Amor: Dios, legado, relato

Domingo de carnaval, inicio del nuevo año chino (el del tigre) y Día de San Valentín. Una excelente oportunidad para reflexionar sobre el Amor que, es como lo define el diccionario, “un intenso afecto por otra persona”.

“Dios es Amor” (1 Juan 4:8). Todas las religiones equiparan al creador con el amor. Por ello, todos los que utilizan sus creencias (religiosas o no) para fomentar el miedo y el odio, las antítesis del amor, nos están engañando. El amor es incondicional, intemporal, divino… y genera entusiasmo (que en griego quiere decir “Dios está dentro de ti”).
Esta mañana he ido a ver En tierra hostil, la película de Kathryn Bigelow (K-19, El peso del agua) que ha recibido el premio de mejor película de la asociación de críticos estadounidense y que la revista Time ha considerado “casi perfecta”, además de cosechar 9 nominaciones a los Óscar (tantas como Avatar, de James Cameron).
Resulta que Kathryn Bigelow es la ex mujer de Cameron y En tierra hostil (la historia de una brigada de artificieros en la guerra de Irak) es una especie de Anti-Avatar. Si el planeta Pandora es una metáfora de la vida natural, equilibrada, armónica, atacado por unos codiciosos invasores, el desierto iraquí es un ambiente infernal en el que las bombas de los insurgentes acaban con mujeres y niños. “La guerra es una droga”, proclama el inicio de la cinta. Los artificieros están contando los días para volver a casa, aunque “les va la marcha” por una causa que consideran justa. La escena de un coronel intelectual (al parecer, psicólogo) que no sale del despacho hasta querer probar “qué pasa ahí fuera”, que trata con suma cortesía a los nativos y al que una bomba despedaza es una bofetada de realismo de la Bigelow a su ex esposo.
Al llegar a casa, he estado leyendo un artículo de Juan Manuel de Prada en XL Semanal titulado precisamente Cameron vs. Bigelow (nada es casualidad). Nos recuerda que ambos, además de haber estado casados, “ambos se curtieron en películas de género, tuvieron que bregar con presupuestos exiguos, ambas supieron sacar partido de tramas arquetípicas y archisabidas, haciendo alarde de un brío narrativo excepcional. Pero desde esos orígenes compartidos, evolucionaron por derroteros antípodas, hasta encarnar dos formas irreconciliables de entender el oficio.” Para JMdP, “Avatar es una película tan aparatosa en su despliegue de portentos tecnológicos como vacía de sustancia; y es, sobre todo, un repertorio de la morralla ideológica que abastece nuestra época (o sea, lo que los cursis denominan una ‘película con mensaje’): indigenismo sentimentaloide, exaltación de la ecología como nueva forma de fe religiosa y un maniqueísmo de la peor calaña. (…) En tierra hostil, por el contrario, es una película seca y abrasadora como el viento del desierto, abrupta como un disparo a quemarropa, que nos sumerge en el horror cotidiano de la guerra de Iraq. (…) Donde Cameron ofrece un espectáculo de barraca, fastuoso e inane, Bigelow propone, con estilo descarnado, casi documental, una indagación en los abismos de la resistencia humana, allá donde los demonios de la angustia y los ángeles de la esperanza traban combate.” No comparto el punto de vista de Juan Manuel de Prada, esa diferencia entre pirotecnia y fuego. Avatar me parece una gran película, una obra de arte (puesto que emociona intensamente) que revoluciona la tecnología y se ha convertido en la más taquillera de la historia. Efectivamente, En tierra hostil está en las antípodas, rodada como un documental, y hace pensar.

El Amor como legado. Mi poema preferido sobre el Amor es el de Francisco de Quevedo (1580-1645), “polvo será, más polvo enamorado”, titulado Amor constante más allá de la muerte. Ayer escribía sobre El legado de Arthur Andersen. Paz Álvarez entrevistaba este fin de semana en Empleo y Directivos de Cinco Días a Mariluz Barreiros, hija de Eduardo Barreiros, el pionero empresario del motor. Mariluz preside la Fundación a la memoria de su padre. En 1998, inauguró un Museo en Valdemorillo, y ahora está entusiasmada por el Nuevo Museo de Automoción-Barreiros, en Torrejón de la Calzada (Madrid). Mi padre trabajó en Barreiros (a las órdenes del gran Juan Miguel Antoñanzas, uno de los mejores directivos de nuestro país) y siempre se ha sentido muy orgulloso de ello.
Legado también es el que nos ha dejado Luis Molowny (1925-2010), “El Mangas”, conocido así por cómo se sujetaba los puños de la camiseta. Interior izquierda del Real Madrid, en una delantera impresionante (la de Puskas), jugó 11 años en el equipo blanco, del 46 al 57. Se cuenta que lo fichó Santiago Bernabeu, mandando a Las Palmas a Quincoces, secretario técnico, por avión en tanto que el enviado del Barça iba en barco. Suplió a Miguel Muñoz como entrenador merengue en el 74 y se tomó la revancha del 0-5 de Cruyff con una victoria 4-0 en la final de la Copa. En el 77, relevó a Miljanic y ganó la Liga. Siguió y repitió título. En el 82 sustituyó a Boskov y ganó la Copa. En el 85 tomó el testigo de Amancio y ganó la Copa y la UEFA. En la siguiente ganó la Liga y la Copa de la UEFA. Llevó al primer equipo a García Remón, Agustín, Camacho, Gallego, San José y Del Bosque. Durante 7 temporadas como “coach” en los 70 y en los 80, obtuvo 3 Ligas, 2 Copas y 2 UEFAs (el Madrid de las remontadas). Quienes le conocieron dicen que no levantaba la voz, que escuchaba con suma atención y que sus valores eran la fidelidad, la discreción, la prudencia y la sabiduría. Bondad y capacidad. “Se ha ido el líder moral del madridismo. Mantuvo y siguió la idea de club de don Santiago, don Raimundo Saporta y don Antonio Calderón. Siempre fue un empleado fiel, discreto, bueno, sencillo, que sacó adelante con maestría las distintas responsabilidades del club. Sus virtudes no parecen de este tiempo. Siempre quería estar en un segundo plano, hablar lo justo, lo que tenía que decir. Quizá por eso se decía de él que animaba a los jugadores a que salieran y se divirtieran. Sí, a lo mejor lo decía, pero antes nos había explicado todo lo que tenía que explicar. No se pueden tener tantos éxitos como él tuvo en su carrera sin tener su preparación. Quizás era más un problema de timidez. Tenía las cosas muy claras. Era un entrenador excelente” (Vicente del Bosque).

Legado es también el que nos ha dejado Don Tomás Pascual Sanz, probablemente el mejor empresario español de todos los tiempos. Pasado mañana martes 16 de febrero se cumple el cuarto aniversario de su fallecimiento. Espero llegar a tiempo de Palma de Mallorca para asistir a la misa en su honor.

He decidido celebrar San Valentín con una buena película y un buen libro. La cinta, El mismo amor, la misma lluvia, que regalaba hoy el ABC. Un precioso relato dirigido por Juan José Campanella con Ricardo Darín y Soledad Villamil (el mismo director y pareja protagonista de El secreto de sus ojos, una de las mejores películas del año). No pasa el tiempo por esta crónica de Argentina a lo largo de 20 años, deliciosamente narrada. Campanella es uno de los grandes directores (El hijo de la novia, Luna de Avellaneda, además de las dos citadas). Por cierto, las películas candidatas al Goya este año son películas de amor (El secreto de sus ojos, amor no declarado; Ágora, Amor a la verdad y a la ciencia de Hipatia de Alejandría; Celda 211, el amor del funcionario de prisiones reconvertido a líder de los presos por su mujer embarazada; El baile de la victoria, Amor de un joven soñador por una adolescente bailarina). También las “no candidatas”, Mapa de los sonidos de Tokio y Los abrazos rotos, son historias de amor en la capital japonesa y en Lanzarote. Como escribió Dante, "el Amor mueve el sol y las estrellas"
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El libro es Cartas a Álex. A través de una vida, de Gabriel Masfurroll. Lo aguardaba para una ocasión como ésta. Álex es el hijo de Gabriel y Cristina, con síndrome de Down, que falleció a los tres años un 28 de diciembre de 1985. Masfurroll preside la Fundación Álex, en recuerdo de ese hijo que siempre está presente en sus vidas.

Es un libro inmenso, y no sólo porque contiene más de 600 páginas. Es a la vez una profunda entrevista de Susana Frouchtmann a Gabriel Masfurroll sobre los más diversos temas (la libertad de emprender, la familia, los afectos, la filantropía, el síndrome de Down, la libertad, la vida y la muerte, Europa y EEUU, la mujer, la moda, el deporte, su Barça del alma, el medio ambiente, la sanida, USP), el compendio de 87 artículos de Gabriel Masfurroll (en La Vanguardia, El País, El Mundo, Expansión, Marca, El Periódico…) así como el caso USP en la Harvard Business y la opinión de empresarios y directivos (Isabel Aguilera, Emilio Aragón, Mario Armero, Eduardo Batos, Eduardo Berché, Carlo Bonomi, Ramón Casals, Mónica Cintao, Francesc Closa, María José Egea, Fernando Faria de Oliveira, Joan Gual, Jeffrey Immelt, R. Jeffrey Taylor, Alicia Koplowitz, Javier Loizaga, Javier Magriñá, Cristina Marsal, Iván Martín, Juan María Nin, Florentino Pérez, Montserrat Pinyol, Rosa Sagrera, Juan Antonio Samaranch Salisachs, Miguel Trías, Jorge Manuel Baptista), periodistas (José Antonio Abellán, Mariángel Alcázar, José Antich, Ramón Besa, Gabriela Cañas, Màrius Carol, Eduardo Ferreira, Toni Frieros, Mar Galtés, Susanna Griso, Eduardo Inda, Raül Llimós, Miguel Ángel Mellado, Carmen Posadas, Nuria Ramírez de Castro, Álex Salmón, Xavier Torres), restauradores (Sergi Arola, Santi Santamaría ), profesores (Pilar Benejam i Joaquim Farré, Ramón Canals, María Teresa Codina, Pilar Figueras, Guillem López Casanovas, Pedro Nueno, Juan Roure, Miquel Vilardell), personalidades del deporte (Alejandro Blanco, Emilio Butragueño, Fernando Carpena, Mercedes Coghen, Johan Cruyff, Vicente del Bosque, Santiago Deó, Toni Esteller, Manel Estiarte, Raúl González, Josep Guardiola, Jorge Messi, Josep Lluis Núñez, Sandro Rosell, Juan Antonio Samaranch Torelló, Emilio y Arantxa Sánchez Vicario, Jorge Valdano, Theresa Zabel), políticos (Antoni Castells, Guillermo Fernández Vara, Marina Gelli, Artur Mas, Ana Pastor, Josep Piqué, Alberto Ruiz-Gallardón, Pasquale Terraciano, Francisco Vázquez), actrices (Leticia Dolera), así como de Carmen María López Morales (USP San Carlos Murcia) y Daniel Salas (USP Hospital Sagrado Corazón), ambos con síndrome de Down.

De todos los testimonios de agradecimiento y de cariño hacia Gabriel Masfurroll recojo aquí el de nuestra común amiga Susanna Griso: “Dicen que cuando encuentras a tu ángel lo sabes, que no hace falta que nadie haga las presentaciones. Ese ángel se me apareció, hace casi dos lustros, en un palco del Camp Nou. ¿Dónde si no podía estar? Fue un encuentro breve, ni siquiera recuerdo contra quién jugábamos ni cómo quedamos, pero pensé que el señor de mi izquierda era extremadamente educado y amable. Esa es la primera impresión que dan los ángeles aunque en su tarjeta de visita pongan algo más prosaico, posiblemente para despistar…, no sea que una ya les pida favores de buenas a primeras. Durante años no le he visto pero siempre ha estado allí… al acecho… por si hacía falta. Y cuando, finalmente, le llamé, respondió al instante. No esperaba menos. Es mi ángel, nuestro ángel. Su trabajo es agotador, depositamos en él nuestros anhelos y le confiamos a las personas que más queremos. Por eso, él necesita un ángel triple A, pata negra, de los que nunca fallan… y ese ángel es Álex. Gracias Álex. Gracias Gaby”.

El libro empieza con T’estimo, Álex, t’estimo, unas preciosas páginas de Gabriel a su hijo, y termina con sendas cartas de su mujer (Cris Cortada) y de sus hijos Gaby Jr. y Paola.

Gracias, querido Gabriel, por haber escrito un libro tan impresionante. Uno de los más grandes libros de Amor, por Álex, por Cris, por tus hijos. Un libro imprescindible, amable, poderoso, utilísimo para la vida. Perdona que no lo haya leído antes, pero como dice la profesora Pilar Benejam y recoges en el libro: “Todas las cosas tienen un porqué”.

Ahora Álex, que vela por ti y por los tuyos, te ha indicado que has de abordar una nueva etapa en tu vida. De dedicarte a USP, una gran obra tuya, a nuevos retos profesionales. ¿La presidencia del Barça? No lo sé. Si así fuera, serías uno de los mejores presidentes de la historia, no me cabe duda. ¿Crear otro gran grupo empresarial? Lo ignoro. En cualquier caso, eres un ejemplo a seguir para todos nosotros. Después de haber leído el libro, lo abro al azar y encuentro (“por causalidad”) una cita de mi querido Leonardo da Vinci: “El que no valora la vida no se la merece”. Ahí queda eso.