Animal Spirits

Vuelo de vuelta desde Santander a eso de las 8.25 horas. Les he llevado a mis compañeros de Eurotalent un paquete de sobaos pasiegos “El Macho”, que son una maravilla gastronómica. Me encantaría que la gente que viene de Cantabria se llevara sus sobaos como hacen cotidianamente los que vienen de Baleares con la ensaimada mallorquina.

Ya en la oficina, he quedado con Jaime Pereira, que me ha video-entrevistado para su blog. Jaime es uno de los grandes de la dirección de recursos humanos de nuestro país. Abogado, padre de seis hijos (de los que se siente muy orgulloso, porque “gracias a Dios, le han salido estupendos”), profesor universitario, ha trabajado en la DRH en El Corte Inglés, Unilever, Johnson Wax, el Grupo Sanitas y Manpower. Ahora está aportando valor (“a su ritmo”, como dice él) combinando la tecnología y el talento, desarrollando competencias a través de vídeo. Su blog (www.jaimepereira.es) es de lo mejorcito que uno puede leer/ver. En el blog podemos ver unas 35 entrevistas a profesionales tan relevantes como Mario Alonso Puig, Santiago Álvarez de Mon, Nuria Chinchilla, Pilar Jericó, Alfonso Jiménez, Javier Rovira, Inma Shara, Leila Navarro
La próxima video-entrevista en su blog es la de Plácido Fajardo, y creo que la siguiente, la que le ha hecho a un servidor. Hemos hablado de desarrollo de personas, de coaching político, del momento actual. Unos siete minutos que Jaime ha liderado con maestría a través de sus preguntas (sabiduría mayéutica).

El último libro que he leído y me ha llamado poderosamente la atención es Animal Spirits, de los catedráticos de economía George A. Akerlof (Premio Nóbel de Economía 2001) y Robert Schiller (padre del concepto de “Exuberancia irracional” y autor del libro El estallido de la burbuja).
“Espíritus animales”. En su gran obra Teoría general del empleo, el interés y el dinero (1936), John Maynard Keynes declaraba que “aunque la mayor parte de las actividades económicas suelen tener motivaciones racionales, también existen muchas otras actividades que están gobernadas por espíritus animales, ya que los estímulos que mueven a las personas no son siempre económicos ni su comportamiento es racional cuando persiguen este tipo de intereses. Según el punto de vista de Keynes, estos espíritus animales son la causa principal de la fluctuación de la economía y constituyen, asimismo, la causa principal del desempleo involuntario”. El neurólogo Antonio Damasio nos contaría que no hay espíritus racionales y animales (emocionales), que no podemos separar unos de los otros.
“Spiritus animalis”, en latín medieval significa el espíritu de la mente, el espíritu que anima: “la energía mental primordial, la fuerza vital”. A veces nos paralizan y en otras ocasiones nos revitalizan.
En cualquier caso, según los autores, estos “espíritus animales” nos deben hacer pensar en el papel de los gobiernos, que ha de ser como el de unos buenos padres, ni demasiado estrictos ni demasiado tolerantes. “Si a las sociedades capitalistas se las abandona a sus propios excesos, caerán en la obsesión a la que seguirá el pánico”. Tras “la nueva economía clásica” (Milton Friedman y la Escuela de Chicago) desde los 70, el keynesianismo se convirtió en una “trivialidad” (Hyman Minsky, 1982). La consecuencia la explicó George W. Bush: “Wall Street se ha emborrachado” (como ex alcohólico, Bush hijo debía saber de eso un rato).

Bienvenidos a la Economía conductual, que es la que propugnan Akerlof y Schiller. “Hemos dado una vuelta en la montaña rusa: primero vino la elevación y, a continuación, hace aproximadamente un año, comenzó la caída. Pero, por extraño que parezca, a diferencia de lo que suele suceder en el parque de atracciones, los pasajeros no se han dado cuenta de que se habían montado en un aparato fuera de control hasta que la economía ha comenzado a caer. Y como consecuencia de su capacidad para la indolencia, la gestión del parque de atracciones no ha tenido en consideración que se debían haber establecido límites a la altura a la que podían subir los pasajeros. Tampoco les proporcionaron ningún equipo de seguridad que limitara la velocidad o el alcance de la caída subsiguiente”. Ahora entiendo por qué vamos a celebrar en Port Aventura el próximo Congreso Internacional de Dirección de Personas, del 22 al 24 de octubre. La economía como “Dragón Kahn”: ¡qué magnífica metáfora de nuestro comportamiento colectivo!”

Los cinco factores que afectan a las decisiones económicas son:
- La confianza (“piedra angular de la teoría”)
- La justicia social /equidad
- Los comportamientos corruptos y antisociales
- La ilusión monetaria (“otra piedra angular”): confundimos inflación y deflación
- Las historias (“nuestro sentido de la realidad, quiénes somos y lo que hacemos, se entremezcla con la historia de nuestra vida y la de los demás”).

Desde la humildad y el sano orgullo, me encanta comprobar que estos factores se parecen mucho a los “ganadores de la crisis” que suele repetir un servidor: la Confianza, la Excelencia, la Innovación y el Talento (como “poner en valor lo que uno sabe, quiere y puede hacer”) y todo ello bajo el paraguas de la Ética (“el modo más inteligente de vivir”).
1. La confianza y sus multiplicadores: “Credo” es “creo” en latín (si hay “crisis crediticia” es que no hay confianza). La confianza puede ser racional… o no. Si falta la confianza, se reduce el consumo y la inversión. ¿Por qué España va a ser, desgraciadamente, de los últimos en salir de la crisis? Porque el gobierno y la oposición, los medios de comunicación, la patronal y los sindicatos, en lo único que se ponen de acuerdo es en cargarse la confianza de los ciudadanos con ese continuo “pues anda que tú”. Lamentable.
2. La Equidad. En los tiempos de “exuberancia irracional”, la desigualdad ha aumentado considerablemente.
3. Corrupción y mala fe. Son las conductas antisociales. Las tres últimas recesiones económicas de EEUU (de julio de 1990 a marzo de 1991, de marzo a noviembre de 2001 y la que comenzó en diciembre de 2007) son consecuencia de escándalos de corrupción: los bonos basura de Michael Milken y compañía, Enron y las hipotecas subrprime. Está clarísimo.
4. Ilusión monetaria. La curva de Phillips (1958) estableció una nítida relación entre la inflación de los sueldos y el desempleo. Aquí los costes laborales siguen subiendo y, evidentemente, la tasa de paro también.
5. Historias. “Las historias y la narración de sucesos son un elemento fundamental para el conocimiento humano” (Roger Schrank y Ribert Abelson). Para ellos, la conversación tiende a tomar la forma de una narración recíproca de historias. En 1993, Ronald Tobias escribió que sólo existían 20 narraciones fundamentales; búsqueda, aventura, persecución, rescate, huida, venganza, misterio, rivalidad, desamparo, tentación, metamorfosis, transformación, madurez, amor, amor prohibido, sacrificio, descubrimiento, excesos miserables, ascenso y caída. Sí, 20 temas. Y todos están en Shakespeare, por cierto. “La confianza de una nación suele girar alrededor de historias”. ¿No es ese el cometido principal del Liderazgo?

En la segunda parte del libro, los autores se hacen ocho profundas preguntas:
- ¿Por qué los sistemas económicos caen en la depresión? (Ejemplo, El Mago de Oz, que cuenta la depresión de 1900).
- ¿Por qué los bancos centrales influyen en la economía (si es que lo hacen)? “Sería el colmo de la necedad postergar la reacción hasta que estuviéramos obligados a actuar ante la inminencia del pánico” (Carter Glass, 1913).
- ¿Por qué hay personas que no encuentran trabajo?
- ¿Por qué a largo plazo siempre se produce un equilibrio entre la inflación y el desempleo?
- ¿Por qué ahorrar para el futuro es tan arbitrario?
- ¿Por qué los precios financieros y las inversiones corporativas son tan volátiles?
- ¿Por qué los mercados inmobiliarios experimentan ciclos?
- ¿Por qué la pobreza arraiga durante generaciones entre las minorías más desfavorecidas?

Un libro importante, menos aburrido que los manuales convencionales de Teoría Económica. El comportamiento humano (racional/emocional/visceral) nos enseña que necesitamos Confianza, que necesitamos Liderazgo, que necesitamos dar al cliente más de lo que espera, que necesitamos innovar, que necesitamos conductas intachables. Sólo así podremos salir de la crisis (y aprender de ella) en condiciones.