África, miedo y corrupción

Una amiga lectora de este blog me animó ayer a leer el artículo del embajador y eurodiputado Emilio Menéndez del Valle El país no es sólo para safaris sobre la actual situación de Kenia. El autor explica la salida de más de 100.000 keniatas de su país por la victoria del opositor Raila Odinga, del Movimiento Democrático, sobre el Presidente Mwai Kibaki. En los últimos 6 años en los que Kibaki ha estado en el poder, la economía ha crecido al 6% anual, pero más de la mitad de Kania vive bajo el umbral de la pobreza y la corrupción es tan vergonzosa que en 2005 John Githongo, jefe anticorrupción, se exilió a Londres. En las legislativas celebradas simultáneamente a las presidenciales, el partido de Odinga ha tenido el triple de escaños que el de Kibaki. Sin embargo, el fraude masivo pretende mantener en el poder al todavía presidente. “La ola de violencia desatada no tiene justificación, pero si explicación. Nosotros, los occidentales, no podemos cerrar los ojos a la realidad que he descrito y abrirlos sólo al paradisíaco panorama de los bellísimos parques naturales de Kenia”.

Desde que tuve la oportunidad de visitar el África subsahariana hace un par de meses, mi interés por ese continente ha aumentado muchos enteros. Espero volver allí con mucha freceuencia. Sí, son los parajes de Memorias de África, pero también de El último rey de Escocia y de Diamantes de sangre.

Con más de un millón de visitantes al año (más de 600 millones de euros en divisas), Kenia necesita el turismo, principal motor de su economía. La inestabilidad, el miedo, los más de 300 muertos por violencia tribal (Mwai es de etnia kikuyu y Odinga es de etnia luo) colocan el país al borde del colapso.

Ante estas noticias, he releído Clima de miedo, de Wole Soyinka (primer africano Premio Nobel de Literatura). Recoge las cinco conferencias Reith (Londres, 2004): Una máscara cambiante de miedo, Del poder y la libertad, Una retórica que ata y ciega, La búsqueda de dignidad y Yo tengo razón; ¡tú estás muerto!

“Llamadas a medianoche”, detenciones arbitrarias, desapariciones, la tortura como regla y no como excepción… Incluso fusilamientos aplicando la ley con criterio retroactivo, como pasó en su país, Nigeria. Ha ocurrido en Nigeria, Zimbabwe, Nicaragua, Chile, Argentina, Panamá, Irán, Sudáfrica, Hungría, Albania, Alemania Oriental, Bulgaria, etc. El miedo que conlleva “la pérdida de la dignidad interior”. En sus palabras: “Emplear el terror contra el terror puede satisfacer emocionalmente de forma inmediata, pero ¿quién quiere vivir de verdad bajo la sombra permanente de una nueva variante de la… Destrucción Mutua Asegurada del Mundo?”
El poder quita la libertad del otro y en su lugar introduce el miedo. ¡Qué terrible frase de Soyinka! Y añade: “el poder es, paradójicamente, el pantanal primordial del miedo, del cual emerge el precipitado de la respuesta neurótica del hombre a la inmortalidad!” El triunfo del monólogo. La histérica retórica a través de la arenga pública. El sacrificio de la dignidad. No es la muerte ni el sacrificio, sino la humillación. Son los problemas del fanatismo.

Escribe Wole Soyinka: “En juego está la tolerancia, así como el lugar de la disidencia en la interacción social”. Denuncia el dogmatismo y la violencia en su poema “Doce cánticos para el fanático”:

Un dios no nace en ninguna parte, sino en todas partes
pero la secta de Rama rechaza esa sutil distinción…
El lugar designado se santifica, pero no por piedad sino
por disolución de lo tuyo desde lo mío, política de odio
e interacción forzada… paz para el éxtasis de un momento.
Convierten en mezquita cascotes, piedra tras piedra,
usurpador condenado del lugar desaparecido del señor Rama
de epifanía soñada. Ahora un mojón de piedra
usurpa un sueño de paz… ¿pueden soñar la paz
en la iconoclasta Uttar Pradesh?
Ojalá acabemos con el miedo en el planeta.