Nadal, Pasión y Coraje

Desde el año 2000, el equipo español de Copa Davis ha ganado la ensaladera en cuatro ocasiones, algo impresionante. La última, esta misma tarde ante la República Checa por 3-0. Ayer Rafa Nadal ganó el primer partido, David Ferrer remontó dos sets en contra (6-2, 6-1) y hoy en dobles Fernando Verdasco y Feliciano López se han impuesto a Stepanek y Berdyck por 7-6, 7-5 y 6-2. Como ha dicho el nº 2 del mundo, Rafa Nadal, “Ganar la Davis es lo mejor que le puede pasar a un jugador”. Estamos de enhorabuena.

He decidido “celebrar” esta gran victoria de nuestros tenistas leyendo Nadal, Pasión y Coraje de mi buena amiga Helena López-Casares Pertusa, editora de LID. Helena es una magnífica profesional y una gran persona, y ha escrito un libro interesante y útil para conocer de primera mano el talento de nuestro deportista número uno y cómo aplicar sus cualidades a nuestras empresas y a nosotros mismos.

Del prólogo del gran Lolo Sainz, me quedo con la siguiente frase: “La validez del deporte como instrumento pedagógico para favorecer la igualdad de oportunidades está más que constatada, a la vez que es una herramienta para la integración y la convivencia, porque ayuda a interiorizar aspectos tan relevantes como la aceptación de los demás, el cumplimiento de las reglas del juego o la cooperación”. Palabras de uno de los mejores entrenadores de baloncesto de todos los tiempos.

En la primera parte, Helena López-Casares resume la trayectoria de Rafa Nadal y la conecta con el liderazgo. Me gusta su reflexión sobre el éxito y el valor: “La diferencia es clara. El éxito es efímero, mientras que el valor perdura; el éxito es personal, pero el valor trasciende a los demás; el éxito puede ser consecuencia de una actuación concreta y deslumbrante, mientras el valor se consigue con la constancia y la continuidad de una trayectoria impecable en el tiempo; el éxito puede estar basado en elementos tangibles, pero en la generación de valor son determinantes los intangibles”. Como nos recomendaba Albert Einstein, antes que personas de éxito, hemos de ser personas de valor.

Sobre el liderazgo, Helena cita a Luis Huete, a Stephen Covey (a El Club del Liderazgo, de José Antonio Sáinz y un servidor, que le agradezco mucho) y a Cyril Levicki, profesor de la London Business School, que distingue entre un gran líder y un amo peligroso. El amo peligroso es autoritario y dictatorial, está aislado y sólo, sus intereses son individuales, cree en la superioridad y en la jerarquía y genera miedo y frustración. El verdadero líder es cooperativo, abierto y democrático, está arropado, sus intereses son colectivos, cree en el servicio y en la complementariedad y genera ilusión y compromiso. Efectivamente, no hay líder sin equipo ni equipo sin líder.

Rafa Nadal mantiene una actitud de disputa; pues, como nos recuerda Helena a través del filósofo Hugo Landolfi, dis-puta proviene del latín dis (separar) y putare (limpiar). Limpiar, como el sánscrito kri, de donde nos viene Krisis.

¿Qué caracteriza a Nadal como talento? La autora lo expone en la página 51 del libro:
- Sabe desenvolverse según las circunstancias.
- Estudia y analiza la medida del contrario, adapta las conclusiones a su forma de jugar y las incorpora a sus capacidades.
- Observa y analiza todas las variables de aquello con que se va a enfrentar: características del otro tenista y estado físico, tipo de superficie, condiciones climatológicas, entre otros aspectos.
- Visualiza el resultado y actúa según lo que quiere conseguir y no al revés.
- Confía en sí mismo, fruto del autoconocimiento y la autogestión.
- Posee una gran fuerza física.
- Tiene capacidad de resistencia y aguante.
- Se sacrifica.
- Valora el compañerismo.
- Sabe separar la rivalidad del concepto de equipo.
- Tiene presente que la competición está en la pista, lo que le da una visión de la realidad y una medida muy exacta.
- Sabe dónde está en cada momento y dónde tiene que poner su esfuerzo.
- Tiene una gran capacidad de concentración.
- No se quema ni se desgasta con las situaciones. Mira hacia delante y no se queda anclado en el pasado.
- Reconoce sus debilidades y carencias en el escenario en el que está, con lo que tiene de partida una gran ventaja porque sabe cuáles son sus puntos flacos.

En la segunda parte, tras hablar del aprendizaje y sus obstáculos (bloqueos referencial, mental, adaptativo y volitivo), la autora analiza las competencias de Nadal por parejas: humildad y serenidad, fuerza mental (concentración) y superación, sacrificio y combatividad (determinación), confianza y espíritu positivo, pasión y coraje. Un decálogo impresionante que define a un deportista con gran inteligencia cinestésica (la del cuerpo), pero especialmente intrapersonal (cómo gestiona sus emociones) e interpersonal (la relación con los demás).

Mi amiga Helena define el Talento (página 153) como “esa habilidad innata y natural que poseemos para realizar una determinada labor”. En este punto su definición del talento y la de un servidor (“poner en valor lo que uno sabe, quiere y puede hacer”) difieren, lo que enriquece el debate. Siguiendo a Martin Seligman, un servidor cree que el talento no es innato y que no es una habilidad, sino un conjunto de conductas (en mi modesta opinión, no todas las habilidades –aptitud- se convierten en comportamientos –actitud-). Dave Ulrich, gran experto en Talento, aparece en los elogios de contraportada (“Este libro, extraordinariamente escrito, es mucho más que un tributo a la habilidad y a los logros de Nadal. En él se recoge todo aquello que los líderes pueden aprender de la dedicación, persistencia e intensidad de Nadal, y que pueden emplear para dirigir y ganar sus propios torneos”). Un elogio al que me sumo plenamente.

La autora cierra el libro con estas palabras: “Ojalá esta obra haya servido de reflexión y análisis y haya aportado a los directivos, responsables corporativos y profesionales, en general, una visión del liderazgo real, adaptada al entorno actual, para ayudar a hacer de la empresa un centro de evolución en calma, sin las presiones y las debilidades que ponen en jaque el crecimiento de muchas personas”. Sin duda, Helena, lo has conseguido. El Talento es Disfrute, y se nota que has disfrutado mucho escribiendo esta obra.
Este Nadal, Pasión y Coraje es un libro estupendo para leer en fechas como las que se aproximan. Yo mismo pienso comprar varios ejemplares y regalárselos a los amigos.