La vida puede ser maravillosa

Me ha impactado el fallecimiento de Andrés Montes, el comentarista deportivo que tan buenos momentos nos ha hecho pasar en la última década. Con la cabeza afeitada (homenaje a Yul Brynner), hijo de gallego y de cubana, su peculiar acento, su lenguaje (incluyendo los apodos que les ponía a los jugadores, Pau Gasol como ET; Ricky Rubio, Ricky Business; LeBron James, “Mi nombre es James” y “Cuponazo”; Tony Parker, “Oh la la”; Dennis Rodman, “Adivina quién viene esta noche” y “Cruela de vil”; Kevin Garnett, “La máscara”; Dikembe Mutombo, “Memorias de África”; Scottie Pippen, “Scooooootie”; Gary Payton, “Wanted”; Steve Kerr, “Wyatt Earp”; Raúl González, “Tom Cruise”; Xavi Hernández, “Humphrey Bogart”; “Sweet” Iniesta) y su optimismo contagioso, nos ha dejado un buen número de frases para la posteridad. De entre ellas, me quedo con “¿Por qué todos los jugones sonríen?”, “Hoy te quiero más que ayer pero menos que mañana” (cuando jugaban Karl Malone y John Stockton en los Utah Jazz), “El oro no está en Moscú, ¡está en Polonia!”, “¡Tiki Taka!”, “Paseando a Miss Daisy” (cuando un equipo ganaba con facilidad), “Ra-ta-ta-ta-ta (triple)”, “Bienvenidos al número 23 de Aerolíneas Jordan” y sobre todo, “Porque la vida puede ser maravillosa”.

Andrés Montes, nacido hace 53 años, empezó en 1980 en la COPE y Antena 3 con José María García como maestro. En 1996 pasó a Canal +, con Santiago Segurola y Antoni Daimiel, en esas retransmisiones de la NBA de madrugada que tanto os gustaban a los buenos aficionados al baloncesto. Hace tres años pasó a La Sexta, a retransmitir el fútbol y el basket. El pasado 20 de septiembre, tras la final de la Eurocopa de baloncesto entre España y Serbia en la que nuestra selección se proclamó campeona, Andrés Montes se despidió de sus televidentes con las siguientes palabras: “Me despido de todos ustedes. Ésta es mi última retransmisión con La Sexta y les voy a decir lo mismo que les dije hace tres años y pico cuando llegue a esta cadena: La vida puede ser maravillosa. Un saludo, amigos”.

Era un lector y un cinéfilo empedernido, aficiones que compartimos. Su mujer se lo encontró ayer muerto tumbado en su cama. Las circunstancias de su fallecimiento no han sido aclaradas. Descansa en paz, Andrés. Nos has hecho disfrutar de grandes momentos y te lo agradecemos mucho.

De la prensa de este sábado, me quedo de Expansión & Empleo (hoy en Expansión, mañana en El Mundo) con el análisis de las empresas familiares por Ángela Méndez (sólo un 10% de las 2’9 M de empresas familiares españolas supera la tercera generación), con las enseñanzas del programa “El Aprendiz” por Tino Fernández (con opiniones de mis queridos Douglas McEncroe y Luis Huete, además de un servidor), con los Directivos que juegan fuera (posiciones internacionales, como las de Emilio Cortés en BT, Dolores Sarrión en Kellog o Manuel Cervantes en IBM, a quienes admiro mucho), los Másteres para Gestionar el Talento por Quique Rodríguez (entre los 40 Masters, el MPA de la Escuela de Negocios CEU) y el Cine de Gestión sobre Ágora que he tenido el honor de escribir. También en Expansión, dos páginas de I. Elizalde tituladas Un día en el corazón de Inditex.

De Cinco Días, la entrevista de Paz Álvarez a Alejandro Pociña, Presidente de AF Steelcase: “Una oficina abierta mejora un 30% la productividad”. Alejandro comenta que hace una década un profesional ocupaba 20 metros cuadrados y ahora son 12 metros. La entrevista es una lección de ergonomía y productividad. También Paz Álvarez escribe sobre los parques científicos y tecnológicos de las universidades. Rosario Correro nos presenta el despacho de Julio Fernández, creador y Presidente de Filmax. Cine, cine, cine… más cine, por favor.

Y en La Vanguardia, la entrevista de La Contra (Víctor Amela, Ima Sanchís, Lluis Amiguet; hoy, este último) a George Freud Loewenstein, pionero de la Economía conductista y bisnieto de Sigmund Freud (su segundo apellido es el mismo de Barbra Streisand haciendo de psicóloga en El príncipe de las mareas). Nos enseña que “es la emoción y no la ocasión la que hace al ladrón”. Porque “hay millonarios que roban porque se sienten pobres: sufren sentimientos de privación al compararse con amigos aún más ricos y por eso no tienen los mismos amigos al principio que al final de sus crímenes. También por eso roban compulsivamente”. Los alcohólicos acaban con alcohólicos y los avariciosos con avariciosos. “El eufórico niega la evidencia desde su euforia. Por eso las consultas de bolsa en Internet aumentan cuando sube y disminuyen cuando baja –el efecto avestruz- de forma proporcional. Y por eso pillan al ladrón”. También en La Vanguardia, análisis de Lalo Agustina sobre la morosidad bancaria: 91.619 M €, el 4’9% del crédito (un año antes era prácticamente la mitad). Las cajas, el 5’34%; los bancos, el 4’41%. Las entidades financieras tienen inmuebles y terrenos por más de 20.000 M € (el 75%, de las cajas). Y en la revista ES de La Vanguardia, un artículo de José Antonio Marina sobre La Fortuna. En Examen de Ingenios para las Ciencias, de Huarte de San Juan, se dice que “la séptima propiedad, y la más importante de todas, es que el capitán general sea bien afortunado”. JAM nos recuerda que “la diosa Fortuna no era la divinidad de la riqueza, ni del azar propicio, sino la diosa del momento oportuno. El afortunado es el que percibe la oportunidad y la aprovecha”. “Los antiguos llamaban ‘prudencia’, palabra ahora desprestigiada porque indica apocamiento y cautela exagerada, pero que antes designaba la inteligencia para aprovechar adecuadamente la posibilidad”. Igualdad de oportunidades. “El Estado debe asegurar que todos tengan las mismas oportunidades, pero la educación tendrá que ayudarnos a conseguir el talento para la utilizarlas. Sólo la educación nos permite subir al carro de la diosa Fortuna.”

La Fortuna hay que buscarla. Ayer, en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas, Mar Mellado, experta en marketing deportivo, nos recordaba aquella famosa frase de un exitoso golfista: “Cuanto más practico, más suerte tengo”.