Reprogramar hábitos

Un par de días de descanso en Segovia, en el Hotel Cándido. A una hora de Madrid, con piscina cubierta, excelente comida y un multicine con siete salas a cinco minutos andando. ¿Se puede pedir más?

De la prensa de fin de semana, me quedo de Expansión & Empleo con el artículo de Ángela Méndez y Montse Mateos, Trabajar por libre es rentable. Se refieren a los free lances (profesores de escuela de negocios, profesionales en editoriales, directivos en interim mangament). Es el tiempo de los profesionales por cuenta propia. Tino Fernández, en la misma publicación, trata de la Generación X (nacidos entre 1961 y 1979), que están prestos a liderar las organizaciones. Ángela Méndez recomienda Lecciones de Brawn GP, de Antoni Gutiérrez-Rubí, libro del que ya he hablado (elogiosamente, por supuesto) en este blog. De las páginas de Empleo y Directivos de Cinco Días, la entrevista de Alfonso Simón a Roma Khana, Presidenta de NBC Universal Networks: “Para triunfar hay que tener una marca muy fuerte”. Y otra entrevista, ésta en la contraportada de El Economista, a Fernando González Laxe, Presidente de Puertos del Estado. “¿Cómo se navega en tiempos de crisis?” Fernando responde: “Nunca yendo frente a las olas, ésa es la primera condición. Siempre yendo un poco en zigzag, buscando el rumbo.” Aviso a navegantes.

Y de los periódicos y revistas de hoy, empiezo por La frase de José Antonio Marina en El Mundo. Escribe JAM: “Hemos hablado tanto de tolerancia, que ha llegado el momento de hablar justo de lo contrario. Hay que ser intolerantes con muchas cosas. La corrupción es una de ellas, pero no la única. También lo son la embriaguez o la violencia o los abusos de poder o la estupidez engreída. La cultura española ha sido siempre tolerante con el pícaro, y los pícaros nos crecen como setas. Valoramos al “listo”, que es el que va a lo suyo, en vez de valorar al inteligente. Según Transparency Internacional, en el último año España ha descendido del puesto 25 al 31 en el índice de “honestidad política”. En las plazas de honor están las naciones de siempre: Dinamarca, Nueva Zelanda, Suecia. El nivel de vida de un país depende de su capital económico y, sobre todo, de su capital social, es decir, de su novel de justicia, honradez, confianza, participación. Nuestra inteligencia social está adormilada. Nos estamos habituando a todo, y terminamos todos siendo colaboracionistas. Por una vez, el lenguaje nos juega una mala pasada. Al hablar de una persona corrompida o corrupta utilizamos un participio pasivo. No es adecuado. El corrupto es siempre “corruptor”, necesita expandir su comportamiento perverso, altera el sistema de relaciones básicas, porque es su modo de actuar y defenderse. Tiene un poder infeccioso y puede contagiarnos a todos. Creo que sería más importante luchar contra esta pandemia que contra la gripe A”. Y un servidor, también.

Reputación. En ABC, se recoge en un par de páginas el análisis Merco-Ciudad 2009, de las 78 grandes ciudades españolas –las mayores de 100.000 habitantes y/o capitales de provincia) en 250 indicadores a 9.000 ciudadanos y 150 expertos. El Top Ten para vivir es Pamplona, Santander, Logroño, Murcia, San Sebastián, Albacete, Zaragoza, Oviedo, Gijón y Cáceres. El de las ciudades para trabajar es Madrid, Barcelona, Valencia, Palma, Bilbao, Zaragoza, Vitoria, Pamplona, Murcia y Málaga. Para visitar, Barcelona, Madrid, Palma, Granada, Valencia, Toledo, Sevilla, Santiago, Salamanca y San Sebastián. Para estudiar, Madrid, Barcelona, Salamanca, Valencia, Bilbao, Santiago, Murcia, Granada, Pamplona y Oviedo. El ayuntamiento con peor reputación es en estos momentos Santa Coloma de Gramanet. Es comprensible.

En XL Semanal, Arturo Pérez Reverte habla de Antonio Barceló. “Como de costumbre, si hubiera sido francés, inglés o de cualquier otra parte, habría películas y novelazas con su biografía. Pero tuvo el infortunio de ser mallorquín, o sea, español. Con perdón. Que es una desgracia histórica como otra cualquiera.” Un marino excelente, un cazapiratas sin complejos. Desconocido, como tanto talento de nuestro país.

Y la entrevista de Rocío Ayuso a James Cameron, doce años después de arrasar con Titanic (1.800 millones de dólares de recaudación, 14 nominaciones, 11 Óscar. El próximo 18 de diciembre estrena en España Avatar, que promete revolucionar el séptimo arte. Un reto tecnológico y una apuesta por la belleza. Acción y emoción de la mano.

También he leído esta tarde (además de ver Toy Story 3D con Zoe y una amiga de ella) Cree más en ti con PNL. Un libro muy didáctico sobre la Programación Neurolingüística.

Siempre he pensado que la PNL tiene un marketing pésimo, empezando por el nombre. Este conjunto de técnicas creadas por Bandler y Grinder en los 70 debería llamarse, creo yo, “reprogramación de hábitos”. Porque de eso se trata. “La PNL reprograma tus hábitos para que puedas tener más experiencias positivas, más a menudo y en todos los aspectos de la vida”.

En el libro de los británicos David Molden y Pat Hutchinson se muestran una serie de principios:
- Tienes todos los recursos que necesitas para triunfar
- El mapa no es el territorio
- Eres responsable de tu mente y, por tanto, de tus resultados
- Defenderás aquello en lo que creas
- No puedes no comunicarte
- La resistencia es una señal de falta de sintonía
- Tú no eres tu comportamiento (tienes potenciales ocultos)
- Si es posible para una persona, es posible para otras
- Todo comportamiento tiene una intención positiva
- Tu cuerpo y tu mente son parte del mismo sistema
- La realidad objetiva no existe. Sólo existe tu percepción única individual de lo que crees que es verdadero y real

Un libro muy interesante sobre las creencias (“cuidado con las creencias que otros tratan de imponerte”), la seguridad en uno mismo (“cuanto más haces una cosa, más fácil te parece”), los cinco focos clave de atención (personas, lugares, actividades, cosas e información), el autoconocimiento (que es la clave de la seguridad), la atención (“la energía fluye hacia donde pones la atención”), la sintonía (“cuando existe sintonía, estás a un paso de poder pedir lo que quieres”), salir de la zona de confort (“si oyes una voz dentro de ti que te dice: ‘no puedes pintar”, entonces pinta a toda costa y tu voz se callará, Van Gogh), la humillación (“nadie puede hacerte sentirte inferior sin tu consentimiento”, Eleanor Roosevelt) y los estados mentales (“la edad es un estado mental”).