Comenzamos el 2009 no con un Concierto de Año Nuevo (el tradicional de la Filarmónica de Viena), sino con dos.
A las 9.40, Telemadrid ha emitido el Concierto de la Orquesta Sinfónica de la Comunidad de Madrid, dirigido por Inma Shara, para la Fundación Arrupe, con su Marcha Radetzky y todo. He comentado en diversas ocasiones que mi admirada Inma Shara es una de que mejor representa en las artes, junto con Susanna Griso, Ángeles González-Sinde y Kiti Manver, el Liderazgo femenino de nuestro tiempo. El concierto ha sido una preciosidad.
Y a eso de las 11.315, desde Viena, el Concierto de Año Nuevo desde la Sala Dorada del Musikverein, dirigido por Daniel Barenboim. Nacido en Buenos Aires, el maestro Barenboim posee pasaportes argentino, español, israelí y palestino. Su labor por la paz y la concordia es admirable; por ello, recibió el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia 2002. El maestro Barenboim considera –y practica- que el arte puede unir mucho más que la política. En 1999, fundó con Edward Said, la West Eastern Divan, compuesta por músicos judíos y árabes. «Nuestro conflicto no es político sino humano. Un conflicto entre dos pueblos que tienen la profunda convicción de vivir en un mismo territorio. Y sólo se puede solucionar entendiendo la lógica de la postura del otro, sin violencia ni acciones militares», cree Barenboim. Según el maestro, los caminos tomados hasta ahora para solucionar el conflicto son erróneos: «Es como intentar curar un pie enfermo tomando medicamentos para el oído».
La Filarmónica de Viena cuenta con cinco mujeres y cuatro de ellas han actuado hoy.
El Programa oficial del Concierto, con 19 piezas, ha terminado con la Sinfonía de los Adioses, de Joseph Haydn (una pieza en la que los músicos se van marchando y dejan sólo al director). Qué gran metáfora de la “fuga de talento”. Al final, le quedan a Barenboim dos maestros y los cuida con dulzura. Pero también se van. Barenboim ha mostrado una vis cómica formidable.
Y tres extras (esperados por todos): Ya no estamos preocupados, polka de Johan Strauss (muy apropiada para estos momentos de crisis), El Danubio azul (con coreografía en directo) y la Marcha Radetzky (Opus 228 de Johan Strauss Padre). Tras el falso comienzo de El Danubio Azul, las palabras de Barenboim. “Espero que 2009 sea un año de paz en el mundo y de justicia en el Oriente Medio” (en inglés). Y en alemán, la Filarmónica de Viena y yo les deseamos Feliz Año Nuevo”.
El Concierto de Año Nuevo surgió en 1939 como un acto de afirmación nacional austriaca frente al nazismo (que deseaba que desapareciera la Filarmónica de Viena, entre otros horrores). El hecho de que en 2008 no se tocara la Marcha Radetzy por la catástrofe del tsunami fue criticadísimo por los medios austriacos. El Concierto ha sido retransmitido a 71 países y por más de 300 emisoras.
Gracias, José Luis Pérez de Arteaga, por tan maravillosa retransmisión (un año más).
El 1 de enero de 2010, el francés George Petre volverá a dirigir el Concierto de Año Nuevo, como en 2007.