Una gran fiesta del fútbol

Mañana en Barcelona. Puente aéreo de las 7.40 horas de la mañana. Dos sesiones de coaching muy interesantes, algunas reuniones adicionales y de vuelta al aeropuerto para tomar el avión de las 14.45 horas. En la librería de El Prat, varios ejemplares de La Roja. El triunfo de un equipo.

A las 16.30, en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas, los periodistas del programa Gabinete de Crisis de Telemadrid nos han entrevistado a Leonor Gallardo y a un servidor a propósito del libro de la Roja. Hemos tenido la oportunidad de mostrar la Eurocopa (que se guarda allí, en la sede de la Federación) y de contar las claves de La Roja para salir de la crisis. Mañana, de las 23.30 a las 24 horas, en el programa de Ana Samboal Gabinete de Crisis podremos verlo.

En La Gaceta de hoy, entrevista de Cristina Blas a Leonor Gallardo sobre el mismo tema: “La Roja también da lecciones a las empresas”. El texto es el siguiente:

EL 29 de junio de 2008 todo un país se echó a la calle para festejar algo que no había ocurrido en 44 años: la victoria de la Selección española de Fútbol en una Eurocopa. Pero, más allá de lo deportivo, cuyos ecos todavía se recuerdan, el estilo y la hazaña de La Roja tienen enseñanzas para el mundo de la gestión empresarial, como han reflejado Leonor Gallardo y Juan Carlos Cubeiro en su libro La Roja. El triunfo de un equipo (Alienta Editorial). Y es que da lecciones dentro y fuera de los terrenos de juego.
“El secreto del éxito del equipo nacional es una mezcla de talento individual de los mejores jugadores con el talento colectivo, el liderazgo del entrenador, una buena gestión de crisis, armonía y un poco de suerte”, explica Gallardo. Y todo esto no son más que los ejes en los que debe basarse una buena gestión corporativa.
Triple liderazgo
Para la autora, las enseñanzas que pueden sacar de La Roja las empresas se resumen en cinco E: “Estrategia, equipo, emociones, empeño y equilibrio”. Y el triple liderazgo. “En el caso de la selección de fútbol, el de un grupo de jugadores muy buenos que saben conjugar el talento individual con el colectivo; el de un entrenador que ha sido muy criticado pero que tuvo una gran atracción sobre los jugadores; y el de la organización, la Federación Española de Fútbol”, explica Gallardo.
Ese engranaje funcionó a la perfección en la Eurocopa 2008 y se puede trasladar a la empresa. Un buen equipo cohesionado y motivado trabajando en un entorno agradable, un líder que sepa potenciar el talento y las cualidades individuales y transformarlas en sinergias colectivas, y una estructura organizativa acorde. Pero, por encima de todo, mucha pasión y emoción. La misma que generó la marea roja.
Sin embargo, “nada te garantiza el éxito”. Aplicar las estrategias adecuadas y mucho trabajo es fundamental, pero las empresas también tienen que estar convencidas de lo que pueden llegar a ser.
En el caso de la selección, no parece que sus éxitos sean flor de un día, sino que todo apunta a que sabrán plantar cara a las grandes (Argentina, Brasil, Italia...) en la Copa del Mundo en 2010, porque detrás hay un gran trabajo. Lo mismo ocurre en el ámbito empresarial: el trabajo duro no es garantía de éxito, pero ayuda bastante.
Valor económico
En el aspecto económico, también se puso en valor a los jugadores nacionales. Al finalizar la Eurocopa, los Casillas, Xavi, Torres, Villa, Fábregas y compañía valían 400 millones de euros. Para llegar a esa cifra se evaluó su valor, su impacto en los medios de comunicación...
Pero, para Gallardo, la situación económica del fútbol en España es insostenible. “Actualmente se deben 3.500 millones de euros en Primera División y esta burbuja, como le ocurrió a la inmobiliaria, también estallará”, advierte la autora. Para encauzar la situación se necesita, a su juicio, “liderazgo y profesionalidad”, es decir, buenos gestores, procedentes del mundo empresarial, que se pongan al frente.
La Roja se convirtió en una “organización inteligente” con humildad, sufrimiento, equipo, convicción, fidelidad a un modelo, pasión y sistema. Y con eso sentó las bases para el éxito y el reconocimiento. Pero por encima de todo, destaca la ilusión porque como dijo William Shakespeare, “estamos hechos de la materia de los sueños”. Y un equipo de jugadores muy joven, alegre y con espíritu ganador liderados por un entrenador de 70 años consiguió que España viviera un sueño unos días y lo recordase para siempre.
Y a las 10 de la noche, final de la Copa del Rey en Valencia entre los dos equipos más coperos, el Athletic del Bilbao y el F. C. Barcelona. Para los blaugranas, la oportunidad de iniciar el asalto al triplete (Liga, Copa y Champions). Para los leones, ganar este título después de un cuarto de siglo. Dos aficiones magníficas y un ambiente extraordinario.

Empezó ganando el Athletic de Bilbao (cabezazo de Toquero en el minuto 10), que dominó durante los primeros 20 minutos. Pero después el Barça marcó hasta cuatro goles (Touré en el 30, Messi en el 55, Bojan en el 58 y Xavi en el 65) en un recital de juego. Tres zarpazos en diez minutos. Los aficionados del Athletic se mantuvieron en el estadio de Mestalla todo el tiempo y dieron una lección de saber estar. Su entrenador, Caparrós, reconoció que habían perdido ante el mejor equipo del mundo.

En fin, una gran fiesta con la que disfrutamos todos.