Los deportistas muestran el camino

Tanto la revista Capital como Emprendedores dedican su número de septiembre a la vinculación del deporte con la empresa. Capital lleva en portada a Rafa Nadal jugando al baloncesto y a Pau Gasol con la raqueta de tenis, ambos con traje y corbata, y el titular Aprenda de ellos. Alfonso Pérez y Juan Llobell, en el artículo Lecciones magistrales de dos ganadores natos, nos enseñan los valores de Gasol y Nadal aplicables a la empresa: Voluntad, Coraje, Esfuerzo, Orgullo, Determinación. “Las derrotas te hacen más fuerte y te hacen valorar en su justa medida las victorias conseguidas antes y después” (Pau Gasol). “Sólo con talento o con esfuerzo no se consigue nada. Hay que tener esa mezcla ideal, ser muy disciplinado, sacrificado y trabajar mucho” (Rafa Nadal). Y citan a Gabriel Masfuroll (Presidente de USP Hospitales) y Santiago Álvarez de Mon (IESE), dos profesionales a los que admiro muchísimo. En la misma revista, una entrevista de la directora Consuelo Calle y de Alfonso Pérez a un hombre sabio, Ricard Fornesa, que a sus 78 años ha vivido y reflexionado sobre casi todo: “Temo que superemos esta crisis en falso, sin aprender nada”. Un análisis de Amaia Arteta sobre cómo Las ciudades se abren al mundo, con ejemplos de Montreal, Barcelona, Lillehammer, Lisboa, Manchester, Sydney, Hannover, Turín, Valencia, Zaragoza o Madrid. Y los casos de Osborne, Axa, Sony, entrevistas a Wally Ollins y Alejandro Amenábar y un especial sobre Valencia. Más que una marca, con la opinión de la alcaldesa Rita Barberá. Un mes más, es imprescindible ponerse al día con la lectura de esta revista.

En la portada de Emprendedores, Pep Guardiola: sus secretos de la dirección de personas en el Barça. Javier Escudero titula su artículo La revolución del ‘novato’. Nos habla de los obstáculos que ha debido superar para obtener el triplete, cómo lidió con las “vacas sagradas” (Ronaldinho, Deco) y las claves para conseguir un equipo campeón, con opiniones de Eugenio de Andrés (Tatum), Gabriel Masfuroll, Jaume Cruz (catedrático de psicología del deporte de la Universitat de Barcelona) y de un servidor. Además, nos presenta el libro Los secretos de Pep Guardiola para un liderazgo triunfante, de Miguel Ángel Violán, que aparecerá en septiembre. En sus 132 páginas, Emprendedores nos presenta hasta 20 alternativas para montar negocios con poco dinero, analiza las empresas nacidas de la crisis (El momento de los valientes), nos aconseja sobre la gestión de favores (Quid pro quo), nos presenta a los “campeones regionales” (Cafés Baqué, R Cable, Rodilla, EIASA, La Zaragozana, Condis), entrevistas al fundador de Edreams y a Javier Fesser… y Juan Ferrer, coach canario y buen amigo, nos habla de la Cadena de felicitaciones. Completísimo. Felicitaciones a Alejandro Vesga y su equipo.

Sí, vivimos sin duda en la edad de oro del deporte español (las hazañas de Maite Domínguez y de Jesús Ángel García Bragado en los mundiales de atletismo de Berlín son la última demostración). Y, como he comentado otras veces, también en la edad de oro del management español, con escritores formidables. Expansión este fin de semana se refiere a dos de ellos, a los que Aurora Peralba dedica una página entera: Vivir sin jefe, de Sergio Fernández, y Creo, luego creo, de Jordi López Datell. Sobre el libro de Sergio, la periodista comenta: “En sus páginas (las de Vivir sin jefe) comprenderá que cometer errores y aprender de ellos es un proceso de mejora que no llevará no a trabajar más, sino mejor.” Sobre el de Jordi, nos recuerda que “el autor hace hincapié en que el personal debe saber, pero sobre todo sentir, que es escuchado y que su opinión y sus aportaciones se valoran”. Se trata de dos libros excelentes, escritos con pasión y que apuestan decididamente por una gestión humanista de las organizaciones. Me cabe, con toda humildad, la enrome satisfacción de que tanto Sergio Fernández como Jordi López Datell me pidieron en su día que les escribiera el prólogo para su libro. Les estoy muy agradecido a ambos por ello.

Esta tarde he ido a Kinépolis en la Ciudad de la Imagen a ver Asalto al tren Pelham 1 2 3, el “remake” de Pelham 1,2,3 (una película de hace 35 años). Esta versión, dirigida por Tony Scott (hermano de Ridley Scott, que ha dirigido Top Gun, Días de Trueno o El último boy scout). Cuatro excelentes actores (Denzel Washington, John Travolta, John Turturro y James Gandolfini, el capo mafioso de Los Serrano, que aquí hace de alcalde de Nueva York), muchos efectos especiales y supuesta espectacularidad, pero me he aburrido soberanamente. El guión carece de suspense, la narración es muy lineal y las emociones brillan por su ausencia. La puntuación en IMDB (la base de datos internacional de cine) es de 6’8 sobre 10 (me parece generosa). En el blog Cine de papel podemos leer esta crítica, que comparto (lástima no haberla leído antes): “Asalto al tren Pelham 123 es una película mediocre de acción. Se trata de un remake de la que dirigiera Joseph Sargent en 1974 y que no aporta nada nuevo. Walter Garber (Denzel Washington) es un controlador de líneas de metro que lucha contra un despiadado secuestrador, Ryder (John Travolta) por mantener a salvo a los pasajeros que este último ha tomado como rehenes. James Gandolfini y John Turturro completan este reparto plagado de incondicionales de la acción y de los contratos millonarios. 100 millones de presupuesto para que Tony Scott cumpla con una misión: ser comercial. Pues que sea comercial, que se deje de tantos efectos epilépticos del tipo ralentizo, acelero, plano detalle del ojo de derecho y demás chorradas fílmicas que ni lo requieren ni aportan nada significativo a la película. ¿Por qué no le dice nada su hermano? El dúo Washington y R. Scott no siempre fue malo… todavía recuerdo la extraña y bien lograda “El fuego de la venganza” (2004) quizá su mejor película hasta la fecha. Película en la que se destacaba algunos elementos interesantes de una sensibilidad cinematográfica un tanto reprimida durante toda su carrera ¿Por qué no le dejarían rodar “Entrevista con el vampiro”? Este director siempre se ha caracterizado por fomentar la forma olvidándose del contenido. Lo triste de todo, es que aun siendo cine “palomitero” no presenta la calidad de otras grandes producciones. Además, mediante esa obsesión por lo pintoresco detrás de la pantalla, las escenas pierden sincronía y dejan de envolver al espectador pues el elemento que debe desaparecer durante la experiencia cinematográfica, la cámara, aparece una y otra vez, recordando de esta manera al personal, que sí, que estamos viendo una película, que aquello no es real. Así es imposible creerte lo que estás viendo, no puedes “meterte” en una historia donde se rompe una y otra vez el “espacio escénico”, esa atmósfera que se consigue al intercalar los primeros planos con los planos generales. La cámara debe ser protagonista invisible de la película, debe desaparecer si lo que se pretende es realizar un producto para entretener. Los actores qué decir… Travolta mantiene esa pauta adquirida en su rentabilizada “Pulp fiction”, estructura de villano frio e inteligente, que una y otra vez mantiene en películas del tipo “Broken Arrow” (1996), “Cara a cara” (1997) u “Operación Sworfish” (2001). Washington en su línea de héroe no presenta demasiados cambios con respecto a papeles ya desempeñados en este tipo de rol. Es cierto que entre ambos generan cierta tensión cinematográfica, ya que aunque no se ven las caras, sí que podemos decir, que de alguna manera hay una especie de duelo interpretativo.”

En fin, hay que ver de todo para disfrutar de las buenas películas (en esta temporada veraniega, cintas entretenidas y estimulantes como Up, Ice Age 3, Ex, Pagafantas o Mi vida en ruinas). Y la semana que viene, Mapa de los sonidos de Tokio, de Isabel Coixet. De mi admirada Isabel sí espero mucho.