Coaching & Star Wars

Mañana de viernes: reuniones de proyecto (algunos se inician la próxima semana y otros van para largo). He comido con compañeros de Eurotalent en un nuevo restaurante italiano cerca de la oficina.

Por la tarde he ido con Zoe a ver Star Wars: The Clone Wars, la nueva película (esta vez, en dibujos animados) de la saga de La Guerra de las Galaxias. Para mi hija, de siete años, es la primera vez en el cine que ve a los personajes creados por George Lucas. Me hace recordar cuando en los 70, algo mayor que ella, fui a ver la primera peli de Star Wars.

Proyectada por primera vez en Estados Unidos el 15 de agosto (en España, hoy es el estreno), estas Guerras de los Clones, es una especie de Episodio 2’5, entre El ataque de los clones (Episodio II) y La venganza de los sith (Episodio III). El argumento es muy simple: en plena guerra entre la República y los separatistas, el hijo de Jabba el Hutt, Rotta, ha sido secuestrado. El maestro Yoda quiere rescatarlo para firmar un acuerdo con Jabba, beneficioso para ganar la guerra. Por ello envía a liberarlo a Anakin Skywalker, a quien asigna una “padwan”, Ashoka Tano. El conde Dooku, que es quien realmente ha raptado al bebé Hutt, manda a la Generala Assaj Ventress a combatir al general Skywalker. Entretanto, convence a Jabba de que han sido los Jedi quienes han secuestrado a su hijo y que sus tropas lo van a salvar. La senadora Padme Amidala, entre tanto, quiere convencer al tío de Jabba, Ziro el Hutt, de que es un malentendido y que los Jedi buscan liberar al pequeño Rotta.

Sorprende positivamente en esta nueva entrega de la serie (la primera en animación) el papel del talento femenino, más acorde con el siglo XXI. En las seis pelis de la saga, las únicas mujeres protagonistas son la Princesa Leia (entre Han Solo y Luke Skywalker) en las tres primeras (en realidad, los episodios IV, V y VI) y la Princesa/Senadora Amidala (en los episodios I, II y III). Madre e hija. En esta, The Clone Wars, aparecen además de Padme Amidala (que juega un papel corto, pero esencial en la resolución de la historia), la aprendiz Ashoka y la perversa Ventress, una luchadora que combate de tú a tú con el maestro Obi Wan Kenobi. Paridad de personajes protagonistas con Anakin Skywalker, su maestro Obi Wan y Yoda (los robots RD2D y C3PO no cuentan en términos de género).

Con sus conocimientos enciclopédicos respecto a las mitologías, me temo (dicho con el mayor de los respetos y la máxima admiración) que no es el punto fuerte de George Lucas la relación maestro-discípulo en La Guerra de las Galaxias. En los tres episodios inicialmente rodados en los 70 y 80, el respeto de Luke Skywalker por Yoda y Obi Wan es reverencial, y más que a un proceso de coaching, asistimos a un aprendizaje basado en la acción (action learning), en el que el maestro sirve de modelo y guía. En los tres siguientes, que describen la vida de Anakin Skywalker hasta que se convierte en Darth Vader, éste se muestra como un discípulo díscolo, que hace muy poco caso a su coach Obi Wan Kenobi. Y en éste nuevo, en el que Anakin hace de maestro (muy a su pesar, al principio) y Ashoka de pupila, de nuevo hay más tensión que disfrute y se actúa retroactivamente (feedback, no feedforward). En lugar de reflexionar juntos sobre lo que está pasando, de descubrir las pautas (¡eureka!) y de actuar en consecuencia, el “padwan” lo hace a su manera, comete errores y el maestro le salva. Poco práctico en la vida real, en nuestras "guerras de clones" cotidianas.

Ojalá veamos un episodio de la saga con auténtico coaching entre un maestro Jedi (Yoda, Obi Wan, Anakin Skywalker) y un pupilo (Luke, Ashoka o cualquier otro futuro caballero Jedi), con preguntas abiertas, con descubrimiento personal, con la valentía de atreverse a actuar, con mejora en el comportamiento. Si es así, que la fuerza le acompañe.
"No existe el intentar; existe el hacer" (Maestro Yoda)