla. Les estoy muy agradecido por ello. Cosas de la supuesta casualidad, Antonio, el comandante, pensaba ver “Invictus” cuanto antes. He aprendido muchísimo de John Carlin estos días.

Al fin y al cabo, eso es el Liderazgo de cada uno: generar un clima, un estado de ánimo, en el que podamos dar lo mejor de nosotros mismos, extraer nuestra alegría, nuestra grandeza, nuestra felicidad.