Jóvenes líderes

Rubén Turienzo, experto en Estrategia personal, profesor del CEU, coach y autor de libros de éxito, ha organizado este fin de semana un Curso para jóvenes líderes en el que nos ha invitado a algunos amigos que él considera especialistas en sus campos para que trabajemos con ellos. Esta mañana, de 10 a 12, he tenido el honor de compartir con estos jóvenes líderes (unos 50, muy activos y participativos) temas relativos al Liderazgo. Rubén vive la política con pasión, con ilusión, y mantiene sus ideales de transformar esta sociedad, algo que es muy de agradecer en los tiempos que corren.

Nadie puede negar que estamos viviendo una profunda crisis de Liderazgo. Ante ella, podemos hacer tres cosas: taparnos los ojos y esconder la cabeza bajo el ala (es lo que algunos llaman Optimismo; en realidad, es cobardía), rasgarnos las vestiduras y quejarnos mucho o actuar desde nuestro “círculo de influencia” en la terminología de Stephen Covey y hacer todo lo posible por modificar la situación. Evidentemente, un servidor apuesta por esta opción.

Hemos de definir bien el Liderazgo como marcar la pauta, hacer equipo e infundir energía (de forma que los “sucedáneos de liderazgo”, como la jefatura, la autocracia, queden desenmascarados), hemos de entender que el/la líder no nace ni se hace, sino que se forja (hace falta voluntad y duro trabajo, como mínimo esas 10.000 horas de práctica disciplinada), hemos de conocer el impacto de los “jefes tóxicos” (en el aumento de la presión arterial y de la probabilidad de infarto, en la reducción de la esperanza de vida), hemos de aspirar a contar con un equipo de alto rendimiento (frente a las amenazas de hacer un clan o una tuna), hemos de trabajar y desarrollarnos en nuestra capacidad de comunicación (escucha atenta y emisión de mensajes, especialmente a través de poderosas imágenes), de negociar y gestionar conflictos, de aprovechar las oportunidades de las redes sociales, de elaborar e implantar una estrategia que signifique de verdad un proyecto ilusionante…

Las dos horas se me han pasado en un vuelo. Los jóvenes líderes han intervenido de principio a fin, y han mostrado sus inquietudes a nivel local, autonómico, nacional… Me encantado compartir tiempo y reflexiones con ellos.

Iniciativas como ésta de Rubén Turienzo resultan de enorme utilidad. Sirven para elevar la calidad de nuestros políticos, personas que en la mayoría de los casos tienen un espíritu de sacrificio y una voluntad encomiables, que desean aprender y mejorar el estado de las cosas en su ámbito de actuación. Y todo ello, desde una mentalidad joven, valiente, serena, optimista e influyente. Como dijo en su día John Barrymore (una frase que a mi amigo Raúl le encanta). “Uno es viejo cuando sus añoranzas superan a sus sueños”.

Mientras haya sueños, proyectos ilusionantes, hay esperanza.