Salvador

Hoy he tenido el honor de participar en el cierre de la reunión estratégica del equipo comercial de gerentes de área del Grupo Grünenthal (compañía de productos analgésicos, ginecológicos y del sistema nervioso central fundada en Alemania en 1946; cuenta con 5.300 profesionales en 32 filiales y su empresa española es la segunda del mundo en facturación tras la casa matriz). Mª José me ha hecho una presentación tan cariñosa como profesional (había memorizado el currículo) y durante un par de horas hemos estado tratando la importancia del liderazgo en la práctica, especialmente en estos momentos delicados para la economía. Jan, Miguel y su equipo (incluyendo a Leandro y a Francisco, de RRHH) han mostrado una enorme atención, participación y capacidad de reflexión sobre el presente y el futuro. Gracias Toni, Roberto, Fran, Paco, Pablo, Miguel, Antonio, Juan, Paco, Nacho, Álex, Emili, Tomás, Salvador, Ángel, Pedro, Jesús y Chema por vuestra actitud y vuestro compromiso, que hará aún más grande esta compañía.

Después hemos ido a comer todos juntos. Ha sido especialmente emotivo escuchar a Salvador, un gran profesional que, tras 39 años de pertenecer a la empresa, se jubila próximamente. Salvador ha demostrado un cariño por su organización, por sus compañeros, que nos ha impactado a todos.

Hoy en día el “contrato psicológico” entre la empresa y sus empleados no puede ser de empleo para toda la vida a cambio de obediencia. La obediencia por sí misma no es suficiente y la estabilidad es una quimera. El nuevo “contrato psicológico” es de innovación, calidad de servicio, trabajo en equipo a cambio de empleabilidad (que los profesionales valgan cada vez más en el mercado laboral). Por ello, es tan extraordinario comprobar que Salvador, el hijo de un farmacéutico de la famosa villa de Archidona, ha dedicado su vida a una compañía por la que siente un cariño extraordinario. Me ha encantado formar parte de este momento y escuchar las historias que ha compartido con nosotros.

Entretanto, en Grecia y otros lugares de Europa se producen por sexto día altercados entre jóvenes que no se fían de sus gobernantes y la policía. Algo muy triste en la vieja Europa de la tolerancia y la concordia. Particularmente, me quedo con la lección de vida de Salvador, de sentirse orgulloso de su gente y haberse dedicado en cuerpo y alma durante casi 40 años a una organización en la que cree. Qué gran enseñanza para las siguientes generaciones.