El Talento de César Manrique (y II)


Hoy he estado charlando un buen rato con Óscar Ramos, DG de este Gran Meliá Salinas, que me ha pedido que le firme La sensación de fluidez, un libro que le ha sido de mucha utilidad (cosa que me encanta). Hemos hablado de Liderazgo y de Talento, de un hotel emblemático como el Meliá Salinas, de la crisis económica y cómo debemos comportarnos para salir de ella, de lo divino y de lo humano… Lo he pasado estupendamente charlando con el líder de una organización que cotidianamente tiene que analizar, decidir y mantener la cohesión del equipo. Me quedo con la importancia que concede Óscar a la escucha, atenta, pausada, tranquila. Él bien sabe que es crucial para liderar un equipo.

Le he comentado que Lanzarote “no se vende suficientemente bien” en la península. Ya no se acuerda la gente de César Manrique (algo que, según me cuenta Óscar Ramos, ocurre no sólo en España, sino también en Alemania, donde el genial artista había recibido varios premios).

He recuperado de César Manrique una serie de frases suyas que utilicé en una presentación para Pfizer en esta isla hace algunos años y que están en el libro César Manrique en sus palabras. Son éstas:

- Tenemos que observar y aprender de las energías de la vida
- La utopía, hoy creo intuirlo, es un camino interior
- El Atlántico, maestro mío, es lección suprema y constante de entusiasmo, de pasión y de libertad
- El mayor negocio de un país es su educación
- Ser artista es, en primer lugar, ser libre. Sin libertad no puede existir creatividad ni conocimiento. Es la afirmación del yo, con absoluta autonomía e independencia.
- La libertad de la naturaleza ha modelado la libertad de mi vida, como artista y como hombre.

Pensamientos verdaderamente profundos. Es un privilegio pasear junto a jardines y murales diseñados por César Manrique, bañarme en una piscina de agua salada concebida por él, respirar la atmósfera que ha creado este artista genial.

Necesitamos más arte y menos espectáculo. He estado viendo en CNN+ un “Cara a cara” (en redifusión) una entrevista a Vicente Verdú, autor de El capitalismo funeral. “Se ha intentado dar espectáculo con esto de la gripe porcina, pero parece que no les ha salido”.

Y concluyo con una reflexión: “En la escala de prioridades de reformas estructurales, la formación es más importante que el debate sobre el coste del despido o la bajada de las cotizaciones sociales. Esto último sería un mero apoyo coyuntural a las pymes, pero no la solución para la competitividad. Sería un error meterse en una carrera de bajadas de impuestos y cotizaciones porque, a fin de cuentas, tendría su coste en términos de calidad de vida, en prestaciones. La formación es importante y a largo plazo es crucial”. Las palabras no son mías (aunque las suscribo al cien por cien), sino de Peter Moser, Director Gerente de la Cámara de Comercio alemana para España, entrevistado por Isabel Acosta en El Economista de hoy. Por formación hemos de entender, claro está, la formación aplicada (cambio en los comportamientos, no sólo mayores conocimientos) y especialmente el desarrollo de la calidad directiva. Si el “dialogo social” es cuestión de coste del despido, de cotizaciones sociales, de subvenciones y no de mejora de la productividad, de cambio de “modelo directivo”, de transformación profunda de la economía, vamos a tener una crisis “a la japonesa”, larga y dura. Confiemos en que los interlocutores sociales eleven el debate y traten temas más estratégicos.