Los mejores libros de 2009 (I)

San Esteban, fiesta en Catalunya. y en otras comunidades. La prensa está prácticamente de vacaciones, como demuestra el hecho de que sólo puedo destacar de la económica el Cine de Gestión de Montse Mateos sobre la película Avatar: Líderes que gestionan el desánimo, la receta contra la adversidad. Un comentario sumamente acertado sobre una gran película.

Babelia, el suplemento literario de El País, publica los que considera “Los 20 mejores libros de 2009”: Anatomía de un instante, de Javier Cercas; La noche de los tiempos, de Antonio Muñoz Molina; Indignación, de Philip Roth; Aquí, de Wislawa Szymborska; Historia de mi vida, de Giacomo Casanova; Sudeste, de Haroldo Conti; Un armario lleno de sombras, de Antonio Gamoneda; Cartas, de Emily Dickinson; Aquí empieza nuestra historia, de Tobias Wolf; Mitologías de invierno. El emperador de Occidente, de Pierre Michon; Poemas de amor, de Anne Sexton; Los días contados, de Miklós Banffy; Elevación, elegancia y entusiasmo, de Francisco Casavella; El ruido eterno, de Álex Ross; Mecanismos internos, de J. M. Coetzee; Nocilla Lab, de Agustín Fernández Mallo; Ejemplaridad pública, de Javier Gomá; El Día D, de Antony Beevor; El factor humano, de John Carlin y Tres vidas de santos, de Eduardo Mendoza. De ellos, sólo he leído Ejemplaridad pública y El factor humano (me parecieron magníficos) y he oído grandes cosas de El Día D. En general, no le dedico tiempo a la novela.

Lo que sí me permito es establecer los que, en mi humilde opinión, han sido los mejores libros de dirección empresarial de 2009. Hoy hablaré de los anglosajones, y uno de estos días de los libros escritos en castellano.
Entre los escritos en inglés, sólo cuatro han sido traducidos, lo que demuestra la crisis que está viviendo el sector editorial (y el escaso interés que en general despiertan los libros de gestión entre los profesionales). Mi Top Ten particular es el siguiente:
- Animal spirits, de George Akerloff y Robert Shiller. Es la base de la nueva ciencia económica, de la “economía conductual”, en la que lo irracional (lo emocional, lo visceral) es lo que más pesa. Una apuesta por la confianza.
- Gratis, de Chris Anderson. La irrupción de un nuevo modelo, el de la gratuidad, con ejemplos como Google, Facebook, Twitter…
- El Código del Nuevo Líder, de Dave Ulrich. Las claves para liderar en estos tiempos.
- Ignora a todos, de Hugo MacLeod. El gran dibujante de cómics nos enseña reglas prácticas para ser más creativos.
- How the mighty fall (Cómo caen los poderosos), de Jim Collins. De la complacencia a la decadencia.
- Crush it! It’s time to cash in your passion (¡Exprímelo! Es tiempo de hacer caja con tu pasión), de Gary Vaynerchuck. Poner la pasión en la marca personal.
- Trust Agents. Using the web to build influence, improve reputation and earn trust (Agentes de confianza. Cómo usar la red para generar influencia, mejorar la reputación y crear confianza), de Chris Bogan y Julien Smith. Internet como medio para impulsar la marca propia.
- Clever. Leading your smartest and most creative people (Listos. Liderar a tu gente más brillante y creative), de Rob Goffee y Gareth Jones. Una apuesta innovadora por la gestión del talento.
- How remarkable women lead, de Joanna Barsh y Susie Cranston. El talento femenino y sus ventajas competitivas.
- Management rewired, de Charles S. Jacobs. Los últimos descubrimientos de la neurología al servicio del liderazgo.

Y además, The political mind, de George Lakoff; SuperCorp, de la gran Rosabeth Moss Kanter y, desde el 29 de diciembre, Drive, de Daniel Pink (Era conceptual), subtitulado La sorprendente verdad sobre lo que nos motiva. De Lakoff, Kanter y Pink hay que leerlo todo.

Pasión para emprender nuestros sueños. El periódico Hoy de Extremadura recoge una entrevista con Vidal Julio Ramos, consejero delegado de Herlusa ("El Arroyano"), presidente del Rotary Club y empresario del año de la Cámara de Comercio. Un gran ejemplo de cómo hacer bien las cosas.

-De pequeño, ¿los bocadillos que le hacían eran de jamón o de chocolate?
-(Larga pausa). Recuerdo que eran más bien de chocolate. Por lo visto, yo dormía con chocolate en el cielo de la boca y de hecho me tuve que quitar de mayor los dientes (risas) porque de pequeñito me comía a diario una libra de chocolate.
-Estudió el Bachillerato en Cáceres. ¿Iba y venía diariamente a Arroyo de la Luz?
-No. Estaba interno en el Diocesano. El primer año dormíamos en el Seminario y pasé un frío tremendo. El Preu (soy de la última generación del Preu) lo cursé en el Instituto 'El Brocense' y dormía en el Colegio Donoso Cortés.
-¿En Salamanca vivió en piso de estudiantes, en pensión o en colegio mayor?
-En 'El Bartolo', en el Colegio Mayor San Bartolomé. Entre otras razones porque no estaba ni a cien metros de la Facultad de Químicas. Me levantaba con el tiempo tasado y llegaba a clase antes que el catedrático, porque estaba al lado.
-¿No se metió en la tuna?
-No, no, y el colegio tenía buena tuna. Yo a Salamanca fui a estudiar, y cuando disponía de tiempo libre o los fines de semana (ya tenía novia), me venía a divertirme a Cáceres. Pero en Salamanca me dedicaba a estudiar.
-¿Y en qué se venía, en tren o en autobús?
-En autobús, porque desgraciadamente el tren era de noche y había que hacer transbordo en Palazuelo Empalme después de estar cuatro horas parados allí. Ahí empezó a surgirme a mí la idea innovadora. Y los 'palazuelos', apartarlos.
-Es químico especializado en el mundo del aceite.
-Especializado en Orgánica. Cuando acabé la carrera, al ser Premio Extraordinario, tenía derecho a una beca de investigación y me quedé a hacer la tesis doctoral en el Departamento de Química Orgánica.
-¿Y sobre qué la hizo?
-Sobre las flores que se llevan a los muertos: sobre los componentes del crisantemo. Pero al mismo tiempo lo compaginé yéndome al Instituto de la Grasa de Sevilla, que pertenecía al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Y fui a especializarme en aceites porque al principio hice Químicas pensando ejercerla en el mundo del oleico. Con lo cual no me equivoqué mucho. (Risas). Porque pasé del oleico vegetal al oleico animal. Entonces nosotros teníamos negocios de fábrica de aceite y envasado. Y éramos accionistas también de El Marco, en El Rodeo. Por eso me enamoré de esa actividad.
-¿Juega al dominó o a las cartas en los bares de su pueblo?
-No, nunca. En ese aspecto he sido, no quiero decir atípico..., pero creo que es por mi forma de ser.
-¿El jamón es la mejor tarjeta de presentación de Extremadura?
-No, no. Extremadura tiene muchas tarjetas de presentación. Lo que sí me atrevo a decir es que la cultura que tenemos los españoles del jamón es tan intensa y tan extensa (y puedo testificarlo porque me he recorrido casi toda España y parte del extranjero con un plato de jamón en la mano) que sí es cierto que el jamón nos puede abrir muchas puertas.
-¿A los extranjeros qué les sorprende más, ver los cerdos en la mesa o los secaderos de jamón?
-Me quedaría con lo primero. Y tengo experiencia. [Vidal Julio detalla aquí casos concretos con empresarios y periodistas alemanes, llegados a través de Fomento de Mercados, que se deleitaron con las grandezas del sector]. En una de esa visitas con representantes de una gran empresa alemana, tipo Caprabo, pensé: como su empresa es más grande que la nuestra, ¿qué les enseño? Y como nuestra empresa tiene una trazabilidad integral familiar, que viene de abuelo a nieto, y del campo a la mesa, pues les enseñé el campo, que es lo que ellos no tienen. Se quedaron encantados. Pero quería que le vendiera los siguientes cien jamones a un precio imposible y entonces pedí al traductor que les dijera: «Mi amistad la tiene para siempre, pero para vendérselos a ese precio, me quedo a venderlos en Cáceres».
-¿A cuántos países ha ido a vender sus productos?
-Pues a Inglaterra, Francia, Bélgica, Alemania, Italia... y por supuesto a nuestros vecinos, Portugal. En todos ellos hemos vendido, pero en algunos nos hemos replegado. A Alemania he seguido yendo por conservar las amistades que hice y sobre todo por la feria Anuga, la más importante del sector agroalimentario internacional. Allí ves lo que se hace en el mundo. A lo mejor alguien que utiliza unos envases que a ti te pueden venir bien para yo qué sé. Al final nos hemos centrado en Francia y Portugal, sobre todo. Pero yo sigo diciendo que la cultura del jamón es española. Cuando vas fuera, vendes, pero no puedes pensar en cantidades masificadas. Otra cosa es comérselo. ¡Les gusta con locura! Yo tengo una máxima, y es que el día que tengamos el AVE, a mí se me quitan la mitad de los problemas. ¿Por qué? Porque va a venir tanta gente a ver nuestro ecosistema, a ver nuestra parte antigua, nuestro casco medieval, y si demostramos que somos vendedores, lo van a comprar aquí, en la tierra. Porque tampoco tenemos una producción masiva. Nuestra apuesta tiene que ser más la calidad que la cantidad.
-¿El jamón de Parma le está ganando la partida al jamón ibérico en Europa?
-Yo creo que hay que decirlo al revés. Nosotros por la peste porcina africana (PPA) no pudimos exportar jamón durante mucho tiempo. Y entonces los de Parma eran los únicos proveedores de jamón en Europa, con lo cual se posicionaron en todos los sitios. Cuando nos levantan la veda al resto de España y luego a nosotros, nos hemos encontrado con que tenemos un competidor fortísimo dentro que está instalado. Pero lo estamos desplazando, porque lo de Parma no es enteramente jamón, es carne salada.
-¿Sería capaz de aguantar los 90 minutos de un partido de fútbol para veteranos?
-Si estoy con amigos, sí.
-¿Jugaba habitualmente al fútbol en su época de estudiante?
-No, no. Muy poco. En deporte, únicamente natación y ciclismo, pero hace tiempo. Ya a pasear. Ahora mi afición favorita es pasear por la dehesa.
-¿Qué le pide a los Reyes Magos?
-Salud, porque con salud y luego la ilusión, se consigue todo.
-¿Cuáles son los cinco primeros productos del sector del jamón y los embutidos?
-El jamón el primero. El segundo, una buena paleta. Luego el lomo, claro. El cuarto, el salchichón y en el caso de El Arroyano, el chorizo o la patatera.
-¿Unos crían la lana y Guijuelo y Jabugo se llevan la fama?
-La fama por la cantidad que hacen. Pero la fama por la calidad, somos los extremeños.
-¿Y está reconocida esa calidad?
-Creo que nos falta todavía mucho que andar. Y hay que decir gracias a Dios, porque si nos creyéramos los reyes del mambo, mal negocio. Cada día nos tenemos que superar. Y de hecho me parece que lo estamos haciendo, tanto desde la administración, desde las empresas y por supuesto desde el punto de vista de los ganaderos, porque sin materia prima no vamos a ningún lado.
-¿Y qué se necesita para que Extremadura saque el valor añadido de la comercialización sin que esos grandes núcleos marquen la pauta?
-Hay que pasar por mucha inversión económica. Porque para alcanzar cantidad y calidad, se necesita dinero. Dinero para infraestructuras y para llenar después esas infraestructuras. Sin ese dinero podemos ser utópicos, idealistas, pero nada más. En el caso de El Arroyano, por ejemplo, hemos hecho todo nuevo, pero las limitaciones económicas hacen que en un momento tengamos que parar. El sector está muy atomizado; no hacemos sinergias entre nosotros y quizás habría que hacerlas para montar nuestros jamones en el AVE.
-¿Dedica mucho tiempo al Club Rotary de Cáceres?
-Asumo la responsabilidad de la presidencia en junio de 2009, y yo cuando me comprometo con algo, la responsabilidad la llevo conmigo. Y me sale en el sitio donde estoy. [Aprovecha y saca tres tarjetas de visita: del Arroyano, Rotary y EBS]. Tengo una facilidad de comunicación bastante grande. Lo digo sin pedantería. Y podemos pasar a hablar del Rotary o de EBS. Y como creo en mis proyectos (que no son míos solamente, cuidado), me es muy fácil centrarme en muchas actividades.
-¿Hace mucho que no va al cine?
-Sí, la última película que he visto es 'Una mente privilegiada'.
-¿Qué premio de los que ha recibido le ha resultado más estimulante?
-Podría decir que siempre el último. ¿Por qué? Pues porque los premios cuando uno los recibe en ese momento, el último no anula los anteriores, pero como lo tienes más cerca, te agarras más a él. Aunque lo que nunca he entendido es que un premio se atesore para uno. Eso es absurdo. Me gusta compartirlo con mi gente, con mis clientes, mis amigos.
-¿Cuántos empleados tiene ahora Herlusa?
-Directos me parece que 31.
-Tiene dos hijos.
-Sí, Isabel, que ha hecho Derecho y Vidal, que ha hecho Empresariales y trabaja con nosotros.
-¿Tiene alguna manía?
-(Pausa). La responsabilidad.
-¿Eso le paraliza quizás?
-No, no. Desde el momento en que uno conoce sus manías (y mucha gente cree que manía siempre son cosas malas) pues depende de ti. Y he procurado que mis manías se conviertan en aliadas. No me preocupa la responsabilidad.
-¿Alguna vez ha corrido los caballos en la Fiesta de la Luz?
-No. En mi época mandaban mucho las abuelas, y mi abuela por parte de mi padre, eran ganaderos, y entonces lo que no quería es que yo fuera ganadero, que me dedicara al campo. ¡Si me viera hoy! (Risas). Ella decía: «el niño a estudiar; de campo nada». Y me educaron así. Después de comprarles a mis hijos un par de yeguas viejas, las llevé a la finca y así se ilusionaron y se metieron en el mundo de los caballos, del que mi hijo es ya un forofo. Una de mis mayores satisfacciones es cuando le vi corriendo con nueve añitos, hecho un 'paquete', en las fiestas. Me emocioné, lloré y me emborraché. Desde entonces Vidal corre todos los años. Eso es una cosa que los arroyanos llevamos muy dentro.
-Dígame un libro y una canción de esas que nunca olvida.
-¿Un libro? Pues el que estoy ahora mismo releyendo, de mi gran amigo Juan Carlos Cubeiro: 'Clase creativa', relacionado con el talento. Porque al final lo que tenemos que buscar es el talento de nuestras organizaciones y estar convencidos de que ya se acabó la verticalidad y tenemos que ir a la horizontalidad. Cada uno tiene que responsabilizarse de una cosa.
-¿Y una canción?
-Te voy a decir una: 'Soy rebelde', de Jeanette, a la que trajimos al festival Cáceres Pop, con el que colaboramos este año. Y tengo otra que me gusta mucho, que es 'Quince años tiene mi amor'. Soy un poco romántico, un poco soñador.
Gracias, querido Vidal Julio, por el comentario sobre Clase Creativa. Es un honor que el empresario del año lea y recomiende un libro de un servidor. Y sigue soñanado, que Extremadura lo necesita.