Obama en Palma

Jornada de la Asociación para el Progreso de la Dirección (APD) en Palma de Mallorca. El tema era El Liderazgo de Obama. Se ha celebrado en el CaixaForum de la capital balear, en una preciosa sala rodeados de unas quince pinturas (de los 85 óleos con los que cuenta la Fundación La Caixa) de Anglada-Camarasa. Un marco realmente increíble.

Me ha presentado Encarna Piñero, Consejera de APD, que ha destacado el poder de comunicación del 44º Presidente de Estados Unidos. A diferencia de la jornada de Barcelona que celebramos el día después de la inuguración presidencial -21 de enero-, en ésta (36 días después, cuando Obama goza de una popularidad del 56%, diez puntos por encima de George W. Bush y de Bill Clinton tras su primer mes de mandato), me he referido al Liderazgo de Obama candidato y al Liderazgo de Obama Presidente. En estos momentos, el 77% de los estadounidenses son optimistas respecto a los próximos cuatro años. No podemos decir lo mismo (más bien lo contrario) a este lado del Atlántico.

En el turno de preguntas hemos hablado de empresas familiares, de la necesidad de aprender continuamente, de la Copa América, de lo importante que es poner en valor lo que hacemos individual y colectivamente. Roger ha preguntado sobre el Liderazgo de Giuliani en el 11-S y la falta de Liderazgo en el 11-M. En realidad, según me han contado protagonistas directos de ambos atentados, como mi amigo William Rodriguez, el último superviviente de las Torres Gemelas, en el 11-S hubo muchos fallos y bomberos y policías de la ciudad de Nueva York influyeron decisivamente para que el que fuera su alcalde no ganara la nominación por el partido republicano. Sin embargo, nos han contado una película de héroes (incluso Oliver Stone) en la que no hay fallo alguno. En el 11-M, por el contrario, fue admirable la colaboración de todos, empezando por el personal de IFEMA. A esto no le hemos dado importancia. Las televisiones pasaron horas y horas contando un aburrido juicio y no destacaron la labor heroica de miles de personas aquel día (en honor a la verdad, la Comunidad de Madrid sí les homenajeó en la Puerta del Sol). Esta es una de las grandes diferencias entre latinos y anglosajones: británicos y norteamericanos “venden” lo que hacen (a veces, incluso lo que no han hecho); los latinos no le concedemos importancia, y por eso muchas veces vamos con complejos en esta economía globalizada. Nueva York o Londres no sorprenden a quienes las visitan por primera vez (ya las han “visto” en infinidad de películas y series de televisión). Palma de Mallorca, Barcelona, Valencia, San Sebastián o Madrid sí sorprenden al visitante, porque no se esperaban algo tan bonito.

La jornada ha sido un gran éxito (80 directivos que han prestado total atención durante un par de horas, turno de coloquio incluido) y después nos hemos ido a comer el equipo de APD (liderado por Mercè Faixes) y un servidor al Caballito de mar, antes de partir hacia el aeropuerto.

De la prensa del día, me gustaría destacar la columna de Ángeles Caballero, Harta de las demagogias en los medios de comunicación, en El Economista. Ángeles se refiere a un titular del último fin de semana: “el asesinato de Marta del Castillo pone en evidencia los peligros de las redes sociales”. La periodista, indignada, escribe: “Maldita demagogia periodística. Lo que mató a la pobre adolescente sevillana no fue apuntarse a Tuenti o a Facebook. Lo que acabó con su vida fue jugar a llevar a otra vida, a pesar de la sudadera de Mickey que llevaba en la foto que los padres repartieron para colaborar en su búsqueda, a ser la niña mala que todas, más o menos, hemos querido ser a esas edades”. Estoy plenamente de acuerdo con Ángeles Caballero: “en España las mujeres, quien más y quien menos, se han sentido atraídas por el malote del barrio, por ése que nos ha despreciado por llevar uniforme, por volver puntuales a casa, y por no querer hacer determinadas cosas que sabemos que a nuestros padres nunca les hubieran gustado. Pero es así. Marta, una adolescente de mirada dulce y cara angelical, quiso ser la chica del malote y decidió compartir una parte de su vida con su presunto asesino. Bueno, exactamente igual que decenas de mujeres que acaban muriendo a manos de sus parejas.”
Y añade Ángeles Caballero. “Pero el uso de Internet no mata. Sí lo hacen las drogas, el tabaco y el abuso del alcohol. Así que dejémonos de demagogias, queridos periodistas. Porque crear olas de pánico en los padres y su posterior obsesión por controlar lo que hacen sus hijos puede terminar como acaban estas cosas. Que los hijos, malos que somos, hacemos justo lo contrario de lo que quieren los padres. Maldita adolescencia”.

Espléndido. Una gran periodista que pone su inteligencia maternal al servicio de los ciudadanos. Con una reflexión profunda y un análisis certero. En los tiempos que corren, con tanta demagogia, tanto cotilleo y tan interés descarado, artículos como éste de Ángeles Caballero son una bocanada de aire fresco.